Siempre me había preguntado por
qué este llamado planeta prisión, colonia penal, granja humana
o gallinero humanoide es el más duro y difícil de las más
de veinte cárceles planetarias existentes en esta galaxia, según
Alex Collier. La respuesta me la dio Gerardo Amaro: porque la
Tierra es una bomba de amor, y el día que despierte producirá la
liberación de otras humanidades, ya que todos estamos
interconectados, y se les acabará el negocio a los seres regresivos.
Es decir, que nos tienen miedo y envidia, y por eso se han
ensañado contra nosotros.
Dicen
los contactados que las civilizaciones más avanzadas son las que
viven en el centro de la galaxia, pero nosotros vivimos en la
periferia, lo que equivale a los arrabales, favelas, o barrios
marginales de una gran ciudad, llenos de mala vida y de tipos
peligrosos. Parece ser que la escoria de la galaxia
se refugió en este lejano planeta durante las guerras de Orión
y de Lira. A esta escoria la llaman las religiones los “ángeles
caídos”.
Pero
no todo es malo aquí. La Tierra es una anomalía tan amorosa que
la calidad del arte y de la música que se compone aquí, no existe
en otros planetas. Aquí se cometen las mayores atrocidades, pero
también las acciones más sublimes y generosas, porque es un
planeta extremadamente polarizado entre el bien y el mal, como el
blanco y negro del ajedrez o las losas de una logia masónica. Según
Gerardo Amaro, hay 160 razas cósmicas que extraen energía humana
de este planeta, porque nos consideran como ganado de una
explotación empresarial. Por eso es tan importante que despertemos y
nos liberemos de esta explotación.
Otra
singularidad de la Tierra es que es un gran archivo cósmico, una
biblioteca gigantesca que contiene registros akáshicos de
planetas muy lejanos que se escondieron aquí para protegerlos de la
gran guerra galáctica que se narra en la saga de las películas
“Star War” que, por cierto, contiene mucha información veraz
siguiendo aquel dicho de “si quieres esconder algo, ponlo delante
de todo el mundo para que lo vea”. Otra característica es que, al
hallarse en un extremo de la galaxia, es una estación de paso o
reabastecimiento para viajar a otras galaxias los seres que
pueden hacerlo.
Otro
de nombre cósmico de este orbe es “el planeta de las penas”
porque aquí se sufre mucho, debido a la gran densidad de esta
dimensión y a la maldad e ignorancia de los seres y sistemas de
control que hay implantados. Aquí no hacen falta barrotes de acero
ni dictaduras militares férreas para tenernos encarcelados, sino
sistemas de creencias para que nos reprimamos a nosotros mismos
y nos enfrentemos entre nosotros constantemente.
Por eso se crearon
treinta mil religiones, y no se sabe cuántas ideologías políticas,
junto a diversas costumbres y tradiciones para complicarnos la vida.
No es un solo sistema, sino múltiples sistemas que pueden tardar 45
años en desmontarse.
Lo
bueno es que el ser humano es una creación magistral de
ingeniería genética, que necesita algunos arreglos para
restaurarlo, quitarle agresividad y darle más sabiduría. Tanto es
así que los llamados ángeles caídos nos tienen envidia por la
calidad de nuestra creación, ya que ellos fueron creados antes
que nosotros y se consideran con más derechos.
Lo
malo del ser humano es que se ha mantenido en la ignorancia a través
del engaño, y se ha dejado manipular fácilmente por los muchos
sistemas de control que existen. Es decir, que nosotros mismos
también tenemos una parte de responsabilidad en la degradación del
estado de cosas.
La
buena noticia es que ahora estamos despertando y que a todas las
armas que se han alzado en nuestra contra por el llamado NOM o “nuevo
orden mundial” (que no es nuevo, sino muy viejo, esclavizar
a la Humanidad) les ha salido el tiro por la culata desde
el despertar que se produjo a partir de los años sesenta.
Por
ejemplo, se provocó adrede una explosión demográfica para crear
más ganado de baterías humanas para extraer energía, pero este
“baby boom” provocó el nacimiento de almas muy evolucionadas
que no eran otros que los mismos que habían ayudado a crear estos
sistemas de control, y que ahora se sentían en la obligación de
desmontarlos.
Ahora quieren hacer todo lo contrario, porque la gente
se le ha escapado de las manos, que es reducir la población.
Por eso el doctor Robert Gallo confesó hace poco que él mismo fue
obligado a crear el virus del sida para reducir a la población de
raza negra.
Otro
sistema de control fue la creación de Internet y de las redes
sociales para entretenernos en cotilleos e idioteces sin sentido,
pero estas redes se están llenando de información, cada vez más
valiosa, que está provocando el despertar de la humanidad.
También la crisis económica es otro sistema de control, pero eso da
para otro artículo. Por lo tanto el NOM es el plan
B para esclavizar a la humanidad, tras el fracaso del plan A,
pero también fracasará, porque el miedo ha cambiado de bando: ahora
son ellos los que tienen miedo, no nosotros.
Hay
dos técnicas para controlar a la Humanidad: situarnos en un estado
de miedo y confort para luego llenarnos la cabeza con su
programación. Pero cada vez hay más personas que están sacando
la cabeza fuera del agua para ver lo que hay más allá y descubrir
nueva información que desmonta la programación organizada por la
élite.
Recuerdo el poder que tenía “la caja tonta” de la
tele hace unos años, y cómo ha ido perdiendo su control a medida
que la gente se ponía a buscar su propia información a la carta por
Internet.
Es
decir, que la liberación de la Humanidad se está produciendo,
pese a quien pese, que vamos a tener que trabajar muy duro
para cambiar el mundo, con la ayuda de otros seres benévolos, y que
tenemos ante nosotros un futuro prometedor y maravilloso, que
no estará exento de contratiempos hasta que obtengamos la victoria
final que el Apocalipsis llama la Jerusalén celestial. ¡Les deseo
lo mejor para todos!
(*) Periodista
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