El Aeropuerto Internacional de Corvera
no se llama Aeropuerto Internacional de Corvera, sino Aeropuerto
Internacional Juan de la Cierva. Pero esto, por lo visto, hay que
decirlo con la boca pequeña porque De la Cierva, al parecer, era
franquista, y en otros lugares de España le están quitando las calles
mientras en Murcia le ponemos placa en un aeropuerto, aunque sea un
aeropuerto para Ryanair, esa línea.
El murciano, como sabemos, inventó
el autogiro, y abrió paso a la aviación civil, de modo que no está mal
pensado perpetuar su nombre en una instalación que al cabo existe, en
cierto modo, gracias a sus investigaciones. Pero alguien ha constatado
que De la Cierva fue inventor y franquista al mismo tiempo, aunque una
cosa no sea causa de la otra y el tocino siga sin tener que ver con la
velocidad.
Sin embargo, para algunos esto significa un problema, que se
extiende por el hecho de que los tres grandes inventores que ha dado
esta Región por tierra, mar y aire son de derechas, militares o
franquistas.
Es curioso que
una Región que en el presente no se distingue por impulsar un modelo I+D
pueda, sin embargo, pregonar que fueron hijos suyos los inventores nada
menos que del submarino, del autogiro y de las estructuras móviles
desplegables: Isaac Peral, Juan de la Cierva y Emilio Pérez Piñero,
todos franquistas, incluso aunque el primero viviera antes de Franco,
pero se le veía venir, pues ya sabemos que los Reyes Católicos también
fueron franquistas.
¿Qué hacemos con ellos, con nuestros grandes
inventores? Tal vez lo que hasta ahora, pues incluso antes de que
surgiera la actual fiebre fumigadora de placas incorrectas, ninguno de
los tres ha sido reivindicado como debiera de acuerdo a sus méritos
profesionales con independencia de los condicionamientos políticos de su
tiempo. (El olvido del calasparreño Pérez Piñero, un genio, es
especialmente insoportable).
Pero
siempre hay una excepción. En la Exposición Universal de 1992 en
Sevilla, cuyo lema fue La Era de los Descubrimientos, la Región de
Murcia presentó un pabellón que acogió el submarino de Peral y las
estructuras móviles de Pérez Piñero, y aunque en los folletos también
figuraba el autogiro de De la Cierva, su ingenio estuvo ausente. Y esto
aunque la Comunidad Autónoma había encargado al Ejército del Aire la
realización de una maqueta a tamaño natural del autogiro según los
planos trazados por su inventor.
Y, en efecto, el prototipo fue
realizado y el Gobierno regional de entonces abonó los cinco millones de
pesetas que costó la pieza. Poco antes de la inauguración de la Expo,
un camión del Ejército del Aire la trasladó al recinto sevillano, pero
el arquitecto del pabellón el murciano, Vicente Martínez Gadea, había
previsto situarla en el aire, sostenida sobre el edificio por una gran
barra de hierro, simulando el vuelo, y los militares que trasladaron el
autogiro lo querían a ras de tierra, a la entrada del recinto
expositivo.
Tras un intenso debate sobre el asunto, y a la vista de que
Martínez Gadea no se plegó al capricho de los altos mandos militares, el
camión dio la vuelta, el autogiro no fue expuesto y la barra prevista
para sostenerlo permaneció huérfana durante los seis meses que duró la
Expo.
Al parecer, el autogiro permanece guardado en el aeródromo de
Cuatro Vientos, en Madrid, y tal vez sea el momento de reclamarlo para
ser expuesto en el hall del aeropuerto; al fin y al cabo lo hemos pagado
los murcianos.
Franquista o
no, el murciano De la Cierva hizo una gran invención, y ya se sabe que
el único que no fue franquista durante el franquismo fue Franco.
(*) Columnista
https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/01/17/autogiro-existe/989224.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario