A ver: Ciudadanos exige la dimisión de PAS desde el mismo momento en
que adquirió la condición de imputado por la citación del TSJ, y los
portavoces nacionales de ese partido aseguran que no cejarán en su
empeño para que renuncie. «Den por seguro que Sánchez, imputado, no
seguirá de presidente», declaraba ayer el portavoz Girauta.
Sin embargo,
su partido prevé que siga en ese cargo, al menos hasta el día 3 de
marzo, fecha en que el líder regional, Miguel Sánchez, tiene concertada
en San Esteban una entrevista con PAS para pedirle que se marche y deje
en su lugar a otro diputado del PP. «Váyase usted, señor Sánchez, pero
quédese hasta el día 3», le están diciendo implícitamente.
Ah, ¿pero no
tenía que haberse ido el mismo lunes de esta semana? Si su situación es
ilegítima desde ese momento ¿por qué se le presta reconocimiento
institucional con una visita oficial a dos semanas vista? Váyase, pero
quédese hasta que vayamos a visitarle.
Lo que le van a decir en
esa visita se lo podrían haber hecho saber en la misma carta en que
solicitaban la entrevista. Sabemos de antemano el contenido del diálogo.
Ciudadanos: dimita y proponga a un candidato a presidente. PAS: No hay
Plan B; el Plan B es el Plan A, que soy yo.
¿Y qué hará Ciudadanos a
partir de ese momento? Llorar por las esquinas si es que no quiere, como
es obvio que no quiere, sumarse a Podemos y al PSOE para concertar una
moción de censura que dé la presidencia al socialista González Tovar,
cosa que tampoco quieren, en el fondo, ni Podemos ni la corriente
renovadora del PSOE que espera a junio para iniciar el relevo del
todavía líder socialista.
Bien: hay otro método de persuasión en
manos de C's, consistente en presionar a Rajoy con la retirada de apoyos
en su política parlamentaria. En teoría, es lo más efectivo, pero,
cuidado, ahí está el PSOE de Ferraz, a la espera de que C's deje de ser
el aliado natural del PP para convertirse él en el interlocutor
preferente de Rajoy aprovechando el hueco y a sabiendas de que al
presidente del Gobierno le place más negociar con los socialistas que
con sus adversarios electorales más próximos, esos incómodos socios.
Lo
que más desearía el PSOE es que Ciudadanos se convirtiera en la
oposición frontal al PP en el Congreso, pues esto le facilitaría más
oportunidades de influir en la gobernación como única muleta de Rajoy.
Esto que digo no es una extravangancia, sino el reflejo de la política
socialista que viene promoviendo la Gestora.
Es cierto que la
presión política y mediática está minando duramente la posición de PAS,
pero éste, hasta el momento, no ha perdido apoyos en la estructura
central ni regional del partido, de modo que le queda oxígeno para
llegar a su declaración y para la resolución judicial que se producirá
tras ésta si es que el TSJ no se entretiene en nuevas diligencias, dado
que están cumplidas todas por la juez de Lorca y sólo queda examinar las
aportaciones del presidente.
Es una carrera contrarreloj en cuyo
entreacto se acumulan titulares de prensa, editoriales más o menos
preventivos, aperturas de telediarios, chanzas en programas
humorísticos, viñetas gráficas, hilos tremebundos en redes sociales,
tertulias radiofónicas y televisivas, presiones diversas a la línea de
contención del PP nacional y del Gobierno de Rajoy...
Es una
situación infernal, que cualquiera vería como insuperable. Sin embargo,
el PP, de momento, ha cerrado filas de una manera tan compacta que ni
siquiera se ha observado en algunos de los casos que han afectado a su
líder nacional. Diríase que van a jugar la partida hasta el final, en la
convicción, hay que suponer, de que hay una extendida fe en el archivo
de la causa, algo que parece inconcebible para quienes dan por hecha la
salida condenatoria.
Pero es preciso subrayar que en el PP murciano no
hay duda de que el caso Auditorio carecerá de alcance, razón por la que
se alude al lema ´no hay Plan B´, y ahí están los más de 5.000 avales que
ha obtenido PAS para convertirse, como candidato único, en nuevo
presidente regional del PP en unas pocas semanas.
¿Se dirige el PP hacia
un callejón sin salida al no prever alternativa? Se sabrá en unas pocas
fechas, pero la propia posibilidad de plantear esta pregunta sería
cuestionar el futuro de PAS, de modo que su sustitución ni siquiera se
contempla. Obsérvese aquí, de paso, una nueva contradicción de
Ciudadanos: si el PP tuviera que proponer, por fuerza de causa mayor, un
candidato a la presidencia de la Comunidad distinto a PAS, como le
exigen, y éste se mantuviera como líder del PP, igualmente seguiría
incumpliendo el pacto de investidura, pues la imputación afecta, en la
letra del acuerdo PP-C's, no sólo a los cargos institucionales sino
también a los orgánicos. Sería, por tanto, una renuncia de C's que
ayudaran a sustituir a PAS en San Esteban mientras éste permanece, si es
que permaneciera, como jefe de su organización política.
Cuando
C's concluya su reunión con PAS, tres días antes de la declaración de
éste ante el TSJ y tras haberse dado un largo plazo para apartarse de la
opción ´moción de censura´ que promueve inicialmente Podemos, se
encontrará con una estrategia agotada, y cabe la posibilidad, aun
remota, de que amenace, como opción excepcional, con sumarse a esa
iniciativa. Pero si el PP viera venir una moción de censura a la
desesperada de los tres grupos de la oposición para relevarlo del poder,
aunque fuera con el propósito extremo de convocar nuevas elecciones,
podría adelantarse y convocarlas él mismo.
En los aledaños de San
Esteban se asegura que, en el periodo de trámite de esa iniciativa, PAS
podría quedar exculpado, ya que, como se supone, la actuación judicial
será rápida, y tal vez llegaría a tiempo de convertirse en el único
candidato que repetiría como cabeza de lista de entre los que
concurrieron a las autonómicas de mayo de 2015, dado que los otros tres,
por razones ya comentadas en artículos anteriores, no parecen
suficientemente afianzados, por suerte o por desgracia según los casos,
en sus respectivas organizaciones.
Se trata de un escenario
demasiado imaginativo, pero no cabe desconsiderarlo en una situación que
todo cabe, y esta posibilidad es una pieza más que conviene situar en
el tablero porque alguien ha insinuado que podría ponerse en juego.
(*) Columnista