jueves, 20 de diciembre de 2018

'Coag' subraya que la mano de obra extranjera es imprescindible en el campo murciano


MURCIA.- El presidente de Coag Murcia, Miguel Padilla, destacó este jueves que el campo murciano ha sufrido este año una falta de mano de obra, especialmente en los meses de verano, donde faltaron unas 20.000 personas, que marcharon a su país, «lo que puso en peligro ciertas explotaciones» porque coincidió con la cogida de fruta.

Una situación que no había pasado antes y que ya se ha regularizado «aunque falta mano de obra casi constante». 
En este sentido, al ser preguntado por esta cuestión, hizo hincapié en que el 90 por ciento de los trabajadores, sobre todo en el campo, son extranjeros. 
Así lo señaló el responsable de la organización agraria en la Región durante el balance anual sobre la situación vivida por el sector agrario en 2018.
El responsable de la organización agraria en la Región advirtió del recorte de explotaciones de pequeños y medianos agricultores frente a grandes productores, vista a diez años, con lo que «cada vez serán más inviables y deficitarias» debido, entre otros factores, al incremento de costos de producción, a la falta de agua o a la subida de combustible, como ha ocurrido en 2018.
De tal forma, que «los grandes productores aumentarán de forma agigantado el volumen de sus explotaciones mientras el pequeño y mediano agricultor cada vez verá las suyas más recortadas y tendrá mayores dificultades financieras, abocado a una situación no deseada».
Así lo denunció Padilla, quien exigió a la Comunidad Autónoma una política «que ayude y ampare a los pequeños y medianos productores de la Región», con un «revulsivo» importante al cooperativismo. 
«No es posible que tengamos 500 o 600 reinos de taifas de cooperativas pequeñas y estemos 500.000 vendiendo y dos comprando; es una situación ilógica», resaltó.
En el balance anual sobre la situación vivida por el sector agrario, Padilla aseguró que ha sido un año de «incertidumbre» por muchos motivos pero especialmente ante la falta de agua del trasvase del Tajo-Segura durante once meses, «que ha imposibilitado planificar campañas con suficiente antelación».
Por sectores, en algunas variedades de cítricos el año fue «desastroso», sin precio y con la cosecha sin recolectar, de hecho, el cierre de campaña del limón fino se ha retrasado, «por estas fechas deberíamos llevar más del 90 por ciento de la recolección y solo llevamos el 20% de la producción por la falta de tamaño», siendo un año también desastroso para las mandarinas Royaltis.
Además, ha sido un año malo con precios bajos y grandes fluctuaciones para el sector del tomate. Se suma la entrada de tomate del norte de África, «que está hundiendo los precios, que no cubren los costes de producción». Un año de pérdidas para la lechuga, que se ha vendido a 10 céntimos de media, por debajo de costes, y con altibajos para la alcachofa.
Sobre el pimiento bola pimentón, se ha incrementado la demanda bajo contrato pero la escasez hídrica de la comarca del Guadalentín ha aumentado el gasto de agua desalada disparando los costes de producción entre 35 y 62 céntimos de media, «lo que hace inviable el futuro para el sector». 
A lo que se suma las importaciones procedentes de Chica/Sudáfica, «hundiendo los precios y la viabilidad de nuestras producciones».
También fue un año malo para frutales, habiendo determinadas mermas en producción, que en el caso de la nectarina va del 40 al 50 por ciento de bajada de rendimiento debido al pedrisco. Ahora mismo Coag alerta que existe una gran incertidumbre respecto al futuro del sector.
En viñedo, ha sido un año récord de precios a la baja y en el olivo, «vivimos un hundimiento de los precios, motivado por la actuación de los grandes operadores, que introducen aceites de terceros países».
Como datos positivos, que la siembra del cereal «se está haciendo en muy buenas condiciones gracias a las últimas lluvias», que el sector ganadero se ha mantenido estable, que la cabaña ganadera española «tiene un magnífico estado sanitario siendo España puntera en los controles sanitarios de sus producciones», o una primera campaña de la cebolla buena, a pesar de que la segunda en primavera-verano ha sido mala, con precios por debajo de costes.
Otro punto destacable del año, la fuerte siniestralidad, «2017 y 2018 serán años récord en este sentido, lo que no es bueno». Además de ser un año con una subida «espectacular» de los costos de la producción, de entre un 20 y 30 por ciento de los productos fitosanitarios y fertilizantes o la subida de combustible, «lo que ha perjudicado seriamente a la economía de las explotaciones».
En resumen, si la situación sigue tal cual, en diez años «tenemos una reconversión total» de la agricultura y ganadería, el PIB será igual o mayor que el de hoy, «pero quedarán pocos agricultores pequeños y medianos, que pasarán a ser comisionistas, integrados o tutelados», sin ser propietarios de su explotación o cabaña ganadera.

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