MURCIA.- Hoy, en una lluviosa y triste mañana de abril, la Asociación para la Memoria Histórica y otros colectivos han realizado su anual homenaje a las víctimas de la Dictadura franquista en el 84º aniversario de la proclamación de la II República.
Después del
minuto de silencio habitual por parte del centenar de asistentes, el reconocimiento se ha personificado en
la figura de don José Fuentes Yepes (en la imagen), fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Murcia, aparte de viudo de la maestra represaliada doña Encarna Zorita Piquer, y don
José Roca Roca, natural de Roldán, que estuvo representado por su nieto médico; ambos luchadores por la Libertad fueron condenados a muerte en su día por sendos tribunales militares de la Dictadura.
En concreto, José Fuentes, maestro represaliado, capitán del Ejército republicano y secretario del Ayuntamiento de Murcia durante la Guerra Civil, nació en Murcia en el año 1917 y vivió en la calle de la Aurora. Ya de muy joven se afilia a las Juventudes Radicales y entra a trabajar en la secretaría del Ayuntamiento de Murcia en 1932, de la mano del primer alcalde republicano de Murcia, José María Bautista.
Cuando le sustituye en ese cargo el intelectual Fernando Piñuela, el joven es confirmado en la secretaría municipal. Luego marcha voluntario en 1936, con tan solo 19 años, al Frente de Granada, vuelve a Murcia poco después hasta acabar en 1939 en la cárcel de Totana tras perder la Guerra Civil los republicanos.
En concreto, José Fuentes, maestro represaliado, capitán del Ejército republicano y secretario del Ayuntamiento de Murcia durante la Guerra Civil, nació en Murcia en el año 1917 y vivió en la calle de la Aurora. Ya de muy joven se afilia a las Juventudes Radicales y entra a trabajar en la secretaría del Ayuntamiento de Murcia en 1932, de la mano del primer alcalde republicano de Murcia, José María Bautista.
Cuando le sustituye en ese cargo el intelectual Fernando Piñuela, el joven es confirmado en la secretaría municipal. Luego marcha voluntario en 1936, con tan solo 19 años, al Frente de Granada, vuelve a Murcia poco después hasta acabar en 1939 en la cárcel de Totana tras perder la Guerra Civil los republicanos.
El
acto terminó con vivas a la III República y un emotivo recuerdo a
los casi 150 brigadistas internacionales que reposan en el cementerio de
Nuestro Padre Jesús, en Murcia, en torno al pabellón de los Caídos por la Libertad, jalonado de banderas republicanas.
Poco antes, en una larga alocución, Mari Carmen López, en nombre de la principal entidad organizadora, la Asociación para la Memoria Histórica, dijo entre otras cosas, que "el saludo inicial de buenos días iba acompañado de algo que a los que estamos aquí nos resulta agradable de escuchar: Salud y República, lo que nos debe recordar que esas dos palabras a muchos de los que están aquí enterrados les costó la vida por el mero hecho de pronunciarlas. Tenemos testimonios de personas que, estando internadas en la cárcel de Murcia, conocieron casos de compañeros a los que por pronunciarlas les costó la vida, el ser fusilados. Personas que por el hecho de leer un periódico clandestino que había entrado en la cárcel, igualmente, les costó la vida.
Y por
supuesto, a todas las personas que defendieron la II República y que los
“golpistas” consideraron que habían cometido delitos de sangre o contra el
“orden establecido”, por haberse rebelado contra los propios rebeldes para
defender al único régimen legal, la II República. Muchos de ellos solamente
eran maestros, políticos republicanos, que no habían empuñado un arma, su única
arma fue el querer difundir unos valores que iban en contra de los defendidos
por los más rancios reaccionarios, fascistas, falangistas, nacional-católicos,
terratenientes, banqueros, y por supuesto por los militares de ideología
igualmente fascista y que finalmente vinieron en llamarse “franquistas”, en honor al que encabezó una dictadura
implacable y totalitaria que se impuso a todo aquel que no quiso someterse.
Todos somos
conscientes de las grandes injusticias que se cometieron, de la gran represión
que sufrieron nuestros padres y abuelos,
de la sociedad que esa dictadura moldeó a lo largo de 37 años y de las
tergiversaciones, las mentiras, las manipulaciones que ese período de nuestra historia
ha sufrido a lo largo de la llamada “Transición democrática” y durante (si es
que se puede llamar así) “el período democrático” hasta la fecha en la que nos
encontramos. Período de tiempo durante el cual la legislación española no se ha
modificado para perseguir los delitos de lesa humanidad que se
cometieron contra todas esas personas, y que seguimos viendo, sufriendo, cómo
los políticos protagonistas del “bipartidismo” no quieren que se haga justicia
a todas esas personas, o simplemente es un tema que no quieren abordar
contentándose con publicar una Ley de Memoria Histórica, que ya nació
incompleta, inválida y censurada por sus propios autores. Mientras que sí se
destinan fondos públicos para rescatar restos humanos de aquellos españoles que
voluntariamente participaron en la invasión de Rusia por la Alemania nazi.
Podemos
seguir apuntando muchos datos sobre
las injusticias cometidas contra los defensores del único régimen
político
legal, existente en España en el año 1936. Podemos hablar de la
desproporción
de la represión franquista (aunque en ningún momento se puede hablar de
proporción en esa represión) en una
ciudad como Murcia, que fue ciudad de refugio para las personas que
tuvieron
que huir desde Andalucía, desde el centro de España; que fue hospital de
sangre
para los brigadistas internacionales y para los soldados del ejército
republicano. Una ciudad que en todo momento estuvo en la retaguardia y
en la
que no sucedieron hechos que pudieran justificar una represión como la
ejercida
por el fascismo español, dirigida por las falangistas locales. Pero
nos faltarían muchos otros datos, que al fin y al cabo es lo que
pretendemos conseguir a través de nuestra Asociación, al igual que
sucede con
otros muchos compañeros que han constituido asociaciones similares a la
nuestra, y que en muchos casos, en la mayoría, llevan trabajando mucho
más tiempo que
nosotros.
Por lo
que nos ponemos a vuestra disposición para seguir buscando, investigando, para conseguir
datos sobre esa etapa de nuestra historia,
la II República, sobre sus antecedentes y sobre las consecuencias que
tuvo la derrota de su ejército y su desaparición como régimen político, para
dar a conocer esa historia sin tergiversaciones, sin mentiras, de la forma más
objetiva posible. Para continuar la labor que muchos compañeros llevan haciendo
de forma callada, pero en muchos casos limitada al ámbito académico, para colaborar en todas aquellas actividades
que sirvan para difundir y conservar esa historia, que a tantos nos han
arrebatado.
Lo
dicho al principio: Salud y República"