Vergonzosa como mínimo la maniobra ademócratica del impresentable González Tovar tomando el relevo de otro impresentable, como el sospechoso Valcárcel, para defender los intereses urbanísticos inconfesables de los caciques septuagenarios de siempre: el chacinero subvencionado y el banquero fracasado y venido a menos ahora que la pelota en el Ayuntamiento de Murcia (corcomido por la corrupción en casi todas sus costuras) va a caer del lado izquierdo sin remisión.
El inefable López era demasiado ambicioso e incontrolable, aparte de un don nadie de Los Martínez del Puerto, como para jugar en una primera división mafiosa, donde no se fían de él, y, por contra, coger poder en una coalición sin el PP y con 'Podemos' y sucedáneos, donde esos intereses caciquiles, y contra la mayoría social sufriente, corren suerte más que incierta en manos de clases medias ilustradas pero arruinadas por la codicia sin límite.
El objetivo con el sexagenario Gras (con un pasado político de aupa) es ahora intentar a la desesperada, y si es posible, una coalición PSOE-PP-Ciudadanos, que aquí, en la Región de Murcia, tiene tongo de entrada debido a las relaciones de tiempo y de fondo entre los dos Sánchez, viejos amigos y colegas. Don Pedro Antonio y don Miguel son dos politiquillos cortados por la misma tijera del pasado más vergonzante.
El objetivo con el sexagenario Gras (con un pasado político de aupa) es ahora intentar a la desesperada, y si es posible, una coalición PSOE-PP-Ciudadanos, que aquí, en la Región de Murcia, tiene tongo de entrada debido a las relaciones de tiempo y de fondo entre los dos Sánchez, viejos amigos y colegas. Don Pedro Antonio y don Miguel son dos politiquillos cortados por la misma tijera del pasado más vergonzante.
No sería de extrañar que la imposición de Sánchez en el PP tenga mucho que ver con esa posibilidad de acuerdo con la 'marca blanca' llegada de Caravaca (sin la Cruz para no ofenderla con el pecado de los hombres respecto a sus semejantes) y que la desimputación del ex alcalde de Puerto Lumbreras haya sido necesaria para que Albert Rivera (¿viejo invento oportuno del CNI para quita y pon?) no ponga reparos a un gobierno de centro-derecha y reparto, entre dos amiguetes, en la Región de Murcia a partir del 1 de julio.
El pobre aspirante de San Pedro del Pinatar, y no digamos la ingenua de Torre-Pacheco, por 'C's', no sabían cómo se las gastan por la capital entre necesitados de servir y ser servidos. Y no digamos el que acaba de dimitir para no entrar en este juego de engañifa al pobre electorado que no quiere votar al PP y al PSOE pero tampoco a Podemos.
La casta murciana se resiste a aceptar que estamos ante un cambio más generacional que político y que resulta ridícula la aparición en los carteles electorales de candidatos de más de 50 años, comenzando por los que se resisten por egoísmo al proceso histórico irreversible, siguiendo por la falla de Tovar. No pierdan de vista tampoco al 'espontáneo' candidato de UPyD a la Asamblea Regional puesto en circulación por una extraña mezcla militar del franquismo (AGA) y católica de Trento (UCAM). Se intenta conjurar el cambio al precio que sea por parte de la atávica reacción genuina.
Es una pena que nuestro caballero de la triste figura, el sexagenario pachequero de salud tocada, pero honrado por encima de la media, tenga ahora que ir perdiendo, poco a poco, proyección pública en favor del candidato de los de siempre y cuya eventual imputación por lo del inconcluso Auditorio se aleja por días de la mano oportuna del agraciado magistrado Pascual del Riquelme tras aprovecharse del machismo fuera de tiempo que aún campa por la cúpula de algunas instituciones del Estado, con urgencia de revisar por las nuevas generaciones de demócratas.
El pobre aspirante de San Pedro del Pinatar, y no digamos la ingenua de Torre-Pacheco, por 'C's', no sabían cómo se las gastan por la capital entre necesitados de servir y ser servidos. Y no digamos el que acaba de dimitir para no entrar en este juego de engañifa al pobre electorado que no quiere votar al PP y al PSOE pero tampoco a Podemos.
La casta murciana se resiste a aceptar que estamos ante un cambio más generacional que político y que resulta ridícula la aparición en los carteles electorales de candidatos de más de 50 años, comenzando por los que se resisten por egoísmo al proceso histórico irreversible, siguiendo por la falla de Tovar. No pierdan de vista tampoco al 'espontáneo' candidato de UPyD a la Asamblea Regional puesto en circulación por una extraña mezcla militar del franquismo (AGA) y católica de Trento (UCAM). Se intenta conjurar el cambio al precio que sea por parte de la atávica reacción genuina.
Es una pena que nuestro caballero de la triste figura, el sexagenario pachequero de salud tocada, pero honrado por encima de la media, tenga ahora que ir perdiendo, poco a poco, proyección pública en favor del candidato de los de siempre y cuya eventual imputación por lo del inconcluso Auditorio se aleja por días de la mano oportuna del agraciado magistrado Pascual del Riquelme tras aprovecharse del machismo fuera de tiempo que aún campa por la cúpula de algunas instituciones del Estado, con urgencia de revisar por las nuevas generaciones de demócratas.