miércoles, 6 de noviembre de 2019

El fiscal pide condenar a Miguel López por el crimen de la viuda del expresidente de la CAM

ALICANTE.- El fiscal pide al jurado popular la condena de Miguel López, yerno y único acusado del asesinato a tiros de María del Carmen Martínez, viuda de Vicente Sala, expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), por ejecutar un crimen «horrendo» motivado por cuestiones «de poder y de dinero».

Así lo solicitó el fiscal José Llor a las seis mujeres y tres hombres del jurado en la última sesión del juicio por este homicidio en la Audiencia Provincial de Alicante, donde además del fiscal presentaron sus conclusiones los abogados de la acusación particular, que ejerce el primogénito de la víctima y cuñado del acusado, Vicente Martínez Sala, y el de la defensa.
El fiscal, que al igual que la acusación particular pidió 24 años de cárcel para López, sustentó su petición de culpabilidad en «las pruebas no directas sino de indicios» que concluyen que el acusado, «que había vivido a la sombra de la víctima y su marido hasta el punto de que le habían dado trabajo», fue el autor material de los disparos.
Calificó el crimen de «horrendo» porque los dos disparos se efectuaron en «un lugar oscuro» del lavadero del concesionario de coches que López regentaba en Alicante, y dejaron ciega a la víctima, que falleció desangrada, y todo por «poder y dinero».
El fiscal hizo una encendida defensa de la validez de las «pruebas de indicios» con el argumento de que las mismas fueron reconocidas por el Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional como «pruebas de cargo» siempre que, como ocurre en su opinión en este caso, vayan «en la misma dirección y con un resultado razonable».
Y recalcó ante el jurado que existen «muchas sentencias» condenatorias por pruebas de indicios, entre las cuales citó el conocido 'caso Asunta Basterra', donde se condenó a los padres Rosario Porto y Alfonso Basterra.
El fiscal concluyó que Miguel López cometió el crimen pese a que la familia «tenía suficiente dinero, mucho más de lo que la mayoría de los españoles podemos disfrutar», y lamentó especialmente que el acusado se haya acogido a su derecho de no declarar durante el juicio.
Apuntó que, cuando existen «indicios fuertes» de un delito, si el acusado «es inocente tiene que dar una explicación» y recordó las malas relaciones entre el acusado, su esposa y las dos hermanas de esta con el otro bando familiar, que encarnaban la víctima y su hijo primogénito, por el control de unos negocios con un valor de 120 millones de euros, y citó como ejemplo mensajes enviados a la víctima por sus hijas o los hijos de éstas.
Una vez descartada la hipótesis del robo o la de un sicario por asuntos de negocios, el fiscal subrayó que, aunque todo crimen entraña «riesgos» para el autor, López cometió el homicidio «en su ambiente» por ser su lugar de trabajo.
Añadió que el yerno fue el último en ver a María del Carmen Martínez, porque fue la persona que le entregó el coche, que conoce el manejo de armas y que tuvo tiempo en su casa de lavarse y cambiarse de ropa antes de regresar al concesionario, cuando se supo lo ocurrido.
El abogado de la acusación, que ejerce el hijo primogénito, Francisco Ruiz Marco, afirmó que el crimen tuvo lugar «en el único sitio donde el acusado tenía coartada por ser su lugar de trabajo», y recordó que los testigos explicaron que un par de semanas antes López gritó a la víctima por los problemas en los negocios y que, además, era la persona del otro bando familiar «con soluciones para todo». 
«Y decidió solucionarlo», añadió.
Este letrado centró su intervención en tratar de demostrar que la víctima había recibido los disparos antes de que López abandonara el concesionario, a las 18.38 horas del 9 de diciembre de 2016.
Como el fiscal, reprochó al acusado que no haya querido declarar porque le habría preguntado por los indicios que, en su opinión, le incriminan, como por ejemplo los tres minutos que estuvo en su casa antes de regresar a Novocar, tiempo en el que cree que pudo lavarse y cambiarse, o el motivo por el cual a la hora del crimen su teléfono «desapareció», sin poder estar geolocalizado por «ninguna» antena de Alicante.

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