lunes, 31 de diciembre de 2018

¿Van a venir a ayudarnos? / Guillermo Herrera *

Hay mucha gente que repite machaconamente que “nadie va a venir a ayudarnos”, tras mis artículos esperanzadores, pero yo les respondo que ya estamos aquí las semillas estelares que vinimos a ayudar por Amor voluntariamente a la humanidad, a los animales y al planeta Tierra, nuestra amada Madre Gaia. ¡Doy fe de ello!

Por lo tanto la ayuda ya está aquí, y cada uno cumple con su papel lo mejor que sabe y puede, porque forma parte de su contrato prenatal. Otros, en cambio, no han despertado, y por lo tanto no saben cuál es su misión en la vida. Y hay quien muere sin saber a lo que vino, lo que le hace sufrir mucho en el otro barrio. Por el contrario, no hay nada más feliz que seguir la vocación de cada uno.

SOMOS DIFERENTES
Hay cuatro tipos de Trabajadores de la Luz muy diferentes:
  • Los destructores de sistemas injustos, que suelen ser los activistas sociales, y suelen tener alma pleyadiana. (Me acuerdo del médico andaluz ‘Spiriman’)
  • Los constructores de soluciones alternativas, que incluyen todo tipo de inventores de tecnologías limpias y ecológicas, arquitectos, ingenieros, artistas, innovadores, vanguardistas, etc.
  • Los sanadores de todo tipo que asumen papeles de médicos, psicólogos e incluso curanderos, chamanes o profesores de Yoga, por su vocación docente.
  • Los informadores decentes que solemos difundir información relevante para despertar a la gente, y que asumimos los papeles de periodistas, escritores, ‘youtubers’, conferenciantes, etc.
No hace falta decir que yo pertenezco humildemente al cuarto tipo y no presumo de nada, porque hay periodistas más valientes que yo, como Josele Sánchez, director de “La Tribuna de España”, a quien han puesto precio a su cabeza, y otros muchos compañeros periodistas que murieron asesinados.

Pero también asesinaron a inventores de motores de agua, a médicos que descubrieron una cura barata para el cáncer, que arruinaba el negocio de la quimioterapia, a activistas sociales molestos como Martín Lutero King, o a los que descubrieron la fusión fría o la energía libre de punto cero y racimo de carga. Y a los que no asesinan, los amenazan o los sobornan para taparles la boca.

En fin, que cada persona que desea trabajar tiene un papel diferente, y pone su granito de arena para acelerar la evolución de nuestra amada especie humana, y evitar nuestra autodestrucción, que parece ser un programa trágico que llevamos impreso en nuestros genes de Caín.

La ‘Matrix’ nos empuja a luchar unos contra otros como gallos de pelea, para dividir nuestra fuerza, o simplemente al deporte de criticarnos entre nosotros mismos, en lugar de centrarse cada uno en su trabajo, porque del mismo modo que no existen dos personas iguales, tampoco existen dos misiones iguales, ya que cada uno tiene un papel único, exclusivo e irrepetible. Por lo tanto no hay nada que envidiar, porque todos somos importantes.

AYUDA EXTERNA
Esto no quiere decir que no exista ayuda externa. ¡Claro que existe! Porque “lo cortés no quita lo valiente”. Pero no es como la imaginamos, un marcianito bajando de un platillo volante para salvar a la humanidad o darle un ultimátum como en la película de Keanu Rives. Existen muchos tipos de ayuda externa, y la mayoría son invisibles, porque son seres benévolos que controlan dimensiones que no son visibles para el ojo humano, y no tienen ningún afán de notoriedad ni deseo de ser adorados como dioses.

Está claro que nosotros no podemos luchar físicamente contra los demonios por la sencilla razón de que no podemos verlos, y ahí está el papel más importante de la “Caballería Galáctica” que viene en nuestra ayuda. Paro también han abortado muchas veces el intento de comenzar una tercera guerra mundial y han frustrado epidemias como la gripe aviar y otras muchas.

Pero mucho cuidado, confiar sólo en la ayuda externa “sin pegar un palo al agua” puede conducir a la flojera y a la pasividad, porque lo principal es el trabajo duro que haga cada uno, y la ayuda externa puede venir como un premio, como una propina, como un estímulo, pero nunca como un sustituto de nuestro trabajo y de nuestra misión personal, que es lo más importante.

AYÚDATE Y TE AYUDARÁN
Por eso las personas que se pasan la vida haciendo rituales de prosperidad, sin esforzarse, para que el dinero les caiga por la chimenea, no se dan cuenta de que el mejor ritual de prosperidad que existe es buscarse un buen trabajo y poner todo el empeño en hacerlo bien. Por eso dice el refrán “ayúdate y te ayudarán”.

Hay que cultivar la esperanza y no perderla nunca, pero el ser humano suele ser flojo por naturaleza y confía demasiado en que le va a tocar la lotería, van a ganar un concurso televisivo, o le van a llover monedas de oro del cielo. A los que ‘triunfan’ les dicen que “tienen mucha suerte”, pero mi tío me decía que “cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”.

Ya sabemos que nadie se hace rico trabajando, pero ¿para qué quiero tener un Ferrari o un Maserati en la puerta de mi casa si puedo ser feliz con un simple coche utilitario? como lo era el expresidente de Uruguay Pepe Múgica, con su viejo Volkswagen escarabajo, y se negaba a subir a un coche oficial de lujo. 

¡A mí me emocionaba este hombre cuando hablaba con cariño y sencillez!



(*) Periodista

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