Cuarenta y ocho horas después de las elecciones andaluzas, que han
desconcertado a todos los partidos, a unos por defecto y a otros por
exceso, siguen las tensiones internas en los estados mayores y en los
aparatos de los partidos, exigiendo responsabilidades, especialmente en
los que se presentaban como ganadores (caso del PSOE y Adelante
Andalucía) que no han conseguido sus objetivos y que se estaban
repartiendo ya, incluso algunos puestos entre ellos y poniendo
condiciones (la propia Teresa Rodríguez) como la salida previa de Susana
Díaz de la Presidencia para poder negociar.
Porque, efectivamente, como pedía la candidata de Podemos e Izquierda
Unida Teresa Rodríguez, a la candidata a la Presidencia de la Junta,
después de treinta y seis años de dominio socialista y de Gobierno PSOE
durante los últimos años, que no podía seguir siendo Susana Díaz
interlocutora, ya que había perdido unas primarias y era la responsable
de la situación de deterioro de la antinomia, sino otra persona que no
estuviese tan contestada como la actual Presidenta andaluza.
Tanto
Rodríguez como su compañero, el alcalde de Cádiz, también del sector
anticapitalista de Podemos, conocidos los dos como “los Clinton de
Cádiz”, son prácticamente irreconciliables con la Presidenta andaluza y
los que más batallas han planteado en la última legislatura.
Pero al margen de estas peripecias lo que es claro que la posición de
Díaz es insostenible y, según afirma algún que otro colaborador suyo,
todavía no parece haberse enterado que no sólo ha perdido las elecciones
autonómicas, sino que ha llevado al socialismo andaluz, decisivo para
ganar unas elecciones generales, a unos extremos que nunca había
llegado, aunque ella está empeñada en intentar una investidura,
acudiendo al apoyo de Ciudadanos, algo que a estas alturas es imposible
sabiéndose cuestionada, al referirse el secretario de organización, José Luis Ábalos, en una intervención ante la prensa, a la puerta de salida.
Hoy la Presidenta de la Junta ha matizado, asegurando que sólo se
presentará a la investidura ante el Pleno del Parlamento si cuenta con
los “apoyos suficientes” para ser reelegida como jefa del Ejecutivo
andaluz, y ha expresado que cuenta con el respaldo del secretario
general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para tratar
de evitar que el Gobierno autonómico quede en manos “de la extrema
derecha”.
Hoy, también por primera vez, ha admitido que quizá se han
cometido errores durante la campaña como el no querer hablar de
Cataluña, algo que se ha interpretado como una crítica a la política de La Moncloa hacía el independentismo catalán.
Ante la posibilidad de que siga aumentando el enfrentamiento con la
actual Presidenta andaluza en funciones, son numerosos los alcaldes que
se han dirigido a la dirección del PSOE en Ferraz para que termine ese
enfrentamiento, o se proceda al cese-dimisión de la Presidenta para
evitar males mayores de cara a las municipales.
(*) Periodista y economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario