martes, 11 de junio de 2019

Misteriosos destellos en la Luna / Guillermo Herrera *

Un equipo de astrónomos de la Universidad de Wurzburg (Alemania) puso en funcionamiento el pasado mes de abril en España un telescopio de construcción propia operado por un programa de inteligencia artificial, con el fin de estudiar los resplandores y oscurecimientos, que ocurren con frecuencia en la superficie de la Luna, y que hasta ahora no han podido ser explicados por la ciencia, informa el sitio web de la universidad.

Estos cambios de luminosidad observados en el satélite natural de nuestro planeta reciben el nombre de “fenómenos lunares transitorios” y se conocen desde los años cincuenta. Por lo general, consisten de pequeñas regiones que emiten luz de tono rojizo o rosado, y a veces de apariencia destellante o fluida, detalla el portal Space.com citando trabajos anteriores sobre el tema.

Esta coloración puede extenderse hasta unos 16 kilómetros, mientras que los puntos más luminosos suelen tener entre dos y tres kilómetros de diámetro. La duración promedia de los resplandores u oscurecimientos es de aproximadamente veinte minutos, aunque en ocasiones se prolongan durante varias horas.

El profesor de tecnología espacial de la Universidad de Wurzburg Hakan Kayal, quien lidera el nuevo proyecto, ofrece distintas hipótesis al respecto. Una de ellas apunta hacia la actividad sísmica observada en la Luna.

"Cuando la superficie se mueve, los gases que reflejan la luz solar pueden escapar desde el interior de la Luna" de modo que "esto explicaría los fenómenos luminosos, algunos de los cuales duran horas", señaló Kayal.

Sin embargo, aún falta explicar la naturaleza de los resplandores más breves. Entre sus posibles causas se consideran los impactos de meteoros, o bien las partículas eléctricamente cargadas de viento solar que reaccionan al entrar en contacto con el polvo lunar.

El equipo de Kayal planea estudiar este fenómeno de manera sistemática desde España con la ayuda de su nuevo telescopio de dos cámaras, construido a unos cien kilómetros al norte de la ciudad española de Sevilla y provisto de un avanzado 'software' que ayudará a discernir entre auténticos destellos lunares y eventos irrelevantes, como el paso de aves o aviones frente al foco del aparato.

DEFINICIÓN
Los fenómenos lunares transitorios son resplandores y oscurecimientos locales de la superficie de nuestro satélite, producidos por pequeñas perturbaciones y lunamotos que liberan gases del interior de la Luna. Desde casi el inicio de la Selenografía se ha observado sobre el regolito la presencia de fenómenos luminosos, unos brillantes y otros oscuros, incomprensibles y de difícil explicación.

El astrónomo español Antonio de Ulloa (quien colaboró en la medición de las dimensiones de la Tierra en una expedición internacional a Perú) observó en 1778, durante el eclipse lunar ocurrido el 24 de junio, un punto brillante sobre la superficie lunar a modo de ‘agujero’ que dejase pasar la luz solar; una luz similar aunque rojiza sería observada durante casi cinco meses en el año 1789.

AVISTAMIENTOS MODERNOS
El primer registro fiable de un fenómeno lunar transitorio sería el que efectuó el astrónomo soviético Nikolai Kozyrev, del Observatorio de Crimea, el 4 de noviembre de 1958, quien obtuvo el espectro de una nube rojiza emitida por el pico central del cráter Alphonsus. De los estudios posteriores basados en el análisis de las emisiones de carbono diatómico se llegó a la conclusión de que la composición de dicha nube era similar al gas que genera la cabeza de los cometas.

En España la Agrupación Astronómica de Sabadell observó uno en el fondo del cráter Aristarco (mayo de 1969); durante una segunda campaña tanto José Mª Oliver (19 de julio en Aristarco) como José Mª Gómez (9 de agosto en Heródoto) llegaron a avistar este tipo de fenómenos.

EXPLICACIÓN
El origen de este tipo de fenómeno no está del todo claro; no debe descartarse la actividad volcánica, que si bien es muy reducida y está concentrada en regiones concretas (como Alphonsus o Aristarco), puede presentarse en focos residuales de vulcanismo: esto lo avalan las nubes de gas y los resplandores.

Tampoco pueden excluirse los fenómenos de fluorescencia que se originan por el bombardeo de partículas energéticas provenientes del Sol en épocas de máxima actividad (fulguraciones solares), bombardeo que podría hacer brillar ciertos materiales lunares por fluorescencia inducida y que sólo sería percibido como resplandores en la zona oscura de la Luna.

En contadas ocasiones es posible que algunos restos (fragmentos de cometas helados o pequeños bólidos de alguna lluvia periódica) se estrellen sobre la rugosa superficie lunar, originando resplandores brillantes de muy corta duración capaces de levantar una nube de polvo brillante.

Otras posibles causas de la aparición repentina de estos fenómenos pueden ser los lunamotos o temblores de la corteza lunar producidos por la atracción de la Tierra sobre la Luna.

También los fenómenos producidos por las diferencias de temperatura que puede llegar a ser de más de doscientos grados centígrados en el transcurso de un corto espacio de tiempo, sobre todo en el periodo de orto y ocaso del Sol, ayudaría a fragmentar materiales pétreos, pudiendo originar escapes de gas similares a los producidos por movimientos sísmicos.


 (*) Periodista


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