lunes, 18 de diciembre de 2017

Cataluña deja al Gobierno de Rajoy en un callejón sin salida / José Hervás *

Pese a que los cons­ti­tu­cio­na­listas pueden sacar más votos que los in­de­pen­den­tis­tas, el con­senso de los son­deos les da por de­trás de estos úl­timos en es­caños. La ex­pli­ca­ción es sen­ci­lla. Los cons­ti­tu­cio­na­listas ga­na­rían cla­ra­mente en la pro­vincia de Barcelona, que suma el 75 % del censo ca­ta­lán, pero solo elige al 63% de los dipu­tados. Los in­de­pen­den­tistas son más fuertes en el in­te­rior. Según un des­ta­cado di­ri­gente del PP, todo ello es con­se­cuencia del aban­dono que se ha hecho de la re­pre­sen­ta­ción del Estado en estas zonas de Cataluña. 

La foto fija con la que trabaja el Partido Popular tras los últimos sondeos publicados la semana pasada, el último día en que podían hacerse públicos los mismos, da la victoria en diputados a Ciudadanos con 31 escaños. El segundo partido entre los constitucionalistas sería el PSC con 22 escaños, en último lugar de los constitucionalistas quedaría el Partido Popular. Perdería tres escaños para quedarse solo en 8 diputados.

Sería el último partido con representación parlamentaria y el peor resultado de todas las elecciones autonómicas. Deja en entredicho el liderazgo de Xavier García Albiol y la estrategia de la dirección nacional en Cataluña. La suma de los partidos constitucionalistas es de 61 escaños, quedándose a 7 escaños de la mayoría absoluta que viene marcado por 68 diputados.

Entre los independentistas la victoria sería para ERC, con 29 escaños, dos menos que los conseguidos por Inés Arrimadas. Junts per Catalunya conseguiría 24 y la CUP perdería 1 diputado respecto de las pasadas elecciones para quedarse en 9. Los partidos independentistas obtendrían 62 escaños, se quedan a 6 escaños de la mayoría absoluta.

La gobernabilidad en Cataluña quedaría en manos del líder de Catalunya en Comú-Podem, Xavier Domènech, que busca la vía intermedia, un gobierno tripartito, de Izquierdas con ERC, PSC y ellos mismos, pero los resultados no darían para ese tripartito. Sus 12 diputados, más los 22 del PSC y los 29 de ERC dejarían este tripartito a 5 escaños de la mayoría. Necesitarían la abstención de algunos diputados de JxC.

En este caso se produce la paradoja de que Catalunya en Comú-Podem cuenta con una bolsa potencial de votantes que en un 75% no son independentistas, mientras que la totalidad de sus candidatos lo son, aunque defiendan pactar la convocatoria del referendo.

En cuanto a la abstención necesaria para gobernar por parte de JxC, no está claro que los partidarios de Puigdemont estén dispuestos a dejarles hacer, ni aunque los líderes de Podem se comprometan previamente a mantener la vía de la independencia. Puigdemont se considera el único presidente legítimo incluso después de que se celebren las elecciones. Y lo cree porque sigue manteniendo que la convocatoria actual, bajo el amparo del artículo 155, es ilegal.

Con todo, la hoja de ruta sería muy distinta, sobre todo con la presencia del líder de los socialistas Miguel Iceta en ese Gobierno tripartito al que aspira a presidir. Sería con probabilidad la mejor salida al previsible callejón sin salida al que van a conducir los resultados de las elecciones del próximo jueves. Por eso está toda España y toda Europa, incluso la no comunitaria, pendiente de los que sucederá en Cataluña tras las elecciones de este jueves.

Lo importante es España, pero también será muy importante lo que suceda para el Gobierno y para el partido que le apoya.

El hundimiento del Partido Popular en Cataluña, quedando además el último de los partidos con representación en el Parlament, no solo supondría el fracaso de la operación 155, tendría además consecuencias en el ámbito nacional. Abriría de nuevo el debate sobre el liderazgo del partido y recordarían vientos ‘ucederos’ sobre el partido en las autonomías.

Por supuesto supondría el cuestionamiento de la aplicación y gestión del artículo 155 y sobre todo de la convocatoria de elecciones exprés. Que fuera una de las condiciones esenciales del Partido Socialista, junto con la no intervención de la dirección de TV3, no serviría para justificar unos resultados muy negativos de los populares.

No hay que descartar que Susana Díaz pueda jugar con la posibilidad de anticipar elecciones en Andalucía para tratar de parar el efecto Arrimadas en su territorio, dar solidez a su posición en el partido socialista e infringir una nueva derrota a Rajoy.



(*) Periodista

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