Ya no hay duda. El enemigo público nº 1
del Estado español es el MHP Carles Puigdemont. Los jueces de la
peculiar justicia española pretenden meterlo entre rejas. La prensa del
régimen lo quiere ausente del juego político, desaparecido, incluso; es
de suponer que por cauces legales; aunque, como están las cosas en
Borbonia, nunca se sabe.
El gobierno, que lo considera un fugado,
pretende ponerlo en manos de los jueces patrióticos. Los dirigentes de
los demás partidos políticos hacen vudú con un muñeco.
En
el pueblo sevillano de Coripe han agrandado el muñeco del vudú, lo han
hecho de tamaño normal y lo han quemado por judío (según ancestral
tradición) y luego lo han acribillado con escopetas de caza en presencia
de niños y niñas y con el auxilio de la fuerza pública local y las
bendiciones de la Junta de Andalucía. Esta fiesta está catalogada "de
interés histórico o cultural" o qué sé yo qué otra majadería.
Inmediatamente
se ha armado la tremolina habitual. Los indepes hablan de nueva muestra
de Catalanofobia y los catalanófobos, que en España son legión, han
salido en tromba a justificar la cagada de Coripe con argumentos que
mueven a risa y todavía demuestran más la naturaleza real de la relación
España-Catalunya.
La primera reacción es el socorrido "y tú más" (que,
en realidad, equivale a reconocer la cagada) en el ejemplo de que, hace
unas fechas, en algún pueblo de Catalunya, se quemó una efigie del rey
Felipe VI.
Como si quemar la figura del poderoso en la cumbre de su
poder fuera equiparable a quemar al perseguido a quien el poderoso
quiere encarcelar. Como si oponerse al poder establecido fuera lo mismo
que lamer el suelo que pisa. Como si quemar al rey por Borbón fuera
igual que quemar a Puigdemont por "judío".
Otros,
de más sensibilidad, argumentan la consabida excepcionalidad. Coripe
son 1.000 habitantes. Andalucía son siete millones. Los mil no
representan a los siete millones. No, claro.
¿Y si les añadimos los del
"a por ellos"? ¿Y si les sumamos los que aplauden el discurso de Cayo Lara contra el independentismo catalán?
¿Y si los juntamos con los votantes andaluces de VOX y C's, partidos
que querrían ver a los indepes catalanes convertidos en longanizas? ¿Y
si aportamos asimismo todos los votantes del PP, partido que considera
golpistas a los indepes y anhela aplicar un 155 perpetuo? ¿Y si les
arrimamos aquellos votantes del PSOE, fieles de Susana Díaz que sostiene
que Catalunya está aprovechándose de Andalucía?
No sé al lector, pero a
mí me sale un verdadero mogollón de andaluces del lado de los fusileros
de Coripe. De excepción, nada. Norma y muy norma.
Y
no solo fusileros. La elección de Puigdemont como judío fusilable del
año corrió a cargo del AMPA de la escuela local. Supongo que los padres y
madres de esa asociación tendrán fácil explicar a sus vástagos por qué
han decidido quemar vivo y luego fusilar a Puigdemont simbólicamente. Y
digo "quemar vivo" porque lo fusilan después de arder; no antes. No, no
les será difícil. Estos procedimientos son el venero de la raza.
La
persecución de Puigdemont en todos los frentes (desde "El País" a las
peñas de cazadores) está haciendo la campaña electoral de JxC aunque
esto, probablemente, se escapa a los felices coripeños. No conozco
declaraciones condenatorias de dirigentes políticos españoles. Creo
haber visto en tuiter que Abascal encuentra loable la actividad. No
estoy seguro. De los partidos democráticos quizá llegue alguna que,
claro, no reconocerá ningún vínculo entre la persecución generalizada a Puigdemont y esa lamentable cencerrada.
Pero
lo hay. Es la enésima prueba de que la única solución benéfica para
todos es la independencia. En Catalunya, para que pueda prosperar y
realizarse. En España, para detener su degradación política e involución
dictatorial.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario