MADRID.- El BBVA ejecutó dos grandes operaciones la semana pasada: la venta de su filial en Chile por 1.850 millones y la del 80% de sus inmuebles adjudicados a Cerberus por cerca de 4.000 millones. Unos ingresos muy importantes que han desatado la especulación sobre el destino de los mismos. Una de las posibilidades es acometer una operación corporativa, a la que Mediobanca pone nombre: Bankia. Todo el mundo saldría ganando (menos José Ignacio Goirigolzarri) y podría acometerse mediante una ampliación de capital o la venta del antiguo Compass en Estados Unidos, según El Confidencial.
La lógica detrás de la operación es la siguiente: el Gobierno quiere
privatizar Bankia cuanto antes —presionado por Bruselas, que considera
que la presencia del Estado en su capital con un 67% distorsiona la
competencia— y, a la vez maximizar los ingresos para recuperar todo lo
posible el dinero del rescate; es difícil que consiga ambos objetivos
colocando pequeños paquetes en bolsa; así que una opción mejor sería una
fusión con otra entidad. Y ahí el BBVA es el mejor posicionado (descartado
el Santander tras la compra del Popular) porque, "cuanto más grande sea
el comprador, más margen tiene para sinergias", según un análisis
titulado 'El alieneamiento de los planetas'.
Por tanto, con esta operación Luis de Guindos se quitaría de encima el problema de Bankia de un plumazo, siempre que el precio fuera bueno. El analista de Mediobanca Andrea Filtri estima que BBVA podría pagar una prima superior al 30%
sobre los niveles actuales de cotización, sobre la base de unas
sinergias de 700 millones y de que la operación fuera neutral para el
beneficio por acción en 2020, lo que valoraría la entidad rescatada en
unos 15.000 millones.
Desde la perspectiva de BBVA, la entidad conseguiría unas sinergias del 38% de la base de costes y se haría con el liderazgo en España con una cuota de mercado superior al 20%. Es decir, Francisco González
adelantaría al Santander-Popular y se haría con la entidad que preside
su 'enemigo íntimo', Goirigolzarri. Por no hablar de la reducción del
coste de financiación, el aprovechamiento de los créditos fiscales (DTA)
y la optimización de los activos ponderados por riesgo. Miel sobre
hojuelas.
Vender Compass o ampliar capital
Ahora bien,
para acometer la operación, no sería suficiente con los ingresos y el
incremento de capital derivados de las recientes desinversiones, sino
que tendría que conseguir más recursos. Y ahi tiene dos opciones, según
el banco de inversión que dirige Francisco Bachiller en España: vender la filial en Estados Unidos o ampliar capital. La primera sería su alternativa preferida, dado que "Compass está lastrando la rentabilidad de BBVA y el positivo ciclo de tipos de interés en EEUU debería proporcionarle un buen precio de salida".
"Esta venta liberaría suficiente capacidad de balance como para
comprar Bankia, más que duplicaría la rentabilidad (ROAC) y daría como
resultado una mejora del beneficio por acción del BBVA de doble dígito",
estima este análisis. Su conclusión es que esta operación, que define
como perder un satétile para ganar un planeta", "parece tan buena que casi no es de este mundo".
Si FG no se decide a acometer esta venta, la alternativa tampoco es mala: una ampliación de capital que devolviera la solvencia del BBVA al 11% tras pagar 15.000 millones por Bankia, que cifra en 11.000 millones.
A pesar de este enorme tamaño -la del Santander para adquirir Popular
fue de 7.000 millones- Mediobanca considera que las sinergias por sí
solas merecen la pena, y además están los ahorros en el coste de
financiación, la optimización del balance los activos fiscales diferidos
(DTA) y la subida de precios objetivos que vendría con su liderazgo de
mercado.
Subasta competitiva... o no
No obstante, la adquisición de Bankia por el BBVA no sería tan sencilla. Desde un banco de inversión recuerdan que el Estado a través del FROB tendría que acometer un procedimiento competitivo
para subastar Bankia y que no podría venderla negociando únicamente con
un banco. Sin embargo, un fondo especializado en el sector está
convencido de que "no se iba a presentar nadie más".
Por otro lado, está el precedente de BMN,
la otra entidad nacionalizada, donde el FROB hizo un estudio sobre si
salía mejor subastarlo o fusionarla con Bankia. A pesar de que aseguró
haber recibido una oferta (se negó a revelar de quién), decidió no
ejecutar un proceso competitivo sino entregársela a Bankia a un precio inferior al de la supuesta oferta: 825 millones frente a 1.300.
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