jueves, 4 de julio de 2019

Los mutualistas consumen menos recetas en casi todas las comunidades autónomas


MADRID.- El consumo de recetas en España es mayor en los no mutualistas que en los que sí lo son, atendiendo al número medio de recetas por persona al año y continuando la tendencia desde 2006. En concreto, en 2018 los no mutualistas consumieron una media de 1,65 recetas al mes frente a las 1,45 de los mutualistas, según publica www.correofarmaceutico.com

Así lo refleja el estudio Análisis longitudinal (2006-2017) de las diferencias en la prestación farmacéutica por receta entre comunidades autónomas en función del modelo de cobertura: Sistema Nacional de Salud-Mutualidad de funcionarios, presentado en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud (AES) el 12 de junio en Albacete y al que CF ha tenido acceso.

La misma tendencia se observa en el gasto medio mensual por receta, aunque las diferencias son ligeramente menores entre mutualistas y no mutualistas. Así, en 2018 el no mutualista se gastó una media de 18 euros al mes por receta, frente a los 17 euros al mes de los mutualistas. Eso sí, hay diferencias por autonomías.

De hecho, en Madrid el consumo entre ambos colectivos ha llegado a igualarse, con un consumo medio de 15 recetas por persona al año, una tendencia que comenzó en 2012. En otras comunidades, como el País Vasco y Canarias, las diferencias se reducen sin llegar a igualarse. Así, en Euskadi se ha pasado de una diferencia de casi 10 recetas de media en 2011 a la mitad en 2016. No obstante, en otras comunidades se mantienen diferencias notables, como en el caso de Cataluña, Asturias, Galicia y Navarra, donde la diferencia media es de 5 recetas por mutualistas frente a las 7 de los mutualistas.

Un punto de inflexión tenido en cuenta en el estudio es 2012, cuando se introdujo el copago con el Real Decreto 16/2012, que afecta a la caída en el consumo (ver gráfico superior) y “tiene un efecto menor en los mutualistas (que son más de dos millones)”, explica a CF Jaime Pinilla, profesor de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y coautor del estudio, junto a Beatriz González López-Valcárcel, de la misma universidad.

Copago y renta

De hecho, los empleados públicos desembolsan el 30% de los medicamentos recetados, como recuerda el estudio, a diferencia de los trabajadores del régimen general, que abonan el 10% del coste y, además, tienen topes mensuales de pago en función de la renta. “Con la introducción del copago, los mutualistas se mantuvieron y puede ser por el efecto renta. Así se evitó que este colectivo sufriera tanto”, añade Pinilla.

Si en 2011 los no mutualistas consumieron 2 recetas de media al mes y los mutualistas 1,7, en 2013 el consumo bajó medio punto en los no mutualistas, y 0,4 en el resto de la población.

El nivel de renta es otra variable que se ha tenido en cuenta en el informe. Así, Pinilla destaca que hay comunidades que reflejan más propensión a un mayor consumo de recetas: “Extremadura es más propensa, junto a otras comunidades como Galicia o Castilla-La Mancha. En el extremo opuesto, con tendencia a menor consumo, figuran Baleares, el País Vasco, Navarra y Madrid, con una renta media superior. Puede ser por el efecto renta”.

Sin embargo, Pinilla hace una observación con el caso de Extremadura: “Es verdad que en esta comunidad hay mayor consumo. Pero ¿por qué está tan escorada? Puede influir aquí hay una política para incluir pocas pastillas en la prescripción, lo que hace que el individuo en lugar de coger la caja de 20 tenga que ir dos veces a coger dos cadas de diez”.

Sin embargo, Cecilio Venegas, presidente del COF de Badajoz y del Consejo extremeño de COF, comenta a CF que “eso sólo sucede de vez en cuando. De hecho, yo he llegado a dispensar omeprazol en envases de 56 comprimidos, que es el tope”. Y añade que en Extremadura “no hay cultura de aseguramiento privado”. En cuanto al gasto, y dejando al margen el número de recetas, Extremadura también está entre las más gastonas: “Aquí no hay una penetración grande de genéricos. Nunca se ha primado desde el punto de vista de la prescripción”, sostiene Venegas.

Falta documentación

Aun así, Pinilla subraya que este estudio es “descriptivo” y, según matizan en el informe, no existe mucha documentación al respecto: “Sobre la prescripción farmacéutica mutualista apenas hay información administrativa; existe muy poca bibliografía, lo que dificulta el debate transparente sobre una experiencia como la mutualista, relativamente bien valorada por sus más de 2 millones de beneficiarios, pero controvertida por sus privilegios”, refiriéndose a la capacidad de elegir proveedor (cada año).

Por ello, el estudio sostiene que “las diferencias encontradas demandan más información sobre la prescripción farmacéutica mutualista”.

Muface: hasta dos puntos de diferencia en la financiación según CCAA

La Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) financia más del 3,5% de las recetas públicas dispensadas en Madrid, Andalucía, Castilla y León y Extremadura, aparte de en Ceuta y Melilla. En otras autonomías, como Cataluña y País Vasco, apenas llega al 1,5%.

Ésta es una de las conclusiones del estudio Análisis longitudinal (2006-2017) de las diferencias en la prestación farmacéutica por receta entre comunidades autónomas en función del modelo de cobertura: Sistema Nacional de Salud-Mutualidad de funcionarios, presentado por Jaime Pinilla y Beatriz González López-Valcárcel, profesores de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud (AES), celebradas a mediados de junio en Albacete.

Orígenes

El estudio se remonta también a los orígenes del mutualismo, y explica que “fue creado para solucionar el problema de la carencia de Seguridad Social de los funcionarios civiles y las Fuerzas Armadas del Estado […], que recibían asistencia sanitaria mediante un seguro privado que pagaban los propios funcionarios”.

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