MADRID.- La desaparición de los neandertales
es el misterio más profundo del pasado remoto de la humanidad. Los
científicos no han llegado a una teoría compartida sobre por qué esta
especie de homínidos, la más cercana a nosotros, desapareció de la faz de la Tierra hace miles de años,
pero, en cambio, sí están de acuerdo sobre el lugar en el que
sobrevivieron sus últimos ejemplares: el sur y el oeste de la península
Ibérica.
Un estudio internacional publicado en la revista científica Heliyon
sostiene que en tres yacimientos de la cuenca del río Mula, en Murcia,
los neandertales sobrevivieron al menos 3.000 años más que en el resto
de Europa, hasta su extinción hace unos 37.000 años, recoge hoy El País.
El hecho de que resistiesen mucho más tiempo en algunas regiones también
puede ofrecer pistas sobre los motivos de su extinción. Se trata de
lugares que permanecieron relativamente aislados, con un impacto menos
contundente de las variaciones climáticas, sobre todo de las
glaciaciones, y, además, sin entrar en contacto con una nueva especie de
homínidos que comenzó a poblar Europa desde África hace unos 40.000
años, los homo sapiens, nosotros.
"La persistencia de grupos de cazadores, en un momento de baja densidad
poblacional, implica la ocupación de territorios de centenares de miles
de kilómetros cuadrados, con los efectivos mínimos necesarios para
escapar a la extinción", explica el portugués João Zilhão, investigador
de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea,
en sus siglas en catalán) en la Universidad de Barcelona y autor
principal del informe, en el que también han participado científicos
portugueses, españoles, alemanes, austriacos e italianos. "No se debería
hablar de último lugar, sino de última región o últimas regiones". Con
los datos disponibles actualmente, fue en las tierras ibéricas, al sur
de la cordillera cantábrica y al sur y al oeste de la depresión del
Ebro, donde los neandertales resistieron durante más tiempo como
población biológica y culturalmente aislada.
En otros lugares de la Península también existen pruebas de su
persistencia: se trata de los yacimientos de Gorham, en Gibraltar, y las
grutas Da Oliveira y Foz do Enxarrique, en Portugal. Los responsables
de la excavación gibraltareña sostienen que en ese lugar pudieron
sobrevivir mucho más tiempo, hasta hace 28.000 años, pero la mayoría de
los científicos ponen en duda estas dataciones, aunque sí reconocen que
fue uno de los sitios en los vivieron los últimos neandertales. Las
fechas de Murcia se basan en mediciones de radiocarbono y en la
aparición de industria lítica asociada a esta especie en niveles de
excavación correspondientes a esos periodos.
"Nuestra hipótesis es que, por razones relacionadas con las
fluctuaciones climáticas de la época, la depresión del Ebro y las
montañas del Sistema Ibérico funcionaron durante algunos milenios como
barreras biogeográficas que impidieron el intercambio (de personas, de
genes, de ideas). Según este modelo, fue entonces cuando llegaron los sapiens desde el Norte y los últimos ejemplares neandertales sucumbieron".
Estos fueron una especie que surgió en Europa hace unos 250.000-300.000
años. Por su corpulencia, siempre se les había relacionado con el frío y
el norte del continente. De hecho, su nombre viene del valle de
Neander, en Alemania. Sin embargo, en los últimos años se han
multiplicado las excavaciones ibéricas, que han aportado datos
fundamentales para mejorar la comprensión de esta especie.
El Sidrón, en
Asturias, Gorham y las cuevas murcianas se han revelado cruciales para
cambiar la mirada sobre una especie que cada vez se muestra más inteligente y compleja,
frente a la imagen estereotipada de humanos poco inteligentes y
primitivos. Y, pese a su desaparición, la Península también ha
demostrado su resistencia y capacidad de supervivencia.
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