MADRID.- Mohamed VI
tiene bajo su puño el control de la inmigración irregular hasta el punto
de que casi no salen pateras sin su consentimiento. Las gestiones
diplomáticas y, sobre todo, las generosas prebendas ofrecidas durante el último año por España y la UE
han persuadido al rey alauí, que ha cambiado radicalmente su estrategia
y ha extremado la vigilancia de sus fronteras con un celo que ha
reducido este año en un 40% las llegadas de sin papeles a las costas
españolas. "Marruecos ya nos responde", festejan en Salvamento Marítimo, tal como recoge hoy El Mundo.
Las Fuerzas de Seguridad están más tranquilas este verano. Se
acuerdan con espanto del escenario de hace un año, poco después de que Pedro Sánchez se ofreciera a acoger el Aquarius, con un millar de inmigrantes llegados en un día al Estrecho y los servicios de acogida desbordados.
La agencia europea de control de fronteras Frontex también advirtió de la magnitud del fenómeno en sus análisis de riesgo, avisando en enero de que la ruta española se había convertido en la más usada y alertando de que el número de salidas desde Marruecos se había quintuplicado.
Ahora
las llegadas se han frenado. Del 1 de enero al 31 de julio entraron
13.326 inmigrantes a bordo de 465 embarcaciones, 8.975 menos que los que
arribaron el mismo periodo de 2018. También descendieron los saltos de
las vallas de Ceuta y Melilla.
En el Ministerio del Interior
hablan de un "cambio", aunque piden cautela porque "no se puede afirmar
con rotundidad que no vaya a revertirse esta tendencia". Citan como
razones del descenso "la creación de la Autoridad de Coordinación
en el Estrecho", "la colaboración de la UE" y "el trabajo realizado por
España en cooperación con los países de origen y tránsito,
especialmente con Marruecos, que está haciendo una labor muy importante
en el control de los flujos migratorios y la lucha contra las mafias, el
terrorismo y el narcotráfico".
Respuesta a las llamadas
Algo
parecido expresan fuentes de Salvamento Marítimo, que destacan que,
"desde hace unos meses", las autoridades marroquíes responden a sus
llamadas de emergencia y acuden a los rescates que se producen en sus
aguas.
Las ONG aseguran que, para evitar el efecto llamada,
España ha decidido dejar en manos del país vecino el salvamento de
pateras que se encuentran en su territorio, algo que este organismo
niega con rotundidad.
"Lo que ocurre", explican las fuentes, "es que
ahora hay mucha más colaboración de Marruecos que la que había el año
anterior y están rescatando más activamente".
Añaden que Salvamento sigue siempre el mismo protocolo internacional,
que consiste en que, cuando les llega una alerta o un aviso de un
naufragio, coordinan el rescate si la embarcación se encuentra en zona
SAR (de búsqueda y rescate) española. Si la patera está en zona SAR
marroquí, llaman a sus autoridades y le trasladan el peso de la
operación.
"Lo que pasaba antes es que no obteníamos respuesta por
parte de las autoridades de Marruecos, ni nos confirmaban que iban a ir
ellos a hacer el rescate, así que, debido a los convenios
internacionales, si nadie contestaba teníamos la obligación de ser
nosotros los que coordinásemos el salvamento. Ahora Marruecos ya nos
responde y se encarga él".
Ismael Furió,
secretario de Organización de Mar y Puertos del sindicato CGT, asegura
que a efectivos de Salvamento Marítimo les han dado órdenes para que
aguarden junto a las pateras a que lleguen las fuerzas marroquíes y sean
ellas las que hagan el rescate.
"Desde que comenzó el verano nos han
dicho varias veces que esperemos y no recojamos a nadie, y eso provoca
situaciones complicadas. En julio había tres pateras en el agua, al
norte de la isla de Alborán. Fuimos los primeros que
llegamos, pero se nos pidió por radio que nos alejáramos. Aparecieron
dos barcos, uno de la Armada española y otro marroquí. El barco marroquí
entró en aguas españolas y se llevó a la mayoría de inmigrantes", dice
Furió, que es trabajador de Salvamento.
"Cambios en el operativo"
Añade que, desde que Sánchez llegó al
Gobierno, ha habido "cambios en el operativo": "Se instauró un mando
único, que toma las decisiones en los rescates. Con el PP,
las ONG avisaban a la torre de control de que había una patera, íbamos
para allá directamente y rescatábamos. Ahora se tienen que autorizar a
otro nivel".
Cuatro son los factores que han incentivado a
Marruecos para que frene las pateras, según fuentes de la lucha contra
la inmigración clandestina. El primero es la aprobación en febrero del acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos,
que se ratificó el pasado julio. Este tratado que especifica las zonas
de pesca y las condiciones de acceso de la flota europea en la costa
atlántica tiene un valor económico y simbólico, pues zanja la polémica que abrió el Tribunal de Justicia de la UE cuando sentenció que el acuerdo no podría contemplar las aguas del Sáhara Occidental porque Marruecos no tenía la soberanía de esta región. El tratado finalmente ha incluido aguas del Sáhara Occidental y ha complacido a Mohamed VI.
El
segundo pago es, según las fuentes consultadas, el silencio sepulcral
que España ha mantenido en torno al Sáhara Occidental, un apagón que se
le ha reprochado a Sánchez desde los colectivos y que, de cara a un
posible acuerdo de investidura, le distancia de Unidas Podemos, comprometido con la causa saharaui.
140 millones de euros
La tercera prebenda son los 140 millones de euros
que ha puesto la UE sobre la mesa para que Marruecos frene la
inmigración irregular. De ellos, España tiene que gestionar 40 millones
para compra de equipamiento de vigilancia. El Consejo de Ministros
aprobó el 5 de julio un acuerdo por el que se autoriza la contratación
de un suministro de 384 vehículos 4x4, ambulancias, camiones cisterna y
camiones frigorífico por valor de 24 millones de euros.
Por otro lado,
España tiene preparado otro paquete de 30 millones para combustible,
mantenimiento de las patrullas, dietas y sueldos. Su aprobación, que
estaba prevista para el mes pasado, finalmente no se ha materializado,
pero la partida está apalabrada. Entre unos y otros fondos, suman 54
millones; es decir, casi los 60 millones que pidió Rabat el verano
pasado para contener la salida de inmigrantes.
El último factor
es la pleitesía que rindieron los Reyes a Mohamed VI el pasado febrero.
Era la primera visita de Estado de Felipe VI -tras un desplazamiento de
presentación en 2014- y lo hizo con cinco ministros.
Ambos países firmaron hasta 11 acuerdos, en los que España regaló el histórico Gran Teatro Cervantes
de Tánger, se comprometió a hacer una tercera interconexión eléctrica
para responder a la creciente demanda en el país magrebí o eligió al
hispanista marroquí Hossain Bouzineb como miembro de la Real Academia Española, entre otras muchas prebendas.
A
Mohamed VI le gusta que le agasajen y los gestos de este tipo hacia el
país vecino se han disparado este año. En la misma proporción en que han
bajado las pateras. Tanta es la satisfacción del rey que ha accedido a
que España les devuelva a sus menores no acompañados (menas), una reivindicación del PP a la que se ha plegado el Gobierno. El próximo paso: priorizar el contingente de trabajadores marroquíes en España.