martes, 6 de febrero de 2018

Planeta prisión / Guillermo Herrera *

Siempre me había preguntado por qué este llamado planeta prisión, colonia penal, granja humana o gallinero humanoide es el más duro y difícil de las más de veinte cárceles planetarias existentes en esta galaxia, según Alex Collier. La respuesta me la dio Gerardo Amaro: porque la Tierra es una bomba de amor, y el día que despierte producirá la liberación de otras humanidades, ya que todos estamos interconectados, y se les acabará el negocio a los seres regresivos. Es decir, que nos tienen miedo y envidia, y por eso se han ensañado contra nosotros.
 
Dicen los contactados que las civilizaciones más avanzadas son las que viven en el centro de la galaxia, pero nosotros vivimos en la periferia, lo que equivale a los arrabales, favelas, o barrios marginales de una gran ciudad, llenos de mala vida y de tipos peligrosos. Parece ser que la escoria de la galaxia se refugió en este lejano planeta durante las guerras de Orión y de Lira. A esta escoria la llaman las religiones los “ángeles caídos”.

Pero no todo es malo aquí. La Tierra es una anomalía tan amorosa que la calidad del arte y de la música que se compone aquí, no existe en otros planetas. Aquí se cometen las mayores atrocidades, pero también las acciones más sublimes y generosas, porque es un planeta extremadamente polarizado entre el bien y el mal, como el blanco y negro del ajedrez o las losas de una logia masónica. Según Gerardo Amaro, hay 160 razas cósmicas que extraen energía humana de este planeta, porque nos consideran como ganado de una explotación empresarial. Por eso es tan importante que despertemos y nos liberemos de esta explotación.

Otra singularidad de la Tierra es que es un gran archivo cósmico, una biblioteca gigantesca que contiene registros akáshicos de planetas muy lejanos que se escondieron aquí para protegerlos de la gran guerra galáctica que se narra en la saga de las películas “Star War” que, por cierto, contiene mucha información veraz siguiendo aquel dicho de “si quieres esconder algo, ponlo delante de todo el mundo para que lo vea”. Otra característica es que, al hallarse en un extremo de la galaxia, es una estación de paso o reabastecimiento para viajar a otras galaxias los seres que pueden hacerlo.

Otro de nombre cósmico de este orbe es “el planeta de las penas” porque aquí se sufre mucho, debido a la gran densidad de esta dimensión y a la maldad e ignorancia de los seres y sistemas de control que hay implantados. Aquí no hacen falta barrotes de acero ni dictaduras militares férreas para tenernos encarcelados, sino sistemas de creencias para que nos reprimamos a nosotros mismos y nos enfrentemos entre nosotros constantemente. 

Por eso se crearon treinta mil religiones, y no se sabe cuántas ideologías políticas, junto a diversas costumbres y tradiciones para complicarnos la vida. No es un solo sistema, sino múltiples sistemas que pueden tardar 45 años en desmontarse.

Lo bueno es que el ser humano es una creación magistral de ingeniería genética, que necesita algunos arreglos para restaurarlo, quitarle agresividad y darle más sabiduría. Tanto es así que los llamados ángeles caídos nos tienen envidia por la calidad de nuestra creación, ya que ellos fueron creados antes que nosotros y se consideran con más derechos.

Lo malo del ser humano es que se ha mantenido en la ignorancia a través del engaño, y se ha dejado manipular fácilmente por los muchos sistemas de control que existen. Es decir, que nosotros mismos también tenemos una parte de responsabilidad en la degradación del estado de cosas.

La buena noticia es que ahora estamos despertando y que a todas las armas que se han alzado en nuestra contra por el llamado NOM o “nuevo orden mundial” (que no es nuevo, sino muy viejo, esclavizar a la Humanidad) les ha salido el tiro por la culata desde el despertar que se produjo a partir de los años sesenta. 

Por ejemplo, se provocó adrede una explosión demográfica para crear más ganado de baterías humanas para extraer energía, pero este “baby boom” provocó el nacimiento de almas muy evolucionadas que no eran otros que los mismos que habían ayudado a crear estos sistemas de control, y que ahora se sentían en la obligación de desmontarlos. 

Ahora quieren hacer todo lo contrario, porque la gente se le ha escapado de las manos, que es reducir la población. Por eso el doctor Robert Gallo confesó hace poco que él mismo fue obligado a crear el virus del sida para reducir a la población de raza negra.

Otro sistema de control fue la creación de Internet y de las redes sociales para entretenernos en cotilleos e idioteces sin sentido, pero estas redes se están llenando de información, cada vez más valiosa, que está provocando el despertar de la humanidad. También la crisis económica es otro sistema de control, pero eso da para otro artículo. Por lo tanto el NOM es el plan B para esclavizar a la humanidad, tras el fracaso del plan A, pero también fracasará, porque el miedo ha cambiado de bando: ahora son ellos los que tienen miedo, no nosotros.

Hay dos técnicas para controlar a la Humanidad: situarnos en un estado de miedo y confort para luego llenarnos la cabeza con su programación. Pero cada vez hay más personas que están sacando la cabeza fuera del agua para ver lo que hay más allá y descubrir nueva información que desmonta la programación organizada por la élite. 

Recuerdo el poder que tenía “la caja tonta” de la tele hace unos años, y cómo ha ido perdiendo su control a medida que la gente se ponía a buscar su propia información a la carta por Internet.

Es decir, que la liberación de la Humanidad se está produciendo, pese a quien pese, que vamos a tener que trabajar muy duro para cambiar el mundo, con la ayuda de otros seres benévolos, y que tenemos ante nosotros un futuro prometedor y maravilloso, que no estará exento de contratiempos hasta que obtengamos la victoria final que el Apocalipsis llama la Jerusalén celestial. ¡Les deseo lo mejor para todos!


(*) Periodista

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