A veces, una información soft acaba siendo la noticia de la
jornada. Y no porque no sucedan cosas informativas importantes, que las
hay y en abundancia, sino porque de momentos de felicidad y de
distensión también vive el hombre y la mujer.
La victoria del Girona frente al Real Madrid
en el Santiago Bernabéu es una noticia de esas que reúne los requisitos
para acabar contento y feliz este domingo informativamente repleto de
cosas de las que ya tendremos tiempo de hablar durante la semana.
Incluidas las primeras pasadas de frenada del Partido Popular y de su
candidato a la presidencia del gobierno español, Pablo Casado, un
político imberbe que hasta la fecha lo único que ha demostrado es que
sabe insultar y engañar sobre su máster.
La victoria del Girona en el Bernabéu es un triunfo deportivo
importante. Pero es también muchas cosas más: un nuevo ejemplo de que no
hay hazaña imposible, el premio a la constancia y a la superación
y la importancia de un grupo humano cohesionado con un objetivo común.
Tres cosas que se pasan muchas veces por alto y que está bien que
siempre se nos vaya recordando. El Girona es un equipo que cae simpático
en Catalunya.
Obviamente entre los culés y mucho más a partir de ahora,
pero creo que es bastante general y, en parte, porque no es un club
acomplejado. No se rinde fácilmente y en las dos temporadas que lleva en
primera división ha sido capaz de sacar puntos frente al Barcelona, el
Atlético de Madrid y el Real Madrid. De este último, hasta convertirse
en su verdadera bestia negra. Que dure.
Por otro lado, llama la atención (o no) el escaso eco informativo en
la prensa de papel de la exitosa manifestación celebrada 24 horas antes
por las calles de Barcelona para apoyar a los presos políticos presos y
denunciar el juicio injusto que padecen en el Tribunal Supremo y que,
hasta la fecha, han resuelto con nota alta tanto el vicepresident Oriol Junqueras como el conseller Quim Forn.
Los medios que quieren hacer desaparecer de sus páginas el movimiento
democrático que ha sido capaz de sacar más gente repetidamente a la
calle, tienen una excusa con las dos convocatorias seguidas que se
celebrarán en España.
A Sánchez habrá que agradecerle que colaborara
primero con el PP para aplicar el 155 que destituyó el Govern de
Catalunya y ahora, que después de una injustificada prisión provisional
de más de un año, difumine un juicio en el que se juzga también la
democracia española.
Este martes, con las declaraciones de los consellers Jordi Turull y
Raül Romeva se reanudarán las sesiones. Veremos qué da de sí. Hemos
visto, hasta ahora, que los consellers se han preparado a fondo. Quizás
por ello las televisiones ―TVE claramente― y la prensa de
Madrid apuestan por no darle al juicio la importancia que se merece.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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