domingo, 24 de septiembre de 2017

CCOO Enseñanza reclama la puesta en marcha para 2018 de la carrera profesional docente

MURCIA.- El Gobierno regional se comprometió a culminar la negociación de la carrera profesional docente en los términos de la sanitaria en el segundo semestre de 2010 y empezar a pagarla en enero de 2011. Tras siete años de suspensión de acuerdos llega el momento de recuperar el cumplimiento.

CCOO Enseñanza considera muy buena noticia la reactivación de la carrera profesional sanitaria en el Servicio Murciano de Salud y lamenta las trabas, retrasos y dilaciones que la gerencia del SMS ha vuelto a plantear en el transcurso de la última Mesa Sectorial.
CCOO Enseñanza demanda que la reactivación de la carrera profesional en el ámbito sanitario se extienda al resto de empleados públicos de la CARM.
La puesta en marcha de la carrera profesional docente fue un compromiso firmado y ratificado en 2009 por el entonces presidente del Gobierno regional con el conjunto de las organizaciones de docentes de la Región en el marco del II Pacto Social por la Educación. 
El acuerdo incluía el compromiso de tener culminada la negociación de la carrera profesional docente con límite máximo en el segundo semestre de 2010 comprometiéndose en caso de no haberse concluido a hacer un primer pago a cuenta desde enero de 2011. La Ley 5/de 2010 (la de los recortes) dejó en suspenso este y otras decenas de acuerdos.
CCOO Enseñanza se felicita por que se recuperen acuerdos suspendidos y reclama que la aplicación de la carrera profesional docente sea dotada presupuestariamente para 2018. 
La recuperación de la carrera profesional ha sido reclamada en los dos últimos años en diversas ocasiones por la representación sindical de los docentes de nuestra Región mediante resoluciones unánimes de la Junta de Personal Docente y en la propia Mesa Sectorial de Educación.
CCOO Enseñanza reclama la extensión de la recuperación de derechos a la totalidad de los empleados públicos de la Región.

El primer buque de 'Navantia' construido en el extranjero: un destructor para Australia


MADRID.- La filial australiana de Navantia entregó ayer a la Marina Real australiana el destructor HMAS Hobart. «Se trata de un buque de diseño íntegramente español y gestionado por Navantia en el astillero de Adelaida, siendo el primer buque español construido en el extranjero», según explicó el astillero público al diario Abc.

El presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez destacó que «la entrega de este buque supone un hito histórico para Navantia y es un claro ejemplo de la capacidad de la Compañía en el campo de la transferencia de tecnología y de trabajar en complejos programas internacionales». Al acto en Sídney acudió el primer ministro del país austral, Malcom Turnbull.
Basado en las fragatas españolas F-100, este es el primer buque de los tres de la misma clase que se están construyendo en Australia, y se une a la familia de buques diseñados y construidos por Navantia para Australia, consolidando la empresa española como el principal diseñador de buques de superficie de la marina australiana.
Además de este buque, Navantia ha construido dos buques anfibios (LHD) y doce lanchas de desembarco (LLC). En la actualidad fabrica en Australia otros dos buques de la clase Hobart y en España dos buques logísticos, inspirados en el Cantabria de la Armada Española.


La Audiencia Provincial lo condena a prisión por pagar a sus trabajadores un euro por cada caja de limones recogida


MURCIA.- La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a dos años de prisión y al pago de una multa de 360 euros a un empresario y un intermediario como autores de un delito contra los derechos de los trabajadores cometido al reclutar a inmigrantes en situación irregular que percibían un euro por caja de limones recolectados.

La sentencia indica que los acusados reconocieron los hechos al inicio de la vista oral y se conformaron con cumplir la pena acordada por el fiscal del caso y sus defensas.
Dice la Sala que al menos desde diciembre de 2014, uno de los acusados, propietario de una empresa de exportación de cítricos con sede en la pedanía murciana de Santa Cruz, utilizaba para la recolección de cítricos a subsaharianos en situación irregular en España.
De su selección se encargaba el segundo acusado, que cumplía esa función en las inmediaciones de la antigua sede del Edificio de Extranjería en Murcia.
A mediados de junio de 2015, la Policía interceptó los vehículos utilizados para el transporte de los trabajadores cuando estos regresaban de recolectar limones en una finca de Alquerías.
Afirma la Audiencia que el empresario entregaba al otro denunciado 1,20 euros por caja de limones, mientras que éste entregaba a los trabajadores un euro.
Además, este segundo acusado les cobraba una media de cuatro euros en concepto de gastos de transporte.

'Aena' y 'Edeis' comprueban el estado del aeropuerto de Corvera en pleno concurso


MURCIA.- Altos cargos y personal técnico de Aena y Edeis han realizado esta semana una visita a las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia para conocer sus potencialidades tanto de medios como de servicios. Estas visitas se producen en un momento crucial del proceso de licitación, que acaba de iniciar su segunda fase, recuerda San Esteban en un comunicado. 

Una vez supervisada la documentación a la que han tenido acceso y las instalaciones del aeropuerto, ambas empresas podrán presentar sus ofertas técnicas y económicas hasta el 30 de octubre.
El recorrido empezó por la terminal de pasajeros, dedicando especial atención a las salas técnicas (centros de proceso de datos y centro de operaciones), zonas de oficinas, áreas comerciales, sistema de tratamiento de equipajes, etc. 
Los licitadores han podido comprobar y supervisar la funcionalidad y el buen mantenimiento realizado por la Comunidad Autónoma en las instalaciones para garantizar su buen estado de conservación, informó el Gobierno regional.
El personal de Edeis mostró gran interés por los espacios comerciales, su versatibilidad y la amplia disponibilidad de soportes promocionales. Centraron su evaluación en las operaciones necesarias para intentar reducir el plazo necesario para abrir el aeropuerto a la explotación comercial.
 Por su parte, la operadora Aena hizo una evaluación muy detallada de las instalaciones con vistas a la optimización de los costes de mantenimiento y alabó la gran calidad de los materiales y los acabados, así como la eficiencia energética y luminosa de los edificios.

Exigen a 'Coato' una auditoría de las cinco últimas campañas de almendra y la dimisión del presidente


PUERTO LUMBRERAS.- Los socios productores de almendra de la cooperativa Coato siguen movilizándose. El municipio de Puerto Lumbreras acogió el viernes por la noche una nueva reunión de la plataforma de afectados por las liquidaciones de este fruto seco el pasado ejercicio. Unas ochenta personas de la zona se dieron cita en este encuentro informativo, en el que se analizó la situación creada tras las pérdidas millonarias en la campaña, según crónica de La Verdad.

El principal acuerdo alcanzado en esta cita fue reclamar a los gestores de Coato que se haga una auditoría externa complementaria de las campañas, al menos de cinco años atrás, así como exigir la dimisión del presidente, José Luis Hernández Costa, porque «aún no nos ha dado reunión como se prometió el pasado 15 de septiembre».
Aparte de insistir en la «incongruente liquidación de almendra realizada y los procedimientos de aprobación de los Fondos Operativos para Frutas y Hortalizas (OPFH)», así como explicar a los socios sus derechos y obligaciones respecto a la cooperativa con sede en Totana, también prosiguieron con la campaña de recogida de firmas para la convocatoria de una asamblea, «en la que pedir explicaciones, responsabilidades y soluciones». Mañana lunes hay prevista otra reunión con los productores de la zona de Vélez Rubio (Almería).
Por otra parte, Pedro García, uno de los portavoces de los afectados, y responsable de Coag en Jumilla, que lidera la movilización, ha respondido al gerente de Coato, Víctor Hernando, que le acusaba de no dejarle pasar a la reunión de los socios del Altiplano. Así, le insta a que «no siga diciendo barbaridades, y engañándonos», a la vez que le recuerda que los socios «quieren las explicaciones del presidente y del consejo rector».

El PP pide al ex presidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez que deje sus cargos, incluido el escaño


MADRID.- La dirección del PP trata de convencer al ex presidente de la Región de Murcia Pedro Antonio Sánchez de que abandone su escaño de diputado en la Cámara autonómica y deje también la Presidencia del PP para evitar tener que expulsarle cuando se siente en el banquillo por los llamados caso Auditorio y caso Púnica. Sánchez, según distintas fuentes consultadas, ha abierto un periodo «de reflexión» pero, en estos momentos, no es partidario de renunciar a su acta en la Asamblea Regional de Murcia, según publica hoy El Mundo

Según sostienen fuentes de su entorno «ya ha asumido responsabilidades», después de que en abril se viera obligado a dimitir como presidente autonómico por el cerco judicial contra él y por la amenaza de moción de censura de Ciudadanos (socio parlamentario del PP en el Parlamento murciano).
Fuentes del PP de Murcia contemplan como una firme posibilidad que Sánchez se niegue a abandonar su escaño y opte por su paso al Grupo Mixto para no perder el aforamiento en el Tribunal Superior. Génova sigue pendiente de una respuesta formal del ex presidente, tras distintas reuniones y conversaciones con él.
A pesar de que el partido se esforzó por digerir con sosiego el súbito derrocamiento de su nuevo líder, el relevo de su histórico dirigente, Ramón Luis Valcárcel, la permanencia de Pedro Antonio al frente del PP ha generado «muchos nervios» en la organización. Fuentes del partido aseguran que en el PP de Murcia hay «preocupación». El «deterioro de la imagen» de Sánchez, explican, ha hecho «daño a la Región de Murcia». La Administración autonómica, añaden, estuvo «paralizada» mientras decidía si se marchaba o no. Cuando dimitió, concluyen, era probablemente «tarde». 
A estas circunstancias se suma otra que en estos momentos es fundamental: La «evidencia» de que se abre juicio oral contra él por los dos casos. En el caso Auditorio se le atribuyen posibles delitos de prevaricación y fraude en la contratación y construcción del auditorio de Puerto Lumbreras (Murcia) en su etapa de alcalde. En Púnica, fraude a ente público, cohecho y revelación de información reservada.
Aunque él siempre ha defendido su inocencia y mantenido ante el partido que ninguno de estos procesos iba a prosperar, el banquillo le cierra ya todas las puertas. Los Estatutos del PP fijan la apertura de juicio oral como el momento de la expulsión, pero la realidad es que el partido actúa de manera discrecional en función de la gravedad de los delitos, el impacto mediático, el momento político o el estatus de los afectados.
A Sánchez se le ha permitido seguir al frente del PP de Murcia, pese a dimitir de la presidencia. En parte por la vehemencia interna con la que ha proclamado que él no ha hecho nada y también porque el partido, apenas un mes antes, cuando ya estaba imputado, lo había elegido como nuevo presidente del PP
De hecho, desde su entorno se acunó la idea de que podría volver tras ser absuelto y que la elección de Fernando López Miras -un hombre de su confianza- como nuevo presidente de la Región era sólo un paréntesis. Por eso Sánchez permanecía en su escaño y no renunciaba a la presidencia del PP de Murcia.
Este espejismo ha durado muy poco, los nervios en el PP de Murcia han ido en aumento tanto por la bajada de apoyo electoral que apuntan las encuestas como por la posibilidad de que Alberto Garre (ex presidente de la Región, que llenó el hueco entra la marcha de Valcárcel y la candidatura de Sánchez) se presente a las elecciones con un partido de tinte regionalista. Por ahora sólo incuba su embrión con una Plataforma Cívica de la Región de Murcia. Fuentes populares sostienen que se encuentra «a la espera» de cual es la evolución del PP.
Ante el advenimiento de todas estas tormentas Génova se ha dedicado discretamente a actuar. «Tenemos que mirar al futuro», aseguran. Y el futuro se llama López Miras que, pese a lo precipitado e inesperado de su elección y de que fue colocado por Pedro Antonio Sánchez, empieza a concitar cierto apoyo interno. En una organización fraccionada entre los veteranos de Valcárcel, la nueva hornada de Sánchez y la órbita de Garre, López Miras, señalan fuentes del PP murciano, ha sabido «recomponer».

El alcalde de Alhama, Diego Conesa, gana las primarias del PSRM por escasos 13 votos y debe ir a segunda vuelta


MURCIA.- En la batalla para liderar el PSRM el alcalde de Alhama, Diego Conesa, fue el candidato más votado hoy, con 1.977 votos (43,7%), pero con una diferencia sobre María González Veracruz de apenas 13 votos. La diputada logró 1.964, el 43,4%, mientras 544 militantes han votado a Francisco Lucas Ayala, pedáneo de El Raal, (12,02%).

Para haber sido elegido secretario general en esta primera vuelta, Conesa tendría que haber superado el 50% de los votos. Los 6.000 socialistas murcianos tendrán que volver pues a las urnas el próximo sábado 30 de septiembre, para elegir entre Diego Conesa y María González Veracruz, pues Francisco Lucas ya ha quedado fuera de la contienda interna aunque parece que ahora ofrecerá sus apoyos a la hoy diputada nacional por Murcia a cambio de puestos en su nueva Ejecutiva regional.

PAS se va / Ángel Montiel *

  No habrá congreso propiamente dicho. El presidente de la Comunidad, por decisión de la junta directiva de su partido, añadirá a este cargo el de presidente del PP y, a este último, la condición de candidato electoral para las autonómicas de 2019. Empieza la cuenta atrás. Cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡octubre! Un mes plagado de fechas históricas, revolucionarias y contrarrevolucionarias, de victorias y de derrotas. Octubre rojo, octubre negro. 

Digámoslo ya: PAS se va. Pero no al bote pronto. Viene trabajando cuidadosamente su marcha. Para dar la vez a Fernando López Miras y que la segunda (¿o es la tercera?) transición resulte suave y dulce, sin necesidad de anestesia. El todavía presidente del PP murciano quiere dejarlo todo atado y bien atado para desaparecer silenciosamente después. Y así, durante el verano y todavía ahora, ha emprendido un intenso diálogo con las fuerzas vivas del partido en las distintas localidades, pero empezando por las personalidades clave de la dirección nacional. 

Allá arriba están de acuerdo. Objetivo: todo el poder para López Miras. Unanimidad al respecto también en la organización murciana, aunque la encuesta todavía no ha concluido; alcanza, al parecer, al 70% de las jefaturas. Una vez que todo el mundo esté por lo que ha de estar, se convocará una junta directiva ampliada, con voz y voto (más de doscientos representantes), para despedir a PAS y dar la bienvenida a López Miras. No habrá congreso propiamente dicho. ¿Para qué, si todos están de acuerdo?

El presidente de la Comunidad añadirá, pues, a este cargo el de presidente del PP, y a este último se añade, según los estatutos de ese partido, la condición de candidato electoral para las autonómicas de 2019.

Todo resuelto en una tacada, despejando incertidumbres, y más en un contexto en que el primer partido de la oposición concluye hoy mismo (o lo hará, en segunda vuelta de las primarias, el domingo que viene) la renovación de su liderazgo. Y también para que el PP tenga clara la hoja de ruta y no se distraiga en quinielas sobre futuribles, así como para que López Miras adquiera definitiva autoridad en su Gobierno, ya solo ante el peligro, sin que la bicefalia ahonde en las impresiones sobre tutelajes externos.

PAS se marcha porque no tiene otra opción. Es obvio que va a ser citado sucesivamente al banquillo por dos asuntos (Auditorio y Púnica) en los que, muy probablemente y según han avanzado los respectivos procesos, solo tendrá posibilidad, en todo caso, de atenuar las condenas. La Justicia es lenta, y es claro que sean cuales sean las respectivas resoluciones, serán recurridas al Supremo: si son favorables para él, lo harán las acusaciones; si desfavorables, lo hará su defensa. Los plazos de trámite y resolución definitiva en la última instancia se cuentan por años. 

Es obvio que, a estas alturas, las imputaciones judiciales sobrepasarán temporalmente las citas políticas más inmediatas, por mucho que la primera de éstas quede a tan solo dos años vista. Para PAS es inútil esperar. La dinámica judicial lo ha atrapado de tal manera que su desplazamiento de la política es un hecho frente a cualquier deseo o voluntad. «PAS ya es historia», dicen que proclama el propio Valcárcel en círculos de su confianza. Y PAS lo sabe, pero su responsabilidad le indica que ha de retirarse cumpliendo lo que sin duda entiende como un último deber: cerrar su sucesión. 

Hace meses, antes de que la instrucción judicial del TSJ resolviera en contra de sus intereses, pregunté a PAS qué haría si esa posibilidad se diera. Su respuesta fue: «No ocurrirá, porque sería una injusticia. Pero si a pesar de eso ocurriera... se acabaría todo». Pues bien, ha ocurrido, es seguro que lo sigue considerando una injusticia, pero todo, en efecto se ha acabado. Y lo asume. Y se va.

Sin embargo, antes de dirigirse hacia la puerta no le queda otra que fortalecer a López Miras. Después de cuatro presidentes, uno por año, no parece muy juicioso que se pongan ahora a buscar a un quinto, a ver si esta vez aciertan. Y menos cuando, incluso quienes recelan de la solvencia de López Miras, no ven el mirlo alternativo por ningún lado. Es lo que hay. Y el protagonista tiene dos años para ´hacerse´. PAS, que conoce a los suyos como si los hubiera parido (de hecho, los ha parido) confía en que no se ha equivocado con él: es el hombre. 

Lo prueba no sólo el hecho de que lo designara para reemplazarlo en San Esteban, sino también que poco antes le había concedido las llaves del PP al elevarlo en el último congreso a coordinador general. López Miras apareció ahí como el ´número tres´ del partido, pero en realidad era el dos, pues la secretaria general, Maruja Pelegrín, parecía tener la encomienda precisa de pastorear especialmente a los populares de Murcia capital. El coordinador cuidaría del resto de la Región. 

Decimos que PAS se va. ¿Quiere esto decir que, además de la presidencia del PP abandonará también su escaño? Esto es más impreciso, pero irse significa irse. En esta cuestión es seguro que interviene el cálculo por su situación judicial, ya que de dimitir de parlamentario dejaría de estar aforado. El caso Auditorio pasaría a la Audiencia Provincial, y la pieza de Púnica que le afecta se agruparía en Madrid con el resto de casos relacionados con ese epígrafe, incluido el de los otros implicados murcianos. Esto supondría una mayor dilación del proceso cuando ahora parece estar a punto de juicio. 

Sin duda, PAS habrá hecho con sus abogados una valoración acerca de qué le interesa personalmente más. Pero muy probablemente, y a juicio de quien escribe, también dejará el escaño. Retirada total. Y así, políticamente, todo quedaría despejado. Un alivio para él, y también para el PP y para López Miras, que no tendría que responder ya a más preguntas acerca de la situación de su antecesor. Adiós y punto.

Cuesta creer, claro, que alguien como PAS, que ha crecido con la política y ha mantenido una sostenida trayectoria de éxito (incluso, contra viento y marea, en las elecciones autonómicas, en las que sacó 23 diputados cuando antes de iniciar la campaña las encuestas del partido le daban 17); cuesta creer, digo, que alguien con esa trayectoria se despida de la política así como así. Pero debe haber entendido que es la política la que se despide de él, de modo que ante ese imponderable no le queda más que aceptar el destino, aun desde la cresta de un liderazgo que era, y todavía lo es en lo que respecta a su partido, tan sólido o más que el que mantuvo Valcárcel. 

PAS sabe, sin duda, que salir de ese cascarón supone despedirse con todas las consecuencias, pues no hay nada más patético que seguir merodeando por los aledaños. Como gran político profesional, que todavía lo es, sabe que no tiene otro remedio que tomar distancia. De hecho, algunos rumores de su entorno señalan que prepara su futuro profesional después de toda una vida dedicada a la política; cuenta 41 años de edad, de modo que le queda vida por vivir. 

En el PP no hay quien sugiera que podrían existir escollos para la transición tranquila que se prevé en octubre. Si acaso, está el factor Valcárcel, cuya única preocupación es que quien adquiera el liderazgo pueda defender su candidatura a las próximas europeas ante el aparato nacional de Génova. 

Mientras tanto, de vez en cuando, con cierto cinismo, se muestra públicamente ajeno a las cuitas internas del PP murciano y deja caer que desoye las llamadas de malestar de la ´vieja guardia´, una manera de advertir que, si cambiara de voluntad, tal vez podría recuperar el poder, no tanto para él, que anda entretenido en su dorado exilio europeo, sino para alguien de su cuerda, dado que sus relaciones de confianza con PAS hace tiempo que concluyeron. Valcárcel y los restos de su naufragio podrían ser la única mosca cojonera en el proceso de relevo PAS-López Miras, pero en el fondo no le interesará ofrecer señales de disidencia, pues, ya digo, se juega el apoyo a la siguiente candidatura europea.

PAS no esperará necesariamente al momento formal en que se le reclame al banquillo para renunciar a la presidencia regional del PP. Lo hará en octubre, una vez que su partido esté definitivamente preparado para que López Miras se haga con todo el poder. En un momento declinante del PP no hay tiempo que perder para que el camino quede despejado. PAS dirá adiós definitivamente a la actividad política, pero antes de marcharse, casi ya mismo (tres, dos, uno...), lo dejará todo atado y bien atado.

AVE. ¿Por qué esta vez es más probable que el Gobierno cumpla?

La respuesta es sencilla: el soterramiento integral del AVE hasta la estación del Carmen no es una promesa para realizar después de las elecciones, sino antes de ellas. Si no se llevan a cabo en los plazos anunciados, que son inmediatos, las inversiones predicadas, todo el argumentario de las Administraciones caería en picado, y el PP tendría muy difícil enfrentarse en esas circunstancias a las elecciones municipales y autonómicas de 2019. El AVE es una cuestión electoral para el PP, pero esta vez no es a posteriori, sino que ha de cumplir sus promesas a priori. Esa es la suerte para Murcia: las fechas les obligarán a atender las demandas ciudadanas, y más en una fase de perspectivas electorales en decadencia.

Es cierto que el rosario de engaños y ninguneos al respecto se prolonga a lo largo de toda la feliz gobernación de los populares, pero siempre han encontrado pretextos, sobre todo el relativo al periodo en que el PP no gobernaba en Madrid. Sin embargo, con el AVE a las puertas, no caben retóricas, sino hechos. Hemos visto que han aguantado hasta el final, hasta otear el ambiente, por si colaba. El propósito del Gobierno ha sido, hasta antesdeayer, colocar el AVE en superficie y santas pascuas. 

Pero la presión incesante de la Plataforma Prosoterramiento ha hecho que los planes se vayan modificando, primero parcialmente, y luego hasta la aceptación total de la reivindicación básica. Para Murcia, sólo hay un excelentísimo ministro de Fomento, Joaquín Contreras, portavoz de la Plataforma, un luchador sensato y tenaz, ajeno a todo partidismo, que ha encabezado pacíficamente la movilización de toda una vecindad para conseguir que el llamado tren del siglo XXI se instale en Murcia en las condiciones del siglo XXI.

El pájaro ya está en el cesto, sin duda. Ha costado, y todavía costará, pues sólo hay apuntes en un pos-it y la palabra de quienes nunca la han tenido. Es muy normal que el sonido de las cacerolas no cese porque los precedentes, desde los años 90, no invitan a seguir otra filosofía que la de Santo Tomás.

A las movilizaciones vecinales se han unido hasta ahora, sobre todo, los artistas: pintores, escultores, fotógrafos, músicos... Por cierto, han creado espacios y momentos de emoción que ya serán imborrables, incluso para quienes solo hemos podido disfrutarlos en vídeo. Los artistas, qué casualidad que sean los mejores, han hecho sus aportaciones espontáneamente, sin miedo a que no les concedan la Medalla de Oro de la Región. Todas esas presencias, sin embargo, están permitiendo que se registren las ausencias. 

¿Dónde está, por ejemplo, la opinión de los arquitectos, cuyo Colegio en otro tiempo estaba tan oportunamente conectado al interés social? ¿No han tenido nada que decir los arquitectos urbanistas, como colectivo, a que un monstruo de hierro amparado por muros de metacrilato pudiera partir el sur de la capital en dos? No es sólo un problema de unos barrios; es un problema de concepción de ciudad.

Pero al final van a cumplir. Sospecho.


(*) Columnista



Justicia (ecológica, histórica, ejemplar) / Pedro Costa Morata *

Mientras preparo mis disculpas para ANSE por las afirmaciones imprudentes que incluí en mi artículo anterior (De un verano fulgente y fúlgido, La Opinión, 14 de septiembre), respecto de sus relaciones económicas con el Mar Menor en el entorno del espectáculo actual, y atendiendo a las amistosas protestas de su líder infatigable (¡y vitalicio!) Pedro García, atenderé al anuncio hecho por el nuevo fiscal jefe del TSJ de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, acerca de decisiones inminentes sobre la degradación de la albufera, me figuro que en forma de querella o querellas.

Lo primero que tengo que decir sobre Díaz Manzanera (o repetirlo, que creo que ya he aludido a él en alguna otra ocasión y en estas páginas) es que me parece leal y competente. Más hermético que discreto, añadiría, pero esto es bueno también en su oficio; y desde luego, incorruptible, aunque no creo que pueda eludir conflictos con sus jefes y con el Gobierno. Hemos vivido episodios vergonzosos en relación con dos importantes fiscales y hemos de seguir atentos al trabajo de estos funcionarios porque su tarea es muy delicada y la ideología cuenta (se pongan como se pongan).

La intención de este texto es, cómo diría yo, doctrinal y más bien teórica, por lo que queda lejos de las posibilidades de aplicación en el trabajo que espera a Díaz Manzanera enfrentándose a la tragedia del Mar Menor, así que no se me podrá tachar de metomentodo. 

Aludo en primer lugar a la justicia ecológica que se espera en relación con nuestro pequeño mar, dado que se trata de un ecosistema complejo, rico y trascendente que, frente al duro castigo que viene recibiendo desde principios de los años 1970, no posee capacidad propia para defenderse: no es sujeto de derecho en nuestra legislación (ni lo sería en ninguna otra, que yo sepa, de las hoy vigentes en el mundo) y por lo tanto su protección aparece como una obligación de la sociedad y no como un derecho propio.

Es una pena que carezca de personalidad jurídica, vaya, y que no pueda expresarse, porque lo haría con muchísima mayor claridad y eficacia de como puedan pretender hacerlo las autoridades murcianas que se dicen preocupadas, o las decenas de expertos que han convocado (para salir del paso esperando, ladinamente, la confusión, la demora y la contradicción entre ellos).

Conviene recordar que no siempre se ha negado la personalidad jurídica a las especies naturales, aunque lo haya sido para hacerlas objeto de querella. Luc Ferry, un filósofo conservador, ya recogió en el interesantísimo libro El nuevo orden ecológico (1994) varias causas, registradas en la Alemania del siglo XVI, en las que insectos, larvas y escarabajos eran señalados como culpables de daños agrícolas y, en consecuencia, demandados, por lo que se les atribuía el correspondiente abogado defensor. 

Desde entonces, la convicción de que no es una tontería, sino cuestión de mera justicia, atribuir derechos a los seres naturales no humanos apenas ha prosperado, aunque la llamada ecología profunda (deep ecology) insista abiertamente en esa necesidad en las últimas décadas.

Es bueno, en todo caso, que cuando organizamos la defensa del Mar Menor a partir de los argumentos que las leyes nos proporcionan, tratemos de trasladar esa defensa al objeto sufriente, haciéndolo sujeto y protagonista en las causas que se vayan desarrollando: que nos pongamos en su lugar, vamos, y actuemos como lo haríamos si cada uno de nosotros fuésemos la sufrida laguna de nuestras cuitas.

Al contemplar, en segundo lugar, el análisis de la justicia histórica, hemos de empezar remontándonos a aquel magno disparate que fue el ensanchamiento y reprofundización del canal del Estacio en 1974-75, operación en la que abundan los culpables. Al establecer responsabilidades, por supuesto que aparece en primer lugar la dirección general de Puertos y Costas, del Estado, que autorizó aquello, pero también los organismos especializados que informaron favorablemente: quizás el Oceanográfico de Lo Pagán. 

Y por supuesto, el interesado, es decir, el propietario del puerto, don Tomás Maestre Aznar, ya desaparecido, y su ´sucesor´, el propio puerto deportivo: no olvidemos que el objetivo de esa obra era permitir la entrada, sin restricciones de calado y envergadura, a embarcaciones al puerto deportivo en el interior del Mar Menor, menospreciando las consecuencias ecológicas de la misma.

Maestre, una de las personalidades más tóxicas (y sin embargo invictas) de la historia murciana reciente, disfrutó de gran consideración por el poder y por ello hizo lo que le dio la gana en el Mar Menor y La Manga. Cuando yo lo acusé en una entrevista de prensa de ser el señor feudal y alcalde de facto del lugar, además del culpable de su degradación al incrementar la aportación de agua menos salina y más fría desde el Mediterráneo, se me querelló por calumnias e injurias, en abril de 1980; pero como lo demostré (que era el puñetero amo del Mar Menor, digo) la causa fue sobreseída; el tipo atemorizaba a políticos, funcionarios y pescadores, pero no a mí.

Habría que encontrar la forma de que alguien, algunos o algo paguen el ´crimen del Estacio´, en el verdadero origen de las penas del Mar Menor, quizás haciendo recaer la responsabilidad material adquirida (que es doble: penal por el daño ambiental y de restitución al estado original) en el puerto deportivo actual, que sigue llevando el nombre, ´Tomas Maestre´, de tan insigne prócer.

Es verdad que tras la salvajada del Estacio han proliferado los contaminantes con acceso al Mar Menor, siendo ahora los agrícolas los más incisivos, pero la recuperación de la salinidad es una prioridad por cuanto se relaciona con la base física de la masa de agua; es decir, que reducir esa entrada de agua, así como controlar la aportación constante futura, es una necesidad imperiosa, lo que implica actuar seriamente sobre ese canal y la instalación que administra sus aguas.

También es verdad que en la actual desolación físico-químico-biológica la albufera nos llena de incógnitas y temores sobre evoluciones imprevisibles (aunque todas negativas), pero que nadie piense que se puede encontrar un ´nuevo equilibrio´ del ecosistema del Mar Menor asimilándolo fatalmente al mar exterior.

Respecto de la ´tercera justicia´ a esperar, la ejemplarizante (que la acción judicial no debe ignorar), opinaré cuando sepamos cómo lo ve la Fiscalía murciana.


(*) Jubilado y ecologista


Mientras tanto, en Cataluña... / Ramón Cotarelo *

El día amanece hoy nublado. El gobierno de la Gran Nación toma el mando de los Mossos d'Esquadra, o sea, de la fuerza legítima de la Nació Petita. Muy nublado. Medida ejecutiva directa, no consultada ni sometida a control de parlamentos, tribunales u otras zarandajas democráticas. Muy nublado mientras me dirijo a la xerrada en Alella. A la puerta de un espacio abierto, una pareja de agentes de la GU ya ha explicado a los organizadores que cumplen órdenes, a saber: a hacerse ver. 
 
Más noticias: el gobierno ya ha designado al oficial que tomará el mando de los mossos: un coronel de la Guardia Civil llamado Pérez de los Cobos, hermano del Pérez de los Cobos, militante del PP que presidió una temporada el Tribunal Constitucional e hijo del también militante de Fuerza Nueva, Pérez de los Cobos. Y no es él menos pues anduvo procesado por torturas en el País Vasco, aunque luego absuelto por un tribunal español. 
 
Gente, como se ve, muy ecuánime cuando se trata de habérselas con independentistas. A la salida de la xerrada hablo con una mossa d'Esquadra que ha ido de paisana por decisión y afición propia. Me dice que es Mossa d'Esquadra y que siempre supo que su trabajo es servir a la sociedad catalana a las órdenes del gobierno de Cataluña. Le presento mis respetos y admiración por su actitud. Sabe lo que hace y es consciente del momento en que vive; en el que vivimos todos. 
 
Más tarde, llegando a la segunda xerrada, en Sant Cebrià de Vallalta, nueva noticia: el govern no traspasará el mando de los mossos al gobierno de España. Veo a Forn y a Trapero (¡qué imagen tan poderosa la de este hombre!) y escucho sus clarísimas razones políticas y su sólida base jurídica. El gobierno no puede asumir el mando y el coronel Pérez de los Cobos puede aspirar a otros destinos, seguramente más cómodos que esta tierra de rebeldes muestraculos al estilo de los escoceses de Wallace. El día se aclara. Las nubes se retiran y el Mediterráneo está bañado con su luz diáfana. 
 
Me acuerdo de la mossa d'Esquadra y pienso que esto es indestructible porque forma un arco con los extremos unidos en la misma tensión: los jefes protegen a los subordinados y los subordinados confían en los jefes. Después de la xerrada, en un pabellón sportiu, correspondiente butifarrada. La noche caída mientras tanto es en realidad día y con tanta gente alegre de toda andadura de la vida, más que día, casi amanecer. Muchas me dan las gracias pero soy yo quien debe darlas porque gracias a ellos, a la gente que he conocido en todos los puntos de Cataluña, al cabo de tantos años he encontrado mi país, el que he buscado toda la vida, un país de gente digna. Lo que siempre quise para España lo he encontrado en Cataluña. 
 
Alguien comenta que los mossos han detenido a un policía nacional que ha entrado en un comercio en las Ramblas, creo, con un arma y bajo los efectos del alcohol, o eso dice. Nadie señalará, supongo, porque los catalanes son aficionados al understatement, que ha caído a los mossos tarea doble: proteger a la población de los delincuentes habituales y de los atípicos. Los chavales de enseñanza secundaria y universitaria están echándose a la calle y empiezan a ser el habitual río de lava que engulle todos los cuentos y las logomaquias de los políticos, especialmente los de izquierda. 
 
Cuando los de los barcos reciban la orden de desembarcar, algo insomnes según parece, lo van a tener francamente crudo. Por eso están allegando más razones al Principado: tanquetas, vehículos blindados y hasta un cañón móvil de agua, todos instrumentos pensados por amenizar el diálogo con que el PP y el PSOE quieren deleitarnos a partir del dos de octubre. 
 
Tras la butifarrada gratísimo concierto de habaneras a cargo del dúo La vella Lola, Marta Bombí, la cançó y Josep Bergadà, voz y guitarra. Buenísimos. Les pido El meu avi va anar a Cuba. La tienen prevista para el final porque es muy popular. Les digo que tengo un amic dramaturgo que ha escrito una pieza de teatro con ese título, Marcel Vilarós (hola, Marcel) y que sería buena idea que se pongan en contacto, así que luego os pongo un email a cada uno. 
 
Nos vamos a dormir en medio de rumores de que el gobierno anda preparando una redada de altos cargos del govern, consellers y el propio presidente de la Generalitat. Parece absurdo ¿verdad? Pero el sentido del absurdo del gobierno central está en contexto berlanguiano, según acaba de decir, creo, Antonio Banderas. Bueno, según parece, pasado mañana el Señor de los sobresueldillos irá a visitar al Emperador en humilde solicitud de alguna declaración contra la independencia de Cataluña. Se dice que el ministerio correspondiente ya la tiene amarrada a cambio de la compra de unos aviones que probablemente no volarán por unos miles de millones de euros. 
 
Una futesa y, mira, a los mejor sale Trump por la tele diciendo que está en contra del derecho de autodeterminación de Sicilia. Pienso, antes de dormir que, pendiente el alto servicio exterior de tan trascendental misión, en estos dos días el ministro Zoido dejará en paz a la gente en Cataluña pues no puede permitirse algún escándalo que le saquen a su presidente en Washington. Un respiro, por Toutatis, ya en puertas del referéndum. Y las malditas urnas sin aparecer.

Entre tanto, ¿Qué hace la izquierda? En el caso del PSOE, apoyar incondicionalmente al presidente Rajoy, a quien pidió en su día que dimitiera. Gente práctica los socialistas, como el interesado no tenía, ni tiene, ni tendrá intención de dimitir porque no quiere perder el aforamiento, decidieron civilizarlo y convencerlo de que pasada al oleada de la muy justa represión que los indepes se han atraído sobre sus cabezas como las orgullosas torres atraen los rayos, deberá ofrecer diálogo, después del dos de octubre. 
 
Porque antes no lo hubo. Sin duda, el PP no lo propició, pero el PSOE tampoco lo exigió. La oferta actual carece de todo valor porque ni quienes la hacen tienen crédito ni lo que dicen sentido sino que son una sarta de disparates sin conexión lógica alguna. Dice Sánchez que “en esta crisis hay tres opciones: la de Puigdemont que es votar sin dialogar; la de Rajoy que es dialogar sin votar; y la del PSOE y del PSC que es dialogar y votar un acuerdo con todas las garantías democráticas”. Dos falsedades y un conjuro de magia potagia. 1ª. Puigdemont quiere votar sin dialogar. Falso. Puigdemont quiere votar y dialogar. 2ª Rajoy quiere dialogar sin votar. Falso. Rajoy no quiere dialogar ni votar.  Magia potagia: el PSOE ofrece llegar a un acuerdo y votar con todas las garantías democráticas.¿Qué acuerdo?¿Quiénes votan? ¿Cuándo? Mientras esto no se diga, la propuesta es como un viaje al país de la Cucaña. Uncido al carro de Atila, el PSOE no puede hacer otra cosa que volver a pisar la hierba que pisó el caballo de aquel.

¿Y Podemos? Si lo de Cataluña es berlanguiano y lo del PSOE se parece algo al inspector Clouseau, lo de Podemos es buñuelesco, al estilo del Ángel Exterminador. Llevan dos días de profundas cavilaciones en un seminario o similar apartados del ruido del siglo para hacer práctica la audaz teoría de que la cuestión catalana se resuelve... echando a Rajoy de La Moncloa. Allá ha ido también, a aportar su particular luz la alcaldesa de Barcelona, Colau que, además se quita de enmedio con la habitual galanura en momentos delicados. 
 
Al fin y al cabo el objetivo es noble y tiene su mérito, más que la cuadratura del círculo pues consiste en ganar una fulminante moción de censura que necesita la mayoría absoluta de 350 teniendo en contra 222 votos de los dos partidos dinásticos, equivalentes aprx. a un 63%. Pequeñez que se resuelve con una declaración contundente, de esas que se imponen con la luz cegadora de la audacia y hacen temblar los cimientos mismos del sistema. Dice Iglesias  que Podemos respetaría el resultado de un referéndum "con garantías y efectos jurídicos"
 
Obviamente, quiere decir los resultados de un referéndum legal. Dos pequeños matices: 1º, ese referéndum legal no se dará con la actual composición parlamentaria y tampoco con la que vaticinan los sondeos. 2º (y peor) ¿qué tiene de audaz y revolucionario cumplir la ley? Porque, si lo que está diciendo es que estaría dispuesto a incumplirla (por razones revolucionarias, imagino) ¿por qué no empieza por hacerlo ya y reconoce los resultados del referéndum del 1/10 se haga como se haga?

Sencillamente, por lo mismo por lo que el PSOE dice ahora que negociará un "acuerdo" que se someterá luego a referéndum, pudiendo haberlo propuesto hace años, en lugar de dar la murga con un federalismo inviable. ¿Y qué es ello

La República. La izquierda no puede digerir la idea de que los catalanes se constituyan en lo que ella no tiene ni tendrá porque no se atreve a reclamarla: la República.

Lo reitero: la independencia de la República Catalana ha triturado la izquierda española que, como un cuerpo poseído por el Maligno, se encuentra ahora pensando, hablando y haciendo como la derecha.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

La lectura del 1-O / Lola García *

A pesar de los graves acontecimientos, en las reuniones del Govern apenas se discute sobre el referéndum y menos sobre los escenarios que se pueden abrir después. Dolors Bassa, consellera de Treball, de ERC, se armó de valor en el Consell Executiu del pasado martes para preguntar con cierta timidez: “¿Y si el plan A no funciona?”. 

“Pues pondremos en marcha el plan B”, fue la única explicación que recibió. Dos días después, el plan A saltaba por los aires cuando la Guardia Civil entraba en dependencias de la Generalitat y detenía a 14 personas por participar en la organización del referéndum. ¿Y cuál es el plan B? Muy pocos lo saben y, menos aún, lo explican. Los preparativos de la consulta han sufrido un mazazo, pero la consigna en el Govern es mantener viva la expectativa del referéndum.

Aún no se han incautado las urnas y el Govern tantea imprentas en el extranjero. Pero las mesas electorales se tendrán que formar con voluntarios, la publicación de los lugares de votación en la web es la admisión implícita de que será difícil que haya tarjetas censales, a una semana vista no hay juntas electorales, la campaña es una broma y tampoco es posible garantizar la neutralidad del recuento aunque se invite a unos cuantos observadores internacionales. El referéndum está trinchado, no puede contar con garantías, pero eso es lo de menos a estas alturas del choque. Lo que importa para el Govern es colocar urnas y que cientos de miles de personas intenten votar. Y es justo lo que Mariano Rajoy ha ordenado frenar a toda costa.

El Gobierno del PP no se va a conformar con impedir que se abran colegios electorales, sino que pretende que nadie pueda colocar urnas ni siquiera en las plazas. Y eso colisiona frontalmente con la movilización alentada por el Govern y las entidades independentistas para el 1-O. A ello hay que añadir las actuaciones que puedan realizar la Fiscalía, los jueces y los dos gobiernos en los próximos días, que sin duda elevarán la temperatura del enfrentamiento.

Los últimos movimientos para frenar el referéndum empiezan a provocar fisuras en el apoyo socialista a Rajoy. Si bien el PSOE no pone pegas a las actuaciones judiciales encaminadas a impedir la consulta, la citación de 700 alcaldes o la posibilidad de que la ANC o manifestantes sean acusados de sedición no son compartidas por los socialistas. El PSOE ha arrastrado al PP a la creación de una comisión en el Congreso sobre Catalunya con la intención de construir una pista de aterrizaje al conflicto después del 1-O, pero las heridas que pueda dejar el choque en curso ponen en riesgo esa vía.

Carles Puigdemont trató de buscar otra salida con Pedro Sánchez a finales de agosto, cuando invitó al socialista a almorzar en Barcelona después de los atentados. El presidente de la Generalitat le inquirió sobre una posible moción de censura para desbancar a Rajoy. Puigdemont estaba dispuesto a aplazar el 1-O si Sánchez activaba esa alternativa. Pero el líder socialista argumenta que un gobierno que necesita el sostén de tantos partidos sería tan inestable que en dos años el PP ganaría las elecciones por mayoría absoluta. Así que el Govern intentará que el 1-O se convierta en una gran movilización de protesta contra el PP y por eso Oriol Junqueras manifestó esta semana que “la mejor moción de censura a Rajoy es el referéndum”.

Lo que ocurra el próximo domingo y la lectura que se haga de ese día será esencial. Puigdemont repite a su entorno que no tiene previsto convocar elecciones. Y la posibilidad de una proclamación unilateral de independencia (DUI) cobra fuerza. Un sector del PDECat intenta convencer al president de que ése sería un grave error, pero Puigdemont está dispuesto a llegar lo más lejos posible y hasta visualiza su detención en el Palau de la Generalitat. 

Otros abogan por convocar unas elecciones en cuyo programa figure la DUI si se obtiene una mayoría independentista en votos y escaños. De hecho, la secesión sin referéndum de por medio fue la promesa de Junts pel Sí para las últimas elecciones (luego rectificada), por lo que no hay margen para proponer menos. El 1-O marcará uno y otro camino. Así que ahora mismo parece difícil que el choque que se avecina y las profundas heridas institucionales que provocará la actual aplicación de factode la intervención de la Generalitat facilite a corto plazo la salida que propone el PSOE.


(*) Periodista y directora adjunta de La Vanguardia 


Un fracaso colosal / Jordi Amat *

Hasta el jueves nunca había sido miembro del tribunal de una ­tesis. Su autor, Joan de Dios Monterde, ya es doctor. El objetivo de su investigación ha sido determinar qué hace que un ensayo sea literario. Dicho así parece aburrido, pero es fascinante: un buen ensayo es oxígeno civil en busca de un lector dispuesto a respirar diferente. 

El ensayista es alguien que, meditando mientras escribe, proyecta una mirada alternativa sobre lo que no se cuestiona. Es una subjetividad que piensa poco a poco para descubrir elementos desapercibidos o que han quedado sepultados por una verdad que tiene más de consenso que de verdad. Así el ensayo desacata los discursos del poder.

Estos días leía la tesis y no encontraba el modo de concentrarme. La sucesión de hechos, frenética, me engullía frente a demasiadas pantallas. El miércoles por la mañana acabé las 800 páginas. Aceleración. Mientras la Guardia Civil detenía altos cargos de la Generalitat, un helicóptero sobrevuela mi barrio y la espiral de degradación entra en fase crítica. Cada vez más conciudadanos míos pensaban que debían desobedecer.

Tocaba escribir este artículo, tan incómodo, y en la cabeza sólo me cabía un propósito. Intentar situarme ante el problema, si fuera posible, como un ensayista. Escepticismo. Pensar las razones del otro. Tratar de entender qué nos ha llevado al colapso. Intentar mirar las cosas huyendo de tantísima propaganda que incluso se ha colado en las escuelas. Dotarme de una explicación que no sea simplificada porque, aunque nos hayan abocado a una solución binaria, nuestra realidad rebasa de mucho la dicotomía entre un sí y un no.

Sin embargo, lo mires por donde lo mires, estamos aquí. El Govern de la Generalitat desafiando al Estado refundado durante la transición. Un desafío político que, impugnando el marco legal para ejercer el fósil del derecho a la autodeterminación, tiene como objetivo la construcción de un nuevo Estado e, inevitablemente, la destrucción del Estado español que al principio del siglo XIX se originó con la quiebra de la monarquía absoluta. Digamos las cosas por su nombre.

Ante la formalización de un desafío de naturaleza excepcional, el Estado de derecho –el poder organizado que ordena la convivencia, debilitado en todas partes por la globalización– sólo puede actuar con el objetivo prioritario de salvaguardar su supervivencia y, si hace falta, imponiendo una represión que degrada al propio sistema. Escandalizarse ante esta constatación es farisaico. 

Si apuestas el autogobierno a la ruleta rusa, como ha decidido el presidente Puigdemont, sabes a lo que vas. Y el Govern de la Generalitat, después de las lamentables sesiones del 6 y 7 de septiembre en el Parlament, decidió jugar a todo o nada y, como había reiterado por activa y por pasiva, inició la cuenta atrás del referéndum unilateral de independencia.

Tras años dejando pudrir el problema (pero usando las cloacas policiales, como ha dictaminado el Congreso sin que pase nada), ahora, en la prórroga, el presidente Rajoy ha decidido romper la cuerda con autoritarismo para evitar que el referéndum pueda celebrarse. Como si quemando las papeletas murieran las ilusiones. Y no. No sólo. Ya no.

La cuestión de fondo no es si el Gobierno español tiene bastante con la ley para blindar el Estado de 1978. Si fuera así, habría hecho jaque mate. La cuestión afecta a la cultura política que sustenta al Estado y su fortaleza institucional. Porque el Estado, desbordado por el proceso, se ha desnudado. ¿Y qué hemos visto? Una máquina antigua que no gradúa el alcance de decisiones que aún ponen en más peligro su estabilidad porque descaradamente sabotean el Estado de derecho. 

Si ante movilizaciones sostenidas sólo sabe reforzarse deteniendo personas, abandonemos toda esperanza. Aceptar al fin que es una máquina averiada porque, a pesar de señales y advertencias de todo tipo, ha sido incapaz de reformarse. Signos de los tiempos mientras regresa el pánico nuclear y hay terroristas trabajando para hacernos todo el daño que puedan.

El Estado del 78 no está noqueado porque estuviera constitutivamente tarado. No hay momento de fundación constitucional puro y limpio. Se ha ido degradando porque, en lugar de actualizarse, se dejó corromper por una trama de intereses partidistas y económicos escudada tras una idea de España caduca y uniformizadora. Su legitimidad, así, se ha adelgazado. Mucho. Digamos las cosas por su nombre. Pero digámoslas todas.

Falta una semana para el 1 de octubre. El precio que los gobiernos están dispuestos a pagar por el referéndum –para hacerlo, para impedirlo– es altísimo. Ignoramos, pues, en qué condiciones se llegará al 2. Pero sí sabemos que no lo merecíamos. No merecemos esta agonía civil. 

El fracaso de la actual clase política –una conjura de irrespon­sables– ha sido colosal. Es verdad que los buenos ensayistas, como explica Monterde, evitan las palabras solemnes. No lo soy. ­Fracaso colosal. Lo miro poco a poco y no veo nada claro. El móvil me hierve con imágenes y consignas, pero no me sé ilusionar como hace tanta gente que quiero. Soy un ciudadano decepcionado que anhela que el caos institucional acabe con la menor quiebra posible.


(*)  Periodista y escritor



Una aguda migraña / Márius Carol *

Simone Weil escribió que cuando sufría agudas migrañas sentía deseos de golpear a otros en el mismo lugar donde ella sentía dolor. Se podría pensar que los dolores de cabeza de la crisis económica acentuaron las ganas del soberanismo de arremeter contra el Gobierno de España allí donde más le dolía, y a la inversa. 

Es evidente que la sentencia del Estatut figura en el origen del conflicto actual, agravada por la lectura que hizo Artur Mas de la gran manifestación de la Diada del 2012 tras la negativa al pacto fiscal (España estaba a las puertas de ser rescatada). Pero, a partir de ese punto, la dinámica acción-reacción forma parte de las migrañas de unos y otros.

El conflicto ha llegado a un punto de no retorno y, aunque las migrañas siguen siendo unas grandes desconocidas para la ciencia, es imprescindible que intervenga un especialista. Esta semana, el influyente diario bávaro Süddeutsche Zeitung ha publicado un editorial en que reparte críticas entre el Ejecutivo español, al que responsabiliza de una cadena de fracasos, y a los independentistas, de los que apunta que no tienen mayoría suficiente para impulsar la secesión. 

Sin embargo, el mensaje del rotativo es que el asunto ha dejado de ser un problema interno (como repiten las autoridades europeas) para convertirse en un conflicto que afecta a toda la UE. Y en esta línea animan a Bruselas a mediar en la crisis.

El añorado José Luis Sampedro advertía que “Europa es como un jefe que nunca se pone al teléfono”, para significar que a menudo intervenía cuando era tarde. La experiencia demuestra que a veces ha sido un error que se ha pagado caro. 

Los tres dirigentes europeos de más rango, Juncker, Tajani y Tusk, son del PPE, en cuyas filas figura Rajoy, cuyo papel ha salido reforzado tras la crisis económica. Pero Catalunya aparece en los informes diarios de las últimas semanas de la UE. Tendría todo el sentido que ayudaran a su resolución, aunque fuera entre bambalinas.



(*) Periodista y director de La Vanguardia



Por qué fracasó el 23-F y está triunfando el 1-O / Federico Jiménez Losantos *

Lo primero que el 23 de febrero de 1981 hicieron el Jefe del Estado y el Gobierno de Emergencia presidido por Francisco Laína y acampado en el Palace, fue cortar las comunicaciones entre los golpistas e impedir la toma de TVE y Radio Nacional de España. Aunque Juan Carlos y el PSOE tuvieron mucha responsabilidad moral en el Golpe, que era contra Suárez, no tenían parte en su realización, innecesaria ya tras la dimisión de Suárez "para que –según dijo- la democracia no sea un paréntesis en nuestro país".

Pero quién tuviera mayor o menor responsabilidad en la sugerencia o realización del golpe era irrelevante ante el hecho consumado de la entrada a tiros de Tejero en la sede de la soberanía nacional. Producido el hecho, Tejero podía rechazar, como hizo, o aceptar que Armada se dirigiera a los diputados ofreciendo su Gobierno de Unidad Nacional, presidido por él y formado por todos los partidos políticos, incluidos el PSOE y el PCE, y excluidos los nacionalistas. Lo que no podían hacer Juan Carlos ni Laína -que simbolizaba, a las órdenes del Jefe del Estado y de todos los Ejércitos, la parte del Gobierno legítimo no secuestrada- era esperar a ver qué pasaba. Ante los hechos deliberadamente violentos sólo cabe responder con hechos.

Y esta es la lección del 23-F que Mariano Rajoy, que está elevando la cobardía a la categoría de arte, ha olvidado de aquella experiencia nacional. Ante cualquier Golpe de Estado, sea del tipo que sea y adopte la forma que adopte, sólo hay dos posibilidades: o gana el Golpe o gana el Estado. Y se resuelve siempre por la fuerza, porque un golpe es, figurada y realmente, un hecho de fuerza, no una consulta o un recurso legal. 

En 1981 el Rey no pidió un dictamen al Consejo de Estado, para ver si era del todo legítimo el Gobierno del Palace o si era mejor dialogar con los golpistas y buscar una solución política al asalto de Tejero y a la tronitonante circulación de los tanques de Miláns del Bosch por las calles de Valencia. Lo que hicieron fue cortar las comunicaciones entre los golpistas y tomar la iniciativa mediática para asegurarse de que el mensaje del Rey llegara a todos los españoles, de uniforme o sin él. 

Y naturalmente, secuestraron una edición del diario El Alcázar, órgano de los golpistas, cuya portada decía "Triunfó el golpe". Sin duda fue una agresión a la libertad de prensa, pero fue una manera bastante eficaz de que sobreviviera más de un día a la intentona golpista.

El golpe de Estado de la Generalidad de Cataluña está triunfando porque Rajoy se niega a considerarlo un golpe de Estado. Porque en vez de llamar al Ejército o anunciar que está acuartelado, lo ha reducido a recurso oratorio de Cospedal; porque ha dejado que sea humillado ese popularísimo Ejército de Tierra que es la Guardia Civil, dejando que les roben las armas y les escupan y los cerquen los golpistas; porque ha metido a la policía en tugurios infectos y cruceros familiares con monigotes pintados en el casco; porque ha permitido que unos estibadores que hace meses que deberían haber sido disueltos se burlen de los policías diciendo que son "maricones que van de orgía en barcos de niños"; porque ha permitido que los mozos de escuadra colaboren en la humillación de la Guardia Civil; porque se ha negado a aplicar la Constitución, no sólo el 155, deteniendo a los golpistas; y sobre todo, porque ha dejado a los golpistas el control absoluto de los medios de comunicación regionales y nacionales, de la radio y la televisión, concesiones de servicio público que pueden ser intervenidas en cualquier momento si promueven el peor de los delitos, que es el golpe de Estado.

Hace dos semanas recordaba Herman Tertsch la experiencia del 23-F y de cualquier otro golpe, instando al Gobierno a liquidar la diáfana trama mediática del Golpe, en dos partes, la catalana y la española, coordinadas por ERC y Podemos con Roures de intermediario y con muchas terminales mediáticas: la radio del golpe, Catalunya Radio, que pagamos todos los españoles y que pedía a los oyentes que avisaran a los golpistas sobre los movimientos de la Guardia Civil; los siete canales de TV3 que predican el odio a España y la legitimidad del golpe; el Grupo Godó, que ha asumido el acoso a los alcaldes leales a la Constitución, y las televisiones estatales de signo podemita que, con La Sexta a la cabeza, están favoreciendo el golpe. 

Hace unos días recordaba Antonio Robles que cualquier actuación contra el golpe que no parta de cerrar TV3 será inútil. Todos los grandes diarios de papel, con el acorazado cebrianita virando a babor o estribor, según el día, han pedido contundencia al Gobierno contra el Golpe. Pero el Gobierno ha hecho algo peor que no hacer nada: Rajoy salió en televisión diciendo que iba a hacer algo y ha dejado que los hechos lo desmientan el día siguiente.

El Gobierno tiene toda la autoridad, pero ha perdido casi toda su credibilidad. Rajoy tiene legitimidad absoluta para parar el golpe, a golpes si es preciso, pero se niega a utilizar la legalidad y prefiere ofrecer a los golpistas sobornos fiscales a cambio de dar marcha atrás (¡cuando están cercando los cuarteles de la Guardia Civil!). Eso ha hecho De Guindos sin encomendarse al Dios del electorado ni al Diablo de la Oposición, que más que diablo cojuelo parece una lombriz de tierra náufraga en una palangana.

En cualquier momento rudo de la historia de España, a un Gobierno que hubiera permitido que se humillase al Rey, a la Nación, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y a todos los símbolos de España, lo habría echado a patadas un militar de baja graduación, salvo que tan obligada pero poco brillante tarea se decidiera por sorteo o escalafón. Y habría larga cola de civiles aclamando a los militares. En momentos más felices, de primacía del poder civil en una monarquía parlamentaria, como ahora, los partidos políticos de oposición estarían pidiendo a gritos no la dimisión sino el arresto del presidente y su Gobierno por colaboración con los golpistas.

Es de agradecer que los militares de hoy sean tan civiles, pero es de temer que la autoridad civil no entienda la función de las instituciones militares y policiales que están precisamente para salvar el poder civil, cuyo primer y último referente es el pueblo español. Si ante un atentado contra su soberanía, el Almirante Mariano sólo es capaz de enviar a la Armada Piolín, le queda poco a Mariano, menos a la Soberanía Nacional y casi nada al régimen constitucional del 78, que se salvó el 23-F de 1981.

En 1896, vísperas del desastre del 98, precedente del actual, dijo el Almirante Méndez Núñez lo de "más vale honra sin barcos que barcos sin honra". También el almirante Cervera se batió heroicamente en Cuba, sin carbón para volver, porque unos politicastros cobardes y sin escrúpulos convencieron al pueblo de que los norteamericanos nunca podrían con España. 

Los macacos cocomochos no son la US Army, pero si la TV3 hace de Hearst, el Almirante Mariano merecerá la frase de Churchill a los que se humillaron ante Hitler: "Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y además tendréis la guerra". De haberlo conocido, le diría: "Por salvar tu barco, has preferido el deshonor, y deshonrarnos a todos. Te has quedado sin honor y, además, pronto te quedarás sin barco".


(*) Columnista y editor



El federalismo es pecado / Luis Racionero *

Después de la Segunda Guerra estaba Sacha Guitry en su casa de París y le anunció su mayordomo:

– Mesieur hay gente en la puerta
– ¿Quiénes son?
– La Revolución, señor
– Alors, fai-les entrer (que pasen)

Venían a por él por considerarle colaboracionista con los alemanes. En otra ocasión en París en el siglo XVIII, Luis XVI oyó algaradas y preguntó a Choiseuil:
– ¿Qué es esto, una revuelta?
– No Sire, una revolución.

El miércoles cuando encontré la calle Balmes cortada a la altura de Aragón, me volví a casa con la duda. Luego en la televisión pude ver que era más bien una revuelta que una revolución, pero que en todo caso la calle estaba alterada.

Malo para todos ¿Tan difícil es establecer una línea de comunicación aunque sea secreta entre la Moncloa y la Generalitat?. Hace años el exconseller Rigol creo que llevó negociaciones con Madrid “sub rosa” y me parece que no fue mal.

A mi edad no necesito una revolución a las puertas de casa, me conformaría con una revuelta y, a ser posible, un motín, pero rebajar el “souffle” necesita diálogo. Pero ¿Cómo empezar el diálogo si proponer la independencia es ilegal?. Misión imposible, imposibilidad lógica. Habrá que comenzar a reformar la Constitución para que hablar de federalismo no sea ilegal. 

El otro día tuve en mis manos un libro mamotético titulado “El liberalismo es pecado”, de un cura barcelonés. Ahora estamos en el federalismo es Pecado. A ver si las gentes liberales e inteligentes de Madrid empiezan a tomar cartas en el asunto.


(*)  Doctor en Economía, profesor de Urbanismo y escritor catalán


Sr. Puigdemont: en política se puede hacer todo menos el ridículo / José Oneto *

Desconozco si el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conocía la contundente frase del histórico presidente de la Generalitat Josep Tarradellas, uno de los catalanes con más sentido común y que vivió la mayor parte de su vida en el exilio, cuando éste sábado en Palma de Mallorca se dirigió a los presidentes provinciales del PP para recordarles que si Puigdemont, el presidente de la Generalitat, se empeña en celebrar el referéndm del próximo domingo 1 de octubre lo único que conseguirá es hacer el “ridículo”.

Es exactamente una de las frases que marcó la vida de Tarradellas, el hombre que consiguió, pactando con Adolfo Suarez, convertirse en presidente del gobierno preautonómico de Cataluña en octubre de 1977 («Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!») y la recuperación de lo que fue la Generalitat. Toda su vida tuvo presente esa frase que marcó una trayectoria política ejemplar: “En política ‘espot fer tot, menys el ridícul’ (“En política se puede hacer todo, menos el ridículo”). 

Eso lo aplicó hasta el final de su vida, una vida que tuve el privilegio que me la contase durante días y días de conversación durante sus pactos con Suárez y, después, cuando decidió retirarse definitivamente de la política y comprobó que quien pretendía ser el padre de la Patria Catalana, Jordi Pujol i Solei, identificaba su persona con Cataluña. “La gente se olvida de que en Cataluña gobierna la derecha; que hay una “dictadura blanda” muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte”.

Y el lastre que ha dejado es aterrador: el mayor latrocinicio de la historia de Cataluña  (“España nos roba”) en el que ha participado él, padre de la Patria Catalana, y toda su familia; y un enfrentamiento entre catalanes y entre catalanes y españoles, cuyo desenlace provisional se desarrollará el próximo 1 de octubre, si como parece, Carles Puigdemont (con todas las reservas de Oriol Junqueras) se empeña en llevar a cabo un referéndum de independencia que dejará unas heridas en la sociedad catalana, casi imposibles de cicatrizar .

Y es que, es verdad que en política se puede hacer todo, menos el ridículo. Y el ridículo es celebrar una parodia de referéndum, con papeletas traídas de casa y previamente impresas por internet; sin la existencia de un censo mínimamente creíble; con urnas que todavía no se saben si serán de cartón o no serán, sin ningún tipo de control por parte de los que se oponen a esa consulta; sin Junta Electoral, que es la que tiene que proclamar los resultados, porque todos han dimitido ante el Tribunal Constitucional para evitar que pueden ser multados, invocando un derecho de autodeterminación como si Cataluña fuese una colonia que tiene que independizarse de la metrópoli; y sin que la consulta tenga los mínimos requisitos que establece las disposiciones  de la Comisión de Venecia  del Consejo de Europa.

Todo un disparate al que se ha llegado tras hacer el ridículo meses y años, algo a lo que ya están acostumbrados; después de recorrer todo tipo de cancillerías vendiendo una mercancía averiada, contratando a mediadores internacionales profesionales de cobrar por todo;  sondeando incluso a expresidentes de Estados Unidos que ni siquiera les ha abierto las puertas de sus despachos; repartiendo informes a embajadas donde la realidad aparece tan disfrazada y manipulada que algunas los han reenviado a vuelta de correo; repartiendo carnés de verdaderos catalanes y tachando a los que se atreven a decir que todo lo que se está haciendo es ilegal de “fachas”.

El ultimo en ingresar en la lista ha sido Juan Manuel Serrat, hasta ahora catalán ejemplar, y un hombre decente, que se negó en el franquismo a ir a Eurovisión porque no le dejaban que cantase en catalán y que, ahora, se ha atrevido a decir – ¡Ay Dios mío!- que lo del referéndum de la semana que viene, no lo ve muy claro….


(*) Periodista y economista


No es Franco, son jueces y fiscales / Fernando G. Urbaneja *

Los secesionistas han venido construyendo su caso con minuciosidad desde hace meses, incluso varios años. Había que aprovechar la debilidad del Estado y dar un golpe de audacia; lo cual pasa por construir un relato movilizador, reforzar las organizaciones agitadoras y elegir el momento con las variantes necesarias para superar obstáculos. Una de las piezas del proceso se llama propaganda y pasa por nombrar cada paso y cada fenómeno. 

Es admirable cómo el relato de los secesionistas ha calado en las televisiones nacionales, en teoría nada favorables al proceso. Pero cada telediario evidencia qué argumentario resulta dominante. Las mentiras flagrantes de Puigdemont, Forcadell y demás compañeros de aventura, pancarta y balcón no reciben réplica en las múltiples entrevistas ante las cámaras que discurren por donde quieren los entrevistados.

Uno de los ejes de la propaganda de estos días es resucitar a Franco y el franquismo para calificar a cuantos defienden la Constitución. Lo más alarmante o decepcionante es que gentes de la izquierda, ofuscadas por acabar con Rajoy, compren ese mensaje la excusa tramposa y mendaz de que defienden la democracia.

Los que, por ahora, han confrontado a los secesionistas son algunos jueces y fiscales, que aplican las leyes, que cumplen con su deber y actúan en consecuencia. El franquismo fue golpista y nada constitucional, en eso si se les parecen los secesionistas. Claro que de casta le viene al galgo porque los secesionistas catalanes de hace ochenta años, abuelos o bisabuelos de los actuales, también fueron contra la Constitución de la II República (esa que tanto añoran algunos ofuscados).

Puigdemont debe soñar con emular a Luis Companys, al que la República hizo ministro de Marina en Madrid durante cien días (verano de 1933) en un gobierno encabezado por Azaña. El 6 de octubre de 1934, coincidiendo con el intento de revolución llamada del 34, Companys, presidente de la Generalitat desde primeros de años, proclamó de forma unilateral el Estado catalán desarticulado, por orden del gobierno de la II República Española, por el general Goded. La Republica asumió el gobierno catalán con un coronel de intendencia al frente del mismo, suspendió la autonomía y encarceló al gobierno golpista (Companys incluido) que fue condenado en junio de 1935 a prisión (30 años) por el Tribunal de Garantías. Un año después llegó un indulto.

¿Se repetirá la historia con los ajustes propios de este tiempo? ¿Asumirán uno o varios jueces el papel de Goded (a quien luego fusilaría el golpe de Franco) en la defensa de la Constitución? ¿Habrá condenas ejemplares a los sediciosos e indultos posteriores? ¿Saldrá perjudicado el autogobierno catalán por este avatar? Las respuestas las conoceremos en breve porque la bola está rodando. La comparación no es con Franco, ni siquiera con la II República, ahora las cosas van más pacíficas y burocráticas, va de jueces y fiscales.


(*) Periodista y politólogo