lunes, 7 de mayo de 2018

Viva Mariano y vamos robando / Adrián Ángel Viudes *

Fray José del Salvador ha pasado a la historia no tanto por sus virtudes, que las tuvo, sino por el discurso que tuvo el valor de pronunciar ante su graciosa Majestad el Rey Fernando el Séptimo, antológica perorata de la que destaco: “El enemigo es también el que gritando a voces Viva Fernando la patria y la religión se introduce en el gobierno hartando su furiosa ambición con empleos, rentas y honores a costa de la inocente nación. Observe Vuestra Majestad cuando se retiren que no lleven carne en las uñas, esos son los que han hecho tanto mal y los que han dado lugar a que en cada calle en cada esquina se repita una y otra vez la frase Viva Fernando y vamos robando”.

Sé que don Mariano Rajoy Brey es consciente de lo que muchos de aquellos a los que encumbró, a los que dio honores, prebendas, sinecuras, mamandurrias, se han llevado, se siguen llevando, y, si no los apartamos del cargo, lo seguirán haciendo.

Creo que el Presidente se da cuenta del daño que le están haciendo a nuestra querida Nación, pero parece que no le importa con tal de seguir un poco más tiempo en el poder

Dicen las malas lenguas que lo sabe todo, que maneja hasta el más inocente dossier, pero que permanece impasible como un don Tancredo redivivo hasta que el escándalo cobra proporciones cósmicas, y entonces ordena la decapitación del corrupto, lo somete al escarnio público sin piedad, con una crueldad manifiesta impropia de persona tan cabal, tan discreta, tan afectuosa como parece. 
 
Sus abrazos, aquellos que prodiga a los que están a punto de arder en la funeraria pila, son de tal calibre que el famoso oso queda en mantillas, y los abrazados son tan panolis que se creen a salvo en razón de la pasión con que el Jefe los abraza. 
 
Mariano no sabe que los cadáveres que ha ido dejando en el camino están esperando la venganza porque como se recita en el inolvidable drama del Tenorio “los muertos que yo maté gozan de buena salud” y serán ellos los que más temprano que tarde van a llevarse al verdugo al sitio donde será el llanto y el crujir de dientes, donde el teléfono no suena, donde las puertas permanecen cerradas sin nadie que te las abra, donde la única reverencia será la suya cuando tenga que agacharse a recoger el “boli” caído.

Ya no engaña a nadie, aquello tan cacareado del dominio de los tiempos, aquellas esperas que a todos nos tenían en vilo, la proporcionalidad que proclamaba y proclama en la batalla contra el “procés” no es más que una falta de decisión, un ataque de cobardía, una permanente traición a su partido, a sus votantes y a su Patria. Sólo ha pensado en sí mismo, en perpetuarse en el poder, para así evitar posibles inculpaciones; en mandar, y en eliminar a todo aquel, aquella, o aquello que pueda disputar su caudillismo.

Pero ¿por qué don Mariano ha permanecido en el poder a pesar de sus vicios, a pesar de su ineptitud? Porque hay una cosa que sí ha sabido utilizar con maestría, infundir miedo a un rebaño de ovejas sumisas y contentas con el buen pasto que les proporcionaba. Pero ahora los corderos están asustados, han visto que cada vez hay menos pasto y más ovejas sacrificadas porque el pastor cree que han comido más forraje del que les correspondía y no entienden como él se sigue hartando y ellas empiezan a pasar hambre. 
 
Las ovejas se están dispersando, ya no reconocen la autoridad del pastor y ese lobo que ellas creen que les amenazaba resulta que a quien amenaza es a él y ya hay más de una cordera que le está diciendo al lobo donde están las debilidades del cabrero y quizás la dentellada final no sea contra su rebaño pastueño sino contra su garganta.

El grito de “Viva Mariano y vamos robando” dejará paso dentro de poco a otro tan procaz como el anterior “Olvida a Mariano y te estás largando”.

Menos mal que siempre le quedará Santa Pola.
 
 
 
(*) Ex presidente de la CHS y de la Autoridad Portuaria de Cartagena
 
 
(Publicado hoy en el diario La Verdad)

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