Muy importante entrevista a Oriol Junqueras en el Punt Avui.
Tiene el diputado en el Congreso y candidato al Europarlamento pocas
ocasiones de exponer en público sus opiniones y explicar sus decisiones.
En esta ocasión lo hace con detalle y fija criterios en los temas más
candentes del independentismo.
Junqueras
tiene visión y es convincente en su compromiso de palabra y obra.
Trasmite seguridad y cierto tono místico. Entiende el independentismo
como una pugna y reclama para sí el máximo grado. También en
republicanismo. Y lo apoya en la tradición de independentismo y
acrisolada honradez de ERC, que no deja de ser un partido.
Igualmente
rotundo y claro se muestra en su rechazo al juicio/farsa al que él y
los demás presos políticos están sometidos. La mera existencia de presos
políticos es una injusticia, una situación anómala que inhabilita a
España para presentarse como un Estado democrático de derecho. La
"normalidad" de Sánchez es, en realidad, anormal.
Su
visión del PSOE es realista, ya que este tiene tendencia a escorarse a
la derecha. Insiste Junqueras en el diálogo, pero tiene escasas
esperanzas. Ni visos de acuerdo alguno para la investidura del gobierno y
la espinosa cuestión de Iceta queda sin responder, sepultada bajo unas
consideraciones sobre la importancia del proyecto colectivo de ERC y su
carácter dialogante.
La
entrevista aborda en un par de momentos la cuestión de las relaciones
de ERC y JxC, así como Junqueras y Puigdemont. La respuesta es elegante,
subraya la seguridad en el inquebrantable independentismo y
republicanismo de ERC, avalado por sus 90 años de historia y se alegra
mucho de la candidatura de JxC y le desea muy buen resultado, pues
cuenta el independentismo como una unidad en la que suman todos los
indepedentistas, cada cual desde su origen. Los triunfos y buenas
perspectivas de ERC se deben a su fuerte organización, unidad de
propósito y entrega de sus cuadros y dirigentes.
Tiene
cierta ironía que en el inevitable duelo entre los dos candidatos, el
partido sólido sea el que da la fuerza a Junqueras mientras que la de
Puigdemont proviene de su carencia de partido. En igualdad de crédito
respecto al independentismo y el republicanismo, el proyecto de
Puigdemont quiere ser transversal, nacional, carismático. Su peligro es
quedarse en lo meramente simbólico. El proyecto de Junqueras es de
partido y de ideología de izquierda. Su peligro es ser un partido
"institucional", como el PRI.
Así
que las dos vertientes indepes son necesarias y están condenadas a
entenderse. ¿Cómo? En función de los resultados de las elecciones. Las
generales ya dieron unos. Estamos a la espera de las europeas y
municipales. Consciente del daño del argumento de que el voto a ERC en
las europeas será votar a vascos y gallegos, Junqueras da unas confusas
explicaciones sobre los nombres catalanes de la lista que no despertarán
entusiasmos.
A su vez, si JXC quiere mantener el govern es necesario
que desmienta las encuestas y recupere apoyos. En caso contrario, lo
único que puede retrasar las elecciones catalanas es la sentencia del
juicio/farsa. Pero, a su vez, esta puede retrasarse si, en efecto, se
suspende la vista a la espera de un suplicatorio. En los trámites, quizá
nos encontráramos con unas elecciones anticipadas en las que la CUP
habría de decidir si participa o no y en las que el voto independetista
aumentaría probablemente si, como es de suponer, también se presenta el
Front Republicà.
Y
en ese hipotético parlamento de mayoría independentista absoluta se
plantearía la cuestión de la unilateralidad sobre la cual Junqueras se
niega a aventurar nada por tratarse del incierto futuro.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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