jueves, 20 de diciembre de 2018

¿Estamos gobernados por psicópatas? / Guillermo Herrera *

Noticias de psicópatas asesinos aparecen todos los días en la tele para bajarnos el ánimo, pero los más peligrosos no son los que se ven en las noticias, sino los que no se ven venir. Hay mucha gente con poder como políticos, religiosos, banqueros y empresarios que carecen de empatía por la humanidad y les importa un carajo el bien de la gente, porque sólo velan por sus intereses, como se demuestra con la corrupción.

El político y psiquiatra David Owen, que fue ministro británico de Sanidad y de Exteriores, afirma que muchos de los que nos gobiernan son peligrosos enfermos mentales, lo que explica las medidas contra el ciudadano que se adoptan frente a la crisis.

Algunos creen que ser un buen político significa poder adoptar medidas dolorosas sin que le tiemble el pulso. En realidad debería ocurrir lo contrario: el mejor político es el que siente dolor con sus administrados y el que duda, medita y sufre antes de adoptar decisiones graves que conlleven sufrimiento humano.

La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad. La personalidad psicopática es una anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece.

Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimiento, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos, para la satisfacción de sus propios intereses. Es decir que sólo está al servicio de sí mismo y no está al servicio de los demás.

Ser psicópata no es sinónimo de ser criminal. De hecho miles de psicópatas no son criminales, y tampoco muestran una tendencia antisocial o violenta, pero tienen una naturaleza parasitaria en ciertos ámbitos sociales como la política, el gobierno y los puestos de representación popular.

LOS PEORES
Los peores de todos no son aquellos a quienes se les ve el plumero con facilidad, ni los que salen en las noticias acusados de corrupción, sino los que parecen muy simpáticos porque han desarrollado una falsa personalidad encantadora, pero son mentirosos compulsivos.

Da gusto escucharlos porque tienen la maestría de la seducción, educados y exquisitos, pero sus obras corruptas los delatan. “Por sus obras los conoceréis.” Hay otros que son muy antipáticos, pero no peligrosos, porque se les ve venir. De ahí viene el refrán español “líbrenos Dios de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo solo”.

Un psicópata no duda en cometer un delito cuando le conviene, y lo hace sin sentir remordimiento. La mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir su objetivo.

Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, la egolatría que los lleva a una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de conseguir ciertas cosas, así como una empatía utilitaria, que consiste en la habilidad de captar la necesidad del otro y utilizar esta información para su propio beneficio.

CUATRO ESTUDIOS
Un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Innsbruck en Austria reveló que las personas que prefieren los productos con sabor amargo, como el café sin azúcar o el agua tónica, son más propensas a mostrar signos de psicopatía, narcicismo o sadismo.

Otro estudio británico realizado en Gales revela que los ojos de los psicópatas no muestranun agrandamiento de las pupilas ante las imágenes de cosas desagradables, como cuerpos mutilados, tal y como les ocurre a las personas normales.

Científicos de la Universidad de Yale descifraron cómo logran los psicópatas engañar a los demás. Los psicópatas carecen de la capacidad de evaluar los pensamientos de las personas que los rodean, un proceso que es crucial para la creación de vínculos sociales, pero sí pueden hacerlo cuando tienen un objetivo egoísta,y pueden ser encantadores y manipuladores.

Otro estudio médico realizado en EE.UU. reveló que las personas con tendencias psicopáticas sufren un deterioro en la habilidad de integrar secciones cerebrales que son esenciales para mantener la atención. Los rasgos psicopáticos se atribuyen a un déficit de procesos emocionales que altera gravemente el juicio y el comportamiento.

Todo esto indica que la ciencia está en pañales todavía sobre la personalidad psicopática, pero podemos emplear la intuición para detectarlos y para defendernos de ellos.



(*) Periodista

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