jueves, 19 de diciembre de 2019

Sánchez debe defender el Estado de Derecho y la soberanía nacional / Pablo Sebastián *

El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez, la Abogacía del Estado, la Fiscalía, el Tribunal Supremo y el PSOE deben actuar de contundente manera frente las injustas decisiones de la Justicia belga y la Corte de Luxemburgo sobre Junqueras (y Puigdemont) en defensa del Estado de Derecho español y de la soberanía nacional.

Y en el ámbito estrictamente jurídico no hay que olvidar que fue el Tribunal Supremo español el que consultó a la Corte de Luxemburgo sobre la presunta inmunidad de Junqueras, cuya condición de diputado también le fue negada por el Parlamento Europeo. Lo que avala el desarrollo del juicio del Tribunal Supremo y su sentencia, ante cualquier instancia internacional.

Una situación esta que obligan a Sánchez y al PSOE a rechazar el último chantaje de ERC que les exige, para facilitar la investidura de Sánchez, que el Gobierno, el PSOE, la Abogacía del Estado, la Fiscalía y Tribunal Supremo se pongan al servicio del delincuente Oriol Junqueras y el prófugo Carles Puigdemont.

Porque si no lo hacen el Gobierno, Sánchez y el PSOE serán coautores de posibles delitos y de un ataque frontal al Estado de Derecho y la soberanía nacional. Y tan altísimo coste no puede justificar la ambición personal de Sánchez de anteponer su investidura al interés general de España.

De manera que, ante esta grave situación sorprende la falta de la inmediata y contundente respuesta del Gobierno de Sánchez y del PSOE en defensa de la Justicia Española, negándose a toda concesión a Junqueras y de paso a una negociación con ERC ‘de Gobierno a Gobierno’ como si Cataluña no fuera parte de España.

Y si Sánchez, empeñado en su ambición personal y empujado hacia abismo por Pablo Iglesias, decide bordear la legalidad y la Constitución cabe incluso la posibilidad de que incurra en delitos de fraude de ley y otros más graves, sin olvidar que cuando accedió a la presidencia del Gobierno en el año 2018 prometió ‘guardar y hacer guardar la Constitución’.

 De manera que estamos en una encrucijada decisiva para España y Sánchez debe optar por el lado de la Constitución y el Estado de Derecho. 

Y si quiere ser presidente del Gobierno debería comenzar a explorar la propuesta que le hizo Inés Arrimadas de pactar un ‘Gobierno constitucional’ entre el PSOE, PP y Cs (con una base parlamentaria de 221 escaños), rompiendo tanto su relación con Podemos como con la ahora encrespada ERC y regresando a la senda constitucional. La que nunca debió de abandonar.

En cuanto a Junqueras y Puigdemont, digan lo que digan en Luxemburgo y en sus partidos separatistas, siguen siendo dos delincuentes que han de cumplir las sentencias (a igual que Quim Torra ahora condenado a un año y medio de inhabilitación) y responder ante la Justicia. 

Y de ello se tienen que encargar el Gobierno en funciones con apoyo decidido del PSOE y la fuerza moral y legal del Estado que los dirigentes golpistas pretenden soslayar.

Siempre se ha dicho que en las grandes crisis hay oportunidades. Pues bien esta es una gran oportunidad para que Sánchez, reforzando su liderazgo en toda España, opte de manera decidida por la senda constitucional.


(*) Periodista


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