jueves, 29 de agosto de 2019

El estado del Mar Menor empeora por la entrada de agua de la rambla del Albujón


MURCIA.- La transparencia del Mar Menor es actualmente de 2,55 metros y la salinidad de 45,46 gramos de sal por litro debido a la entrada de agua a través de la rambla del Albujón, según los últimos datos dados a conocer por el Grupo de Ecología lagunar del Comité de Asesoramiento Científico, lo que supone un ligero empeoramiento de la situación respecto al año pasado.

La turbidez del Mar Menor, por otra parte, es de 3,58 FTU (Unidad de Turbidez de la Formazina); la clorofila alcanza los 3,46 microgramos por litro; la temperatura alcanza los 28,95 grados, y el oxígeno es de 5,26 microgramos por litro.
El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, acompañado del experto científico Ángel Pérez Ruzafa, ha comparecido para dar detalles sobre el estado del Mar Menor, en una rueda de prensa en la que han pedido ayuda de manera urgente al Estado para evitar la entrada de agua por la citada rambla.
«Permitir cierto bombeo de agua para que baje el nivel freático y ese agua en lugar de volver al Mar Menor que se reutilice y se trate de forma adecuada forma parte de la solución que se propone», explicó el experto.
Luengo se reunirá el próximo día 5 con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la que pedirán «por favor active ya» el citado bombeo para evitar el flujo de agua del Albujón que puede poner en peligro el ecosistema.
«Lo que más nos preocupa es que las infraestructuras y que las instalaciones que ya están hoy aquí ejecutadas desde hace más de una década en el Mar Menor que por favor el ministerio las ponga en marcha para evitar que ese agua pueda dañar al ecosistema», remarcó el consejero. 
Por otra parte, confió en que el proyecto de vertido cero que prepara el ministerio de respuesta al problema.

Peores indicadores que el año pasado


El consejero recordó que desde principios de 2018 el Mar Menor fue capaz de soportar las presiones de la alta temperatura del verano y tres episodios de lluvias intensas, en septiembre y noviembre de ese año y abril de 2019, pero actualmente está reaccionando a dos presiones continuas como son el incremento de temperaturas y la entrada de agua procedente del nivel freático.
Desde febrero a abril el nivel de salinidad era superior al del año pasado, lo que es un dato positivo, pero desde abril hasta la fecha es inferior a 2018, lo que es negativo.
Por ello es prioritario que el ministerio ponga en marcha el bombeo existente en la rambla del Albujón y que está sin utilizar para evitar que el agua que emana del nivel freático acabe en el mar Menor, además de poner también en marcha la desalobradora de El Mojón.
Pérez Ruzafa ha explicado que la situación ha sido ligeramente peor que la del año pasado pero que no ha vuelto a las situaciones de ruptura o de crisis que tuvo en su momento más álgido.
«Si se cortan los vertidos se ha demostrado que tiene capacidad de recuperación de su estado ecológico como hizo el año pasado y a mediados de 2017», añadió.
«El Mar Menor este año ha vivido de las rentas de la recuperación del estado ecológico del año pasado, lo que ha permitido que este verano no haya sido como el de 2016, sino que haya sido como los veinte años que viene aguantando las presiones, con un mes de agosto con temperaturas altas y bajas salinidades, ambos factores que inciden en que tenga sus recaídas», argumentó.
«Si queremos que la recuperación vaya a más es fundamental que haya una infraestructura estable de gestión de las aguas y ahí yo tengo muchas esperanzas en la reunión del próximo día 5 del consejero con la ministra para la puesta en funcionamiento de infraestructuras que ya existen», reiteró.
«El Mar Menor está ahí defendiéndose, funcionando con la dinámica esperable, pero claro; el virus de la gripe no lo vamos a hacer desaparecer, pero la anticipación para evitar epidemias o para resistirlo sí la podemos tener con el control del agua», concluyó.


Los metales pesados no son problema, según Pérez Ruzafa
Los metales pesados procedentes de la sierra minera no han sido un problema para el Mar Menor en dos mil años, pero «hacer tonterías» con los sedimentos sí que podría ocasionar un problema, según el experto Ángel Pérez Ruzafa.
Indicó que la entrada de metales pesados no ha desaparecido con la desaparición de la minería porque éstos continúan existiendo en la rambla, y ésto viene ocurriendo desde hace dos mil años.
«Si tuviéramos que encargar esa descontaminación a una empresa no habría dinero para pagarla por el volumen de sedimentos que hay tanto dentro de la laguna como en la sierra minera porque forma parte de la naturaleza de la propia sierra minera», señaló.
El Mar Menor retiene esos metales pesados porque no duran en la columna de agua, ya que rápidamente precipitan al sedimento y en él son retenidos por la materia orgánica y por las arcillas -por los procesos biogeoquímicos del sedimento- y no están biodisponibles para que pasen a la red trófica, y por ello no han sido un problema de salud en dos mil años, explicó.
«Pero no podemos hacer tonterías con los sedimentos porque si cambiamos con dragados y vertidos de arenas incontrolados podemos hacer que eso pudiera ser peligroso», advirtió.
Sin embargo, mencionó soluciones técnicas para que esos sedimentos no sean movidos por las lluvias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo del Mar Menor es una vergüenza por parte de casi todos, hay poco interés o ninguno en salvarlo. Si hubiese verdadera voluntad ya se habrían ganado cinco años