Cual
mago de Oz, De la Serna está consiguiendo que el Ministerio de Fomento,
convertido en los años de la crisis en el organismo más olvidado de los
Presupuestos, haya pasado a ser uno de los departamentos con más
protagonismo del nuevo crecimiento económico.
El acuerdo que Fomento, Ayuntamiento de Madrid y Distrito Castellana
Norte (DCN) acaban de firmar puede resultar histórico para el país y
todo un aldabonazo económico no sólo para la capital de España sino por
el efecto Brexit puede generar en cuanto a llegada de bancos de negocios
y sedes de empresas. De ser una ciudad incapaz de sacar adelante un
proyecto que lleva en estudio más de 20 años a convertirse, quién sabe,
en una nueva City londinense.
La Operación Chamartín por la que nadie apostaba un euro hace un año
ha sido recuperada de sus cenizas y puede acabar siendo todo un símbolo
de modernidad y desarrollo para España. De estar enterrada tras la
llegada de la nueva corporación municipal, el proyecto ha sido
recuperado aunque modificado pero todo ha quedado en un punto intermedio
sin vencedores ni vencidos. Las tres partes implicadas en el proyecto
han coincido en el mismo planteamiento: Madrid se convertirá en la
plataforma de los grandes negocios europeos.
De la Serna ha señalado que “la City londinense no tendrá nada que
envidiarnos, puesto que en Madrid se construirá el centro de negocios
mejor conectado, funcional y moderno del mundo”. La alcaldesa Manuela
Carmena ha insistido en las oportunidades que ofrecerá Madrid a las
grandes multinacionales y bancos de negocios.
Por su parte, el director de desarrollo de negocio de DCN, Miguel
Hernández, ha dicho que Madrid será una nueva City al más puro estilo
londinense que “atraerá a las empresas que tengan que replantearse su
estructura y su estrategia por el Brexit, y a las firmas
latinoamericanas y de Oriente Medio y África que quieran operar en el
Viejo Continente”.
Las tres partes han sabido aprovechar el momento clave y todo lo que
se está moviendo en Europa con la salida del euro del Reino Unido para
ofrecer la capital de España como una de las ciudades dispuestas a
disputarse con Frankfurt y París toda la actividad financiera que decida
abandonar Londres. La remodelación que sufrirá el entorno de la Plaza
España junto con la rehabilitación del emblemático Edificio España
aportará también al centro de Madrid un aire de ciudad moderna para
acoger al mundo de las grandes finanzas.
La cadena hotelera mallorquina RIU se ha hecho con unos de los
edificios más emblemáticos de la capital madrileña tras comprar el
edificio al grupo Baraka que, previamente, lo había adquirido al grupo
chino Wanda. Ha sido otra de las operaciones que se ha logrado sacar
adelante después de estar en el dique seco y con gran riesgo de que
fuera víctima de la piqueta y fuera demolido o abandonado nuevamente.
El segundo plan en el que el actual ministro de Fomento ha
participado de lleno ha sido el Plan de Inversión Extraordinaria en
carreteras con obras de construcción y mantenimiento sobre unos 2.000
kilómetros de autovías y unas inversiones previstas de unos 5.000
millones.
El Gobierno tiene previsto lanzar, tras el verano, dicho plan y,
aunque, las empresas constructoras y la patronal Seopan, consideran que
habría que ser más ambicioso, lo que es cierto es que supone el comienzo
de la recuperación de la obra pública, olvidada desde el inicio de la
crisis en 2008.
Se estima que el plan genere a lo largo del tiempo unos 190.000
empleos. Los proyectos en sí no han sido aún concretados, aunque
básicamente se va a centrar en completar trazados de vías transeuropeas,
ampliación y mejora de otras vías.
Hay que decir que el proyecto está todavía en fase incipiente y habrá
que esperar a ver si las constructoras confían en el mismo. Por eso, no
puede decirse que De la Serna haya sido el gran protagonista del plan y
de la reactivación de la obra pública en España por si luego no
cristaliza. La idea es que, durante cuatros años -periodo 2017-2021-, se
acometan una veintena de proyectos en autovías y remodelación de
tramos.
El tercer gran escollo que parece tomar visos de solución es el
rescate de las nueve radiales españolas que están en quiebra y a las que
el Estado está obligado a rescatar. La decisión que ya está tomada es
que todas las radiales revertirán al Estado y volverán a ser licitadas
en 2018.
La ex ministra Ana Pastor lo intentó durante su mandato en Fomento
pero no logró avanzar por las diferencias que había con los bancos
acreedores y la mala coyuntura económica del país. El buen momento
económico y el aumento del tráfico que se está produciendo ahora están
facilitando las cosas y todas las radiales están en resultados positivos
de explotación. La cuestión que aún queda por determinar es si el
Gobierno reconoce los 3.500 millones que las constructoras propietarias y
los bancos reclaman. El ministro de Fomento ha afirmado en varias
ocasiones que la cifra es bastante menor pero no se ha concretado.
La empresa pública Seittsa aglutinará los pasivos y los activos del
conjunto de las ocho radiales en quiebra y cerrará todos los flecos que
aún están pendientes de resolver. Gran parte de la deuda que arrastran
lo bancos la han traspasado a fondos por lo que la negociación de la
misma es muy complicada.
Aparte de los fondos implicados, las
constructoras concesionarias tienen que dar el visto bueno como es el
caso de Abertis, ACS, Sacyr, Acciona, OHL, Ferrovial y Cyntra. Las
radiales en quiebra son la 2, 3, 4 y 5 de Madrid; la autopista AP-41
entre Madrid y Toledo; la M12; la AP-36 entre Ocaña y La Robla; la
circunvalación de Alicante y la Cartagena-Vera.