Con lo malito que está el PSOE van y se
traen a Pepe Blanco. A Murcia precisamente. Vino a hablar de energías
renovables, justo el capítulo con que durante su gobernación promovió la
ruina y la inseguridad jurídica en aquellos que creyeron que la cosa
iba en serio. Es una metáfora maldita, pues si el PSOE necesita energía
renovable para salir de la perplejidad socialdemócrata debería olvidarse
de aquellos que lo hundieron.
Verbigracia, Pepe Blanco y su troupe.
¿Qué es eso de que el ´nuevo PSOE´ saque a pasear a los espectros del
zapaterismo? ¿Es que se han vuelto locos? Aquí, el que pretende
renovarse es el propio eurodiputado, quien viendo venir la fecha de las
elecciones europeas ha decidido salir de su retiro dorado para iniciar
su campaña y repetir en la candidatura socialista. ¿Y dónde mejor que
inaugurar la road movie electorera que en la olvidadiza Murcia, a la que
vino cuando era ministro de Fomento para inaugurar la variante de
Camarillas y la clausuró poco después a cuenta de los recortes
presupuestarios de la crisis que nunca existió (desaceleración y eso,
decía entonces su jefe Zapatero) sin dar, en ese caso, la cara?
Y eso
que cara, lo que se dice cara, a Blanco no le falta. Aunque, ya digo, no
la da. Ni siquiera cuando ofrece la mano. Quienes lo saludaron el
pasado fin de semana en Murcia se dividen en dos grupos. Uno, el de los
que dicen que entrega la palma sin mirar a los ojos; dos, el de los que,
sin recibirla, obtienen su mirada, y aseguran que es inquietante.
La
penúltima vez que vimos a Blanco fue a la entrada de la sede socialista
de Ferraz, cuando se dirigía a contribuir al ´golpe de estado´ contra
Pedro Sánchez en favor de Susana Díaz y durante el trayecto hacia la
puerta recibía pitos e improperios de sus compañeros de partido, entre
ellos (en este caso, con más razón) los llegados desde Murcia.
La
apuesta por la andaluza no resultó la adecuada a sus intereses
personales, de modo que ahora, pasado el tiempo, reaparece en modo
colaborativo con Pedro Sánchez, que es quien deberá colocarlo el año que
viene en el racimo de la privilegiada lista al Parlamento Europeo, sin
más mérito que los servicios no prestados, pero a cuenta de una
millonaria jubilación para confirmar el estatus adquirido tras la
construcción de su chaletazo en zona cool de Madrid y la matriculación
de su prole en los colegios privados en que pueden codearse con los
compiyoguis del estatus al que papá combate de boquilla. Hay que ver lo
que da parar con el coche oficial en determinadas gasolineras.
Habla
Pepe Blanco, bien oiréis lo que decía: «De Guindos es el responsable
del hundimiento de Lehman Brothers». Nivelazo. Esto para justificar el
rechazo de su partido a que el ministro de Economía del PP adquiriera el
cargo pretendido en las instituciones europeas como si él mismo, que
también ha sido premiado con un cargo en Europa, no hubiera sumado al
currículo de su gobernación cinco millones de parados.
La importancia
que Blanco concede a De Guindos es excesiva, de tal manera que si fuera
cierto que el representante en España de aquel banco de inversiones
hubiera sido pieza principal en su demolición tendríamos que pensar que
la economía española de los tiempos del Gobierno Zapatero, al que
perteneció Blanco, fue decisiva en la irrupción de la crisis mundial de
2008.
Pero hablando de
demoliciones, lo que sí está constatado es que entre ZP y Blanco
hundieron la economía española cuando no quisieron aceptar la existencia
de la crisis; cuando impulsaron medidas demagógicas para estimular la
actividad con obras públicas tan innecesarias como electoralistas hasta
vaciar el superávit entonces existente; cuando, una vez atropellados por
la realidad modificaron la Constitución para hacer prevalecer el
interés de los dueños de la deuda del Estado frente a los servicios que
éste debía prestar, y cuando iniciaron una política de recortes y
contrarreformas que estableció el guion para que el PP las continuara
con más saña, pero en la misma línea, ya convalidadas y legitimadas por
sus antecesores socialistas. Así fue como Zapatero y Blanco no sólo
hundieron a España, sino al PSOE, que desde entonces no levanta cabeza.
Y
ahora van los del PSRM y traen a Murcia al funesto exministro para
darle una vuelta, una vez que el gallego se ha apañado la vida a costa,
gracias a su incompetencia y a la frivolidad del zapaterismo, del
sufrimiento de miles de personas. Que otros vinieran que buenos los
hicieran no es un atenuante. ¿Es esta la energía renovable del ´nuevo
PSOE´?
(*) Columnista
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/02/20/blanco/899496.html
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