miércoles, 19 de diciembre de 2018

¿Es malo tener Ego? / Guillermo Herrera *

La palabra ‘ego’ tiene muy mala prensa debido a los excesos del egoísmo, la egolatría y el egocentrismo humanos. Incluso hay un gimnasio que se llama ‘Ego’ para alimentar el narcisismo de los ‘musculitos’. ‘Ego’ significa ‘yo’ en latín y, por lo tanto, define nuestra identidad temporal como persona en este mundo, y no tiene por qué definir los excesos del egoísmo humano. El concepto de yo o ego está relacionado con otros términos como psique, ser, alma y conciencia.

Esta reflexión personal me ha sido inspirada por la muy sabia enseñanza de la querida pleyadiana Swaruu de Erra. Según el diccionario de la RAE, el egoísmo es un inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás. El egocentrismo es una exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales, y la egolatría es un culto, adoración o amor excesivo de sí mismo.

La connotación negativa de la palabra ‘ego’ sería un exceso de autoestima, pero en la Psicología, el yo se define como la unidad dinámica que constituye el individuo consciente de su propia identidad y de su relación con el medio; es, pues, el punto de referencia de todos los fenómenos físicos y psíquicos.

Para Schopenhauer, quien se encontraba influido por la idea de ‘maya’ o ilusión procedente del hinduismo y del budismo, el yo es una expresión o representación ilusoria de una voluntad de poder material e inconsciente.

TIRANÍA
Cuando alguien critica al ego demasiado, lo que pretende realmente es anular la personalidad y la autoestima, es decir, suprimirnos, humillarnos y achantarnos para imponer su ego sobre nosotros. Esto es típico de todas las sectas. Es un juego de poder, tiranía y despotismo. Lo que se pretende es anular nuestro libre albedrío para imponer su autoridad sobre nosotros. Eso se llama dictadura.

No obstante hay que ser conscientes de que el ego es finito pero nosotros no lo somos. El ego sólo es nuestra identidad identidad temporal que tenemos aquí en la Tierra, y todo lo que está asociado a ella. Tampoco hay que olvidar que el propósito del Alma encarnar consiste en experimentar la limitación de tener un ego, que no es otra cosa que una ilusión de separación.

MISTICISMO
En las filosofías místicas orientales, particularmente en el budismo se considera al yo como una ilusión llamada Anatman. Esta ilusión estriba en que todas las cosas son compuestas y transitorias y sin existencia intrínseca (vacuidad).

Así pues el budismo también contrasta fuertemente con otras religiones porque no afirma la existencia de un Alma permanente, ni de un "sí mismo" o "yo" duradero en el ser. El yo se presenta como un velo de la mente que induce al sujeto a identificarse con su experiencia, provocándole sufrimiento. 

Casi todos los maestros espirituales insisten en trascender el ego, en no tener ego, en superarlo, o reprimirlo. Hay maestros que dicen que “hay que matar al ego”, lo que me parece un disparate. No hay que asesinar al ego, lo que hay que hacer es moderarlo y ponerlo al servicio de causas nobles, es decir, pensar menos en el servicio a uno mismo, y pensar más en el servicio a los demás.

AMOR INCONDICIONAL
Se debe tener un ego sano y aceptarse a sí mismo, porque el amar a ese ego lo sana, y no lo impulsa a tener una reacción extremista de autoprotección, una reacción defensiva de supervivencia del ego que sería egoísta.

Pero no hay necesidad de fustigarse, porque la manera natural y no forzada de armonizar el ego es a través del Amor Incondicional. No se puede amar si no te amas a tí mismo primero, incluido tu propio ego.

Además, el negar que existe nuestra identidad temporal produce una esquizofrenia muy fuerte, porque el inconsciente de la persona se ve amenazado por el intento continuo e insistente de borrarlo, de eliminarlo, de alcanzar el supuesto estado del no-ego, que se llama ‘iluminación’, pero que no lo es realmente.

Como dijo el maestro gnóstico Samael Aun Weor, “Quien quiera disolver el yo tiene que empezar por no ser mentiroso. Todas las personas son mentirosas consigo mismas, todo el mundo se miente a sí mismo.”

He escuchado casos de yoguis hindúes que han conseguido anular su ego y se han convertido en unos perfectos inútiles sin personalidad, incapaces de sobrevivir sin la ayuda de sus discípulos, porque no se han iluminado sino zombificado. Es decir, se han quedado pasmados y hechizados de tanta meditación.

Por lo tanto, no hay que perder el tiempo intentando escapar del ego, porque ya escaparemos cuando dejemos a este cuerpo y estemos al otro lado en planos más altos. Lo que hay que hacer es tener un ego sano y aceptarse a uno mismo, porque amar al ego lo sana.



(*) Periodista

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