Se ha organizado una buena a propósito del fichaje de la esposa del presidente del Gobierno por parte del Instituto de Empresa para dirigir un instituto que tiene que ver con África. Ni siquiera los vapores aletargadores del ferragosto han podido impedir el cachondeo.
Estoy convencido de que la ciudadana Begoña Gómez es
una dama lo suficientemente preparada como para desarrollar la labor
encomendada por el IE; supongo que esa universidad privada no tira el
dinero (cuantioso según algunas informaciones) en forma de salario para
la empresaria presidencial. Hay dos cosas, sin embargo, que me han
llamado la atención al respecto del fichaje del verano.
La primera, el ardor en la defensa de algunos de los deudos del presidente Sánchez
que se han lanzado en tromba –cirio en la mano– a ventear las
capacidades de la inquilina de Moncloa. Tampoco es necesario tanto
incienso. Además, una empresa privada puede hacer con sus dineros lo que
le venga en gana. Lo segundo es que el Instituto de Empresa
–que son unos linces en eso de los fichajes– ha tardado veinte años en
descubrir las bondades como ejecutivo de la señora Gómez.
Mucho más que el caso que nos ocupa es preocupante la deriva presidencial a patrimonializar el poder del Estado entre sus amigos y conmilitones.
En los medios informativos y en los ambientes políticos/festivos la
chacota a efecto de nombramientos realizados por el gobierno Sánchez no
tiene fin. Regeneración. ¿Qué regeneración? Que se lo pregunten a Jordi Sevilla (546.000 euros); a Isabel Pardo de Vera (167.128 euros); a Óscar López (180.000 euros); a Maurici Lucena (166.000
euros) y asi hasta un larguísimo etcétera. Ya sé que también lo hizo el
PP, pero, justamente, de lo que se trataba y lo que se prometió
solemnemente era “REGENERAR”.
No voy hacer sangre con el caso de José Vicente Berlanga, nombrado a la sazón presidente de la empresa nacional de Uranio (ENUSA).
Sueldo anual: 210.000 euros. Ni comparación de lo que percibe cualquier
compañero en cualquier instituto o escuela deponiendo filosofía.
El dato no deja lugar a dudas para que nadie se llame a engaño: más del 50% de la Comisión Ejecutiva del PSOE ha sido colocado en puestos bien pagados del Estado.
¡Que coman a dos carrillos pero que dejen de dar la brasa con sus discursitos!
(*) Periodista
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