Los que hemos venido denunciando en España situaciones de corrupción y abuso de poder durante estos últimos años a través de diarios digitales y redes sociales, conocemos muy bien el precio que se paga por hacerlo. Denunciados por la fiscalía de turno, todos hemos visitado los juzgados, falsamente acusados de calumnias.
Algunos, sea por la buena suerte o porque teníamos bien atadas todas las pruebas de nuestra denuncia pública y habíamos medido bien hasta la última coma de nuestras palabras, conseguimos librarnos por los pelos.
Algunos, sea por la buena suerte o porque teníamos bien atadas todas las pruebas de nuestra denuncia pública y habíamos medido bien hasta la última coma de nuestras palabras, conseguimos librarnos por los pelos.
(file:///C:/Users/Juanma/Desktop/los-nuevos-ninos-robados-sobreseidos-.htm)
Otros tuvieron menos suerte y ahora forman parte de la enorme población reclusa de nuestro país o han tenido que irse a otro. Sirvan como ejemplo los denunciantes del monstruoso caso de pederastia homicida conocido como “Bar España” y, en especial, el director del desaparecido diario “La Tribuna de España”, Josele Sánchez, hoy en el exilio.
Por eso no entendemos que, a través de las redes sociales, en estos últimos años se hayan venido divulgando mentiras tan gordas sobre personajes tan importantes, como aquella que decía que nuestro actual presidente Pedro Sánchez era nieto de un general franquista de la Guerra Civil apodado “el Carnicero”, sin que se produjeran inmediatas detenciones, imputaciones o exilios.
Nadie sabe a ciencia cierta la procedencia de todas esas falsas noticias, también conocidas como “BULOS” o “FAKES”, ni la intención de quienes las divulgaban con tanto esmero y, a veces, con tanta inversión en tecnología audio-visual. Lo que sí sabemos es que, al final, han conseguido justificar ante la masa social la implantación de un sistema de “vigilancia y depuración” que, a modo de “seguratas de discoteca web” echan a todos aquellos contenidos que no les parecen “de fiar”.
Para eso, Clara Jiménez Cruz y Julio Montes fundaron una empresa llamada “MALDITO BULO” que “alguien” dotó de autoridad para discernir entre lo falso y lo real hasta más allá de lo objetivo, hasta el límite del bien y el mal. Mentiras mezcladas con medias verdades, con verdades veladas y con versiones diferentes a las convenientes, son depuradas en su trituradora para dejar las redes a gusto de los que mandan, sin orden de juez.
Otros tuvieron menos suerte y ahora forman parte de la enorme población reclusa de nuestro país o han tenido que irse a otro. Sirvan como ejemplo los denunciantes del monstruoso caso de pederastia homicida conocido como “Bar España” y, en especial, el director del desaparecido diario “La Tribuna de España”, Josele Sánchez, hoy en el exilio.
Por eso no entendemos que, a través de las redes sociales, en estos últimos años se hayan venido divulgando mentiras tan gordas sobre personajes tan importantes, como aquella que decía que nuestro actual presidente Pedro Sánchez era nieto de un general franquista de la Guerra Civil apodado “el Carnicero”, sin que se produjeran inmediatas detenciones, imputaciones o exilios.
Nadie sabe a ciencia cierta la procedencia de todas esas falsas noticias, también conocidas como “BULOS” o “FAKES”, ni la intención de quienes las divulgaban con tanto esmero y, a veces, con tanta inversión en tecnología audio-visual. Lo que sí sabemos es que, al final, han conseguido justificar ante la masa social la implantación de un sistema de “vigilancia y depuración” que, a modo de “seguratas de discoteca web” echan a todos aquellos contenidos que no les parecen “de fiar”.
Para eso, Clara Jiménez Cruz y Julio Montes fundaron una empresa llamada “MALDITO BULO” que “alguien” dotó de autoridad para discernir entre lo falso y lo real hasta más allá de lo objetivo, hasta el límite del bien y el mal. Mentiras mezcladas con medias verdades, con verdades veladas y con versiones diferentes a las convenientes, son depuradas en su trituradora para dejar las redes a gusto de los que mandan, sin orden de juez.
A simple vista, lo de eliminar toda la información “inapropiada” que se divulga a la opinión pública (en este caso vía Internet) parece una tarea útil y noble, pero adquiere otra apariencia bien distinta cuando la denominamos por su verdadero nombre, porque se llama “CENSURA”. Montones de noticias, negras grises y blancas, que han sido filtradas al por mayor, yacen bajo su apisonadora sin otra autoridad ni criterio que el que ellos hayan querido o les hayan mandado poner.
Ahora nos presentan como FAKE la escasísima información que se ha publicado sobre la Resolucion del Parlamento Europeo que, junto a los fascistas y nazis de la 2ª Guerra Mundial o la Dictadura Franquista, también condena a genocidas de la izquierda comunista, como los que abundaron en España durante la 2ª república, antes y durante la Guerra Civil.
Ahora nos presentan como FAKE la escasísima información que se ha publicado sobre la Resolucion del Parlamento Europeo que, junto a los fascistas y nazis de la 2ª Guerra Mundial o la Dictadura Franquista, también condena a genocidas de la izquierda comunista, como los que abundaron en España durante la 2ª república, antes y durante la Guerra Civil.
https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2019-0021_ES.html
Pero en los pocos artículos que lo difunden a través de la “prensa libre”, además de anunciar la Resolución Parlamentaria, se afirma que el Estado Español está obligado a cambiar el nombre de las calles dedicadas a personajes como “Largo Caballero” o retirar de los parques las estatuas de otros como “la Pasionaria”.
Pero en los pocos artículos que lo difunden a través de la “prensa libre”, además de anunciar la Resolución Parlamentaria, se afirma que el Estado Español está obligado a cambiar el nombre de las calles dedicadas a personajes como “Largo Caballero” o retirar de los parques las estatuas de otros como “la Pasionaria”.
Sin embargo, a pesar de que es totalmente cierto que la Resolución así lo exige, su orden puede ser desobedecida por los estados miembros, por lo que la afirmación “está obligado” resulta ser falsa. Poniéndoles el sello de “BULO” inducen a entender que la misma existencia de la Resolución citada es falsa. Retuercen, manipulan y desacreditan así la verdad de la existencia de la Resolución, con el pretexto de sí es o no es vinculante para nuestro Estado.
https://maldita.es/malditobulo/no-el-parlamento-europeo-no-obliga-al-estado-espanol-a-retirar-los-reconocimientos-honores-y-calles-a-todos-los-agentes-del-comunismo-y-estalinismo-en-espana-6/
Quizás también olvidan decir que tampoco era vinculante la derogación de la doctrina Parot y bien que se dieron prisa en liberar a todos aquellos asesinos terroristas de ETA.
(*) Cirujano
Quizás también olvidan decir que tampoco era vinculante la derogación de la doctrina Parot y bien que se dieron prisa en liberar a todos aquellos asesinos terroristas de ETA.
(*) Cirujano
No hay comentarios:
Publicar un comentario