MADRID.- La integración de BMN (Banco Mare Nostrum) va a tener consecuencias para la plantilla de la propia Bankia. A pesar de haber acometido un ERE de 4.500 trabajadores en 2013 como consecuencia de las condiciones del rescate, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri va a realizar una nueva 'limpieza' de sus propios empleados aprovechando el ajuste que debe realizar en la entidad adquirida. De esta forma, sigue los pasos del Santander con la compra del Popular, que también va a reducir su propia plantilla para conseguir las sinergias esperadas de la integración, según publica hoy El Confidencial.
Fuentes de varios departamentos de Bankia aseguran haber recibido instrucciones para remitir estimaciones de cuántos puestos de trabajo podrían recortar en
este proceso que, según les ha comunicado la cúpula de la entidad, dará
comienzo en febrero de 2018. Las salidas se concentrarán en los
servicios centrales, puesto que el solapamiento entre ambas redes de
oficinas es muy reducido, salvo en zonas muy concretas como Alicante.
Todavía no hay una estimación del número de bajas.
Un portavoz de la entidad confirma que, en efecto, las sinergias previstas de la integración de BMN
no se conseguirán solo con salidas de personal de esta entidad, sino
también de la propia Bankia. Respecto a la fecha, asegura que todavía no
está fijada, pero admite que tiene lógica que comiencen las negociaciones el próximo mes de febrero, puesto que está previsto que la integración se ejecute en enero.
Según anunció Bankia cuando presentó la fusión en junio, las sinergias esperadas ascienden a 155 millones al año,
que se conseguirán a partir de 2020, lo que equivale al 40% de la base
de costes de BMN. Para conseguirlas, se estima que harán falta unos
costes de reestructuración (es decir, de los despidos) de 334 millones.
Este gasto se debe acometer una sola vez (en el ERE), mientras que los
ahorros de costes se consiguen todos los años. Estos se complementan con
unas sinergias de ingresos no cuantificadas que se lograrán vendiendo a
los clientes de BMN más productos de alta rentabilidad, como fondos de
inversión, tarjetas de crédito o planes de pensiones.
A cambio de la inyección de 17.959 millones de dinero público procedente del rescate europeo en 2012
(que elevan las ayudas totales a la entidad a 22.424 millones), Bankia
tuvo que acometer un duro plan de ajuste con cierre de oficinas,
abandono de líneas de negocio —en especial, el crédito promotor— y el
despido de 4.500 empleados.
Este proceso incluyó la prejubilación de los trabajadores de más de
54 años de edad (unas 1.700 personas) con una compensación equivalente
al 60% de su salario hasta cumplir los 63 años.
El resto provino de
bajas incentivadas, que si eran voluntarias recibían 30 días por año
trabajado; si eran forzosas, la compensación fue de 30 días si no se
conseguía recolocar al trabajador, y 25 días si era posible reubicarlo
en un plazo de 18 meses.
Es decir, unas condiciones mucho peores que las del ERE del Santander del año pasado, que va a replicar ahora con el Popular en el caso de las prejubilaciones.
En ese momento (2013), Goirigolzarri evitó 'in extremis' una huelga en Bankia
aceptando algunas mejoras para los trabajadores respecto a la propuesta
inicial. Ahora es previsible que los sindicatos presentes en la entidad
se planteen nuevas medidas de presión, habida cuenta de este agravio
comparativo con los procesos de reducción de empleo acometidos por
diferentes entidades desde entonces.
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