viernes, 22 de septiembre de 2017

Tiempos revueltos / Guillermo Herrera *

Huracanes, terremotos, inundaciones, tormentas solares, crisis en Corea, Siria, Venezuela, Birmania, Bangladesh… y en España. El mundo se ha vuelto loco y encima hay una alineación de planetas el sábado 23 de septiembre, que coincide con una profecía del Apocalipsis, pero vayamos a lo nuestro:
 
El principal problema de España es que siete de cada diez familias no llegan a final de mes a causa del desempleo o del subempleo. A esto se añade la amenaza a la integridad territorial de España a causa del golpe de Estado que ha dado el señor “Puch-demonio”, como si crear más fronteras y banderas fuera la solución a todos los problemas, cuando en realidad sería la ruina de Cataluña y del resto de España. La unión crea prosperidad y la separación crea ruina.

Se han empeñado en destruir el país más antiguo de Europa, que llegó a ser la primera potencia mundial, y seguimos siendo la mayor potencia cultural, por la gran cantidad de personas que hablan nuestro idioma en todo el mundo. También llevamos camino de convertirnos en la mayor potencia turística del mundo. “Algo tiene el agua cuando la bendicen.”

Parece que algunas personas se han aburrido de vivir en paz y armonía, y andan buscando el follón, el conflicto y la trifulca. El ser humano se caracteriza por buscar soluciones irracionales a problemas que tienen arreglo racional, como ocurrió con Hitler que le echó la culpa de todo a los judíos, mientras que los separatistas culpan a los españoles de todos los males.

La irracionalidad comenzó a instalarse en España cuando comenzaron a atacar al turismo, es decir, cuando empezaron a morder la mano que les da de comer. ¡No se puede ser más estúpido! Ahora la solución tan ‘imaginativa’ que ofrecen a los problemas del mundo es provocar un conflicto en la calle, del que no puede salir nada bueno más que odio y enfrentamientos.

A los líderes separatistas les importa un bledo los problemas sociales de Cataluña, que ellos mismos han creado, destinando el dinero del pueblo a crear ‘embajadas’ en todo el mundo. Lo único que les importa es separar su territorio, adorar a su bandera excluyente, y blindarse de su corrupción del “tres por ciento” para que Pujol no pise nunca una cárcel.

Ellos dicen que no tienen nada que ver con España, pero Cataluña es bilingüe desde hace muchos siglos y está poblada de sangre española. Aquí se cumple el dicho “si habla mal de España es que es español”.

Intuyo que esto tiene mal arreglo, porque el ambiente está muy envenenado. Se han encargado de envenenarlo los políticos separatistas a través de la historia sectaria y falseada que se enseña en su sistema educativo, donde ellos son los buenos y nosotros somos los malos. Nunca se debieron transferir las competencias educativas.

No entiendo la posición equidistante del partido ‘Podemos’ porque no se puede ser tibio cuando está en juego algo tan serio como la integridad territorial de nuestro país. Pero andan muy equivocados si creen que los españoles vamos a permitir la partición de nuestro país como una caja de quesitos en porciones, porque han subestimado el poder de España, un gigante dormido que puede despertar en cualquier momento si le tocan los cataplines.

Me pregunto si estamos pagando un karma colectivo por los crímenes que se cometieron en la guerra civil (antes, durante y después) porque todo se paga en el universo, a menos que pidamos perdón humildemente a nuestro Creador.



(*) Periodista

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