VALENCIA.- Los graves problemas de salud de Eduardo Zaplana
no hacen sino empeorar por el régimen impuesto por el juzgado de
instrucción número 8 de valencia. Ahora, el exministro y expresidente de
la Generalidad ha contraído una gravísima enfermedad asociada al trasplante de médula al que tuvo que ser sometido, la Enfermedad Injerto Contra Huésped (EICH), según el informe al que ha tenido acceso el diario El Mundo.
Esta
enfermedad viene provocada por una complicación que puede resultar
mortal y que ocurre, en ocasiones, después de un trasplante de médula
ósea. Consiste en el ataque por parte de linfocitos del donante a
células de diversos órganos del receptor.
Es algo que sucede en casos de
rechazo de trasplantes de órganos como corazón, hígado o riñón. El
informe médico destaca que si "la Enfermedad Injerto Contra Huésped no
responde al tratamiento de primera línea, consistente en prednisona, las
expectativas de supervivencia del paciente trasplantado se reducen
drásticamente".
Según el informe médico fechado el pasado 28 de diciembre y firmado por
el facultativo que trata a Zaplana, el jefe de servicio de Hematología y
Hemoterapia del Hospital La Fe, Guillermo Sanz, la preocupación es máxima porque "el régimen de incomunicación que se le aplica" al exministro y expresidente de la Generalidad, "es más riguroso que el establecido por el Servicio de Hematología
para el resto de pacientes ingresados y en situación, como en su caso,
de aislamiento antiinfeccioso estricto".
Añade que el tratamiento "de
rescate" que se le está aplicando "no está disponible en el Hospital
General Universitario de Valencia (conveniado con la prisión de
Picassent)" –el centro que recomienda la juez– y por eso tiene que
realizarse el tratamiento en La Fe.
En su escrito, el jefe de Hematología del Hospital de La Fe, explica
que pacientes como Zaplana necesitan estar acompañados 24 horas,
"generalmente por algún familiar" y "por prescripción facultativa" para
"garantizar una asistencia de urgencia en caso de que suceda algún
evento grave inesperado".
No obstante esta prescripción médica fue "rechazada" por el juzgado que
ordenó explícitamente a los agentes que custodian a Zaplana que
impidieran la entrada a Rosa Barceló, la mujer del exministro, que
estaba en el hospital precisamente para atender a esa recomendación
médica.
Este
hecho se relaja en el informe del doctor Sanz: "Por ello, su esposa
Rosa Barceló Martorell le acompañó esa mañana en la habitación de
aislamiento que ocupaba. Atendiendo una orden explícita de su Juzgado,
los policías que le vigilaban invitaron a Rosa Barceló Martorell a
abandonar la habitación. Desde ese mismo día, el paciente está aislado
sin acompañante. Esta situación no es normal y puede aumentar el riesgo para su salud, por lo que sería más que deseable que se corrigiese lo antes posible".
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