jueves, 16 de noviembre de 2017

Bankia aprovechará el ERE de BMN para hacer un ajuste en su propia plantilla


MADRID.- La integración de BMN (Banco Mare Nostrum) va a tener consecuencias para la plantilla de la propia Bankia. A pesar de haber acometido un ERE de 4.500 trabajadores en 2013 como consecuencia de las condiciones del rescate, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri va a realizar una nueva 'limpieza' de sus propios empleados aprovechando el ajuste que debe realizar en la entidad adquirida. De esta forma, sigue los pasos del Santander con la compra del Popular, que también va a reducir su propia plantilla para conseguir las sinergias esperadas de la integración, según publica hoy El Confidencial.

Fuentes de varios departamentos de Bankia aseguran haber recibido instrucciones para remitir estimaciones de cuántos puestos de trabajo podrían recortar en este proceso que, según les ha comunicado la cúpula de la entidad, dará comienzo en febrero de 2018. Las salidas se concentrarán en los servicios centrales, puesto que el solapamiento entre ambas redes de oficinas es muy reducido, salvo en zonas muy concretas como Alicante. Todavía no hay una estimación del número de bajas.
Un portavoz de la entidad confirma que, en efecto, las sinergias previstas de la integración de BMN no se conseguirán solo con salidas de personal de esta entidad, sino también de la propia Bankia. Respecto a la fecha, asegura que todavía no está fijada, pero admite que tiene lógica que comiencen las negociaciones el próximo mes de febrero, puesto que está previsto que la integración se ejecute en enero.
Según anunció Bankia cuando presentó la fusión en junio, las sinergias esperadas ascienden a 155 millones al año, que se conseguirán a partir de 2020, lo que equivale al 40% de la base de costes de BMN. Para conseguirlas, se estima que harán falta unos costes de reestructuración (es decir, de los despidos) de 334 millones. 
Este gasto se debe acometer una sola vez (en el ERE), mientras que los ahorros de costes se consiguen todos los años. Estos se complementan con unas sinergias de ingresos no cuantificadas que se lograrán vendiendo a los clientes de BMN más productos de alta rentabilidad, como fondos de inversión, tarjetas de crédito o planes de pensiones.
A cambio de la inyección de 17.959 millones de dinero público procedente del rescate europeo en 2012 (que elevan las ayudas totales a la entidad a 22.424 millones), Bankia tuvo que acometer un duro plan de ajuste con cierre de oficinas, abandono de líneas de negocio —en especial, el crédito promotor— y el despido de 4.500 empleados.
Este proceso incluyó la prejubilación de los trabajadores de más de 54 años de edad (unas 1.700 personas) con una compensación equivalente al 60% de su salario hasta cumplir los 63 años. 
El resto provino de bajas incentivadas, que si eran voluntarias recibían 30 días por año trabajado; si eran forzosas, la compensación fue de 30 días si no se conseguía recolocar al trabajador, y 25 días si era posible reubicarlo en un plazo de 18 meses. 
Es decir, unas condiciones mucho peores que las del ERE del Santander del año pasado, que va a replicar ahora con el Popular en el caso de las prejubilaciones.
En ese momento (2013), Goirigolzarri evitó 'in extremis' una huelga en Bankia aceptando algunas mejoras para los trabajadores respecto a la propuesta inicial. Ahora es previsible que los sindicatos presentes en la entidad se planteen nuevas medidas de presión, habida cuenta de este agravio comparativo con los procesos de reducción de empleo acometidos por diferentes entidades desde entonces.


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