MADRID.- El Ejército del Aire cerró 2019 con el mayor número de
excedencias solicitadas por sus pilotos (64) para abandonar la
disciplina castrense en la última década. Durante los dos últimos años,
esta institución militar ha registrado cerca de la mitad (119) de las
salidas de efectivos que han experimentado desde 2010. En total, en este
periodo han concedido 233 excedencias y ratificado 20 desvinculaciones
de las Fuerzas Armadas, según www.eldiario.es
Tanto la formación como la
experiencia de los pilotos del Ejército del Aire son muy valoradas en
compañías aéreas y empresas aeronáuticas. Varios profesionales que han
emprendido este camino explican que hay muchos factores que incentivan
esta situación, no solo el sueldo que les ofrecen las entidades
privadas, también afecta la situación en la que se encuentre el mercado
laboral o la vida útil que tiene un piloto militar.
En las Fuerzas Armadas estos militares pueden volar un
avión de combate hasta los 35 años, a partir de esa edad la mayor parte
de la oferta laboral se limita a promocionar en la carrera militar y
realizar labores de administración, alejados de los ejercicios de vuelo.
Por eso, una vez cumplido el periodo que tienen que permanecer por ley
en los cuarteles para compensar el coste de la formación recibida, un
porcentaje cada vez más elevado opta por irse a compañías privadas.
Hace un año, el Ejecutivo de Pedro Sánchez modificó la normativa
para contener esta situación y amplió el periodo que estos
profesionales deben quedarse en el Ejército, de esta forma este plazo
pasó de diez a doce años. Si se marchan antes deben resarcir
económicamente al Estado. A pesar de esta reforma, el Gobierno no ha
conseguido retener a este personal en un año muy complicado para la
Academia General del Aire, en el que han registrado dos accidentes en La
Manga del Mar Menor (Murcia), saldados con dos instructores y una alumna fallecida. 2020 no ha empezado mejor para la aviación militar, este jueves una nueva aeronave se estrellaba provocando una nueva muerte en el Ejército.
Si
en 2017 solicitaron la excedencia voluntaria 27 profesionales, en 2018
siguieron ese mismo camino 55 y en 2019 han alcanzado su pico con 64
aviadores. Una dinámica distinta a la registrada al comienzo de la
década: en 2010 se marcharon ocho profesionales; en 2011, quince y uno
abandonó el Ejército a petición propia; en 2013, concedieron diez
excedencias y cuatro solicitaron su baja. Estos datos han sido aportados
por el Ministerio de Defensa, tras una petición de información de
eldiario.es al portal de transparencia.
Un portavoz
del Sindicato Español de los Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA)
contextualiza estos datos explicando que en 2008 la crisis económica
"azotó el sector de la aviación" y contribuyó "a banalizar las
condiciones de ingreso en las compañías aéreas" por "la reducción
drástica de ingresos y sobreoferta de pilotos". Ponen de ejemplo las
convocatorias de ofertas de trabajo que ha habido en Iberia en las
últimas décadas, según apuntan desde este colectivo tras una que se
celebró en 2004 "no hubo otra hasta once años después".
"Desde
la convocatoria de Iberia de 2015 ha habido varias, por el acusado
crecimiento de la compañía y auge del sector, en las que han ingresado
un buen número de pilotos del EA, hasta el punto de que la preocupación
en el seno del mismo es enorme por la falta de pilotos en las unidades
de Fuerzas Aéreas", apunta el portavoz de este sindicato.
Por
su parte, el Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), Francisco Javier
Salto, reconoció en un encuentro con periodistas hace un año que la
marcha de estos perfiles "ha provocado que haya una carencia importante"
de personal en el Ejército, según publicó Libertad Digital.
Actualmente, desde su departamento se limitan a reconocer que "es un
problema puntual" porque "en un principio no tiene por qué haber
desajuste" si ante esta situación amplían las plazas para entrar en la
Academia, .
Sin embargo, esta medida todavía no ha
tenido incidencia porque la formación en este centro militar dura cinco
años, por lo que sus efectos se verán a largo plazo. En 2019 salieron
los alumnos que ingresaron en 2014, 30 nuevos pilotos. Esta cifra supone
menos de la mitad de los profesionales que solicitaron una excedencia
ese mismo año. Un año antes promocionaron 25; en 2017, 27; en 2016, 39 y
en 2015, 42.
Fuentes militares consultadas por
eldiario.es explican que la salida de pilotos es un "problema crónico"
en las Fuerzas Armadas. Además, descartan que se solucione con la
entrada de nuevos profesionales. "Los que se marchan, abandonan el
Ejército con una experiencia y una formación que los nuevos no
reemplazan inmediatamente porque requiere mucho tiempo de
entrenamiento", reseñan estas fuentes.
Carrera profesional en las aerolíneas
"La
gente no se va del Ejército porque quiere, la gente se va porque hay
otros factores. Los militares somos muy raros. Yo lo sigo echando mucho
de menos, reconozco que la vida civil no tiene nada que ver con la vida
militar. Echo mucho de menos el ambiente, las relaciones, los
compañeros, cómo se vivía todo, cómo se volaba. No tiene nada ver",
cuenta Carlos (nombre ficticio), que abandonó hace diez años el Ejército
y trabaja en una compañía aérea internacional.
Este
profesional es muy crítico con el trato político que recibe el
Ministerio de Defensa por parte de los partidos políticos que están al
frente del Consejo de Ministros. Por un lado, lamenta que este
departamento saque "una vida útil mínima" a los pilotos militares y, por
otro, critica que se vuele con aviones que tienen una antigüedad de
varias décadas, así como las condiciones en las que se encuentra el
material. "El Ministerio de Defensa es el hermano pobre de los
gobiernos. Hay un presupuesto menguante", reseña.
Tras 15 años de experiencia, en los que llegó a formar
parte de la Patrulla Águila, Javier (nombre ficticio) emprendió el mismo
camino al vislumbrar que tenía que pasar a una oficina. Este militar,
que se define a sí mismo como un apasionado del vuelo, optó por
abandonar la disciplina castrense porque lleva más "ADN de piloto que de
militar".
Javier explica que la vida útil de un
piloto de combate es parecida a la de los futbolistas profesionales. "No
tienes los mismos reflejos con 20 que con 50 años. Un caza, solo por la
velocidad con la que ha desarrollado el vuelo, te exige mucha destreza y
habilidad", explica. Asimismo, destaca que en estos aviones están
sometidos a muchas "fuerzas de la gravedad" y a "altísimas velocidades"
por lo que su habilidad está expuesta "al máximo nivel".
Como
solución al problema que tiene el Ejército, aboga porque la salida de
los profesionales, que como él prefieren seguir volando en empresas
privadas, se realice de una "manera más organizada". "En Francia existe
una coordinación del trasvase de pilotos entre el Ejército del Aire
francés (Armée de l'air) y la compañía de bandera
Air France", apunta. Además, dado el carácter "piramidal" de la
organización militar, incide en que este camino es una salida para
algunos compañeros de promoción, ya que debido a la estructura de las
Fuerzas Armadas "no todos podrán llegar a ser generales" y en algún
punto su carrera militar se estacará.
Finalmente,
desde SEPLA, uno de sus portavoces, que también ha saltado de la
disciplina militar a las empresas privadas, explica que existe un
"efecto llamada" entre los miembros del Ejército del Aire. "Sobre todo
en los momentos de alta demanda como estos últimos dos o tres años,
parece que si no te vas pierdes un tren que todos están cogiendo",
señala esta fuente.
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