miércoles, 6 de noviembre de 2019

La incómoda verdad sobre el Mar Menor / Daniel Ruiz Hernandez *

Desde hace años, el Mar Menor soporta una presión urbanística desmesurada, que lleva aparejada la creación de playas carentes de arena natural y puertos deportivos, que han forzado sucesivamente a dragados. 

Todos los ayuntamientos y la Comunidad Autónoma de Murcia, han sido incapaces de llevar a cabo una reordenación urbanística que permitiera un desarrollo más equilibrado, debiendo haber disminuido mucho la densidad de población, bien mediante edificación en altura, o disminuyendo el número de licencias de obra. 

Se debería haber pensado más en el entorno común, favoreciendo la amplitud de avenidas, áreas verdes y zonas de paso de agua. No se optó por este modelo, si no por el contrario, masificando lo ya saturado y dejando sin desarrollar infraestructuras vitales como colectores pluviales, alcantarillados, etc.

Todos han sido cortoplacistas y las grúas están otra vez en auge, contribuyendo al empeoramiento en la zona. Sólo piensan en cobrar muchas licencias de obra, IBI’s, recibos de agua, vados, etc.

No han ejecutado planes integrales para evitar vertidos a la laguna y el sábado 12 de octubre, todos fuimos testigos del grave atentado que se cometió.

La red de alcantarillado de Lo Pagán está obsoleta, como nos explicó el que fuera alcalde en los años 80, José Antonio Albaladejo Lucas, declarando que la red utilizada para evacuar el tanque de tormentas de Lo Pagán se desborda con facilidad al estar obsoleta, saliendo el agua por un aliviadero en la misma playa de Villananitos.

Sabíamos que dicho tanque no estaba recepcionado por el ayuntamiento, que no funcionaba automáticamente, pero no nos explicaron que al vaciarlo se corría riesgo de que se produjera un vertido en la playa. Y fue lo que sucedió y se han encargado de ocultar.

Nos gustaría que se depurasen responsabilidades, pero más aún, a algunos nos gustaría que dejaran de confundir a la gente y este desastre no se volviera a repetir.

Mientras periodistas, ecologistas y políticos siguen enredando, yo les pediría tres cosas;

1º AUDITAR EL BALANCE DE LAS AGUAS EN LAS DIFERENTES LOCALIDADES.
Fácil de entender. Necesitamos saber cuánta agua se suministra a la población y cuánta llega a las depuradora, así como su calidad, ya que hay constancia de que se producen pérdidas y filtraciones a la red de alcantarillado, siendo este factor con mucha diferencia el principal riesgo sobre la calidad de las agua.

2º PLAN DE ACTUACIÓN URGENTE SOBRE INFRAESTRUCTURAS DE SANEAMIENTO.
Que se repare y se dimensione nuevamente todo lo que hay en mal estado, como el alcantarillado de Lo Pagán.

3º DISMINUIR AL MÁXIMO LA ENTRADA DE AGUA SUBTERRÁNEA.
Muy al contrario de lo que están diciendo las organizaciones encargadas de confundir a la opinión pública, la agricultura de regadío puede ayudar a rebajar la carga de nutrientes que entran a la laguna y para ello hay que permitir que se usen las infraestructuras disponibles en aras de utilizar ese caudal de agua subterránea que llega a la laguna.

En la ribera del Mar Menor hay que hacer más cosas, pero esto es lo que yo creo de más urgencia. En el año 2016 se amplió el Puerto de Lo Pagán y fue el verdadero detonante del desastre de aquel verano, pero todo se tapó, aprovechando unos vertidos de salmueras inocuas (los nitratos entran igualmente desde el acuífero contaminado). No permitamos que ante el desastre de la semana pasada se cubra un tupido velo de mentiras, infundios y opacidades.


(*) Ingeniero Técnico agrícola vinculado a Vox


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