miércoles, 7 de marzo de 2018

La apuesta de Escolano / Primo González *

Román Escolano es el nuevo timonel de la economía española. Es una persona de perfil político modesto que tendrá que hacerse un nombre en el mundo económico, algo que también le sucedía en su día a su antecesor Luis de Guindos, que ahora se va al Banco Central Europeo como “número dos”.  

No le costará mucho porque  el puesto  de titular de Economía es bastante exigente en carga de trabajo en todos los frentes posibles, internos y externos, además de enfrentarse a una exigente agenda doméstica que en los próximos meses no está carente de compromisos, desde el espinoso asunto de las pensiones  hasta hipotéticos  retoques en el mapa bancario español, en los que el titular de Economía algo tendrá que decir, sobre todo en el futuro de la participación del Estado en Bankia, sin olvidar  citas  fijas como la designación del nuevo gobernador del Banco de España, que no está tan lejana.

Los dos ministros, Guindos y Escolano,  tienen en común bastantes cosas: perfil técnico predominante, funcionarios (siendo Rajoy Presidente del Gobierno sería impensable otra cosa) de cuerpos de élite del Estado (técnicos comerciales),  rodaje internacional abundante, tanto en instituciones públicas como privadas, buen conocimiento de los engranajes comunitarios  que pivotan en torno a Bruselas y experiencia como directivos de alto nivel en instituciones financieras privadas. 

Escolano ha prestado sus servicios en BBVA aunque su trayectoria como directivo bancario ha estado sobre todo   centrada en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), en donde trabajaba en la actualidad como uno de los vicepresidentes.

La  herencia que recibe Escolano no se puede considerar precisamente mala. Guindos deja la economía española en una posición  bastante envidiable, por mucho que los partidos de la oposición y los sindicatos hayan invitado al nuevo responsable de la economía a poner en práctica un cambio radical respecto a las principales líneas de actuación del  Gobierno en  esta  materia.

La cuestión económica,  aunque no sea patrimonio exclusivo del titular de Economía, constituye el principal activo sobre el que Mariano  Rajoy  puede acreditar una buena gestión, con datos muy precisos.  En otras vertientes de la gestión gubernamental se puede especular o realizar valoraciones más o menos subjetivas. 

En materia económica, las cifras ejercen un poderoso influjo sobre el diagnóstico.  Es posiblemente el área en la que el actual Ejecutivo puede vanagloriarse de  haber superado las expectativas que se habían puesto en este Gobierno cuando accedió al poder.

Es por este motivo quizás por  el que Rajoy ha huido de aventuras o de apuestas más o menos audaces, algo que podría haber intentado habida cuenta de la fase del ciclo económico  en la que nos encontramos, con una valoración internacional altamente positiva y con un grado de aceptación interna que desde luego es bastante variopinta pero que presenta pocos argumentos para  formular críticas demoledoras. 

Hay muchos frentes sobre los que actuar pero si Escolano dirige la nave económica del país con medio millón de empleos nuevos cada año, habrá dado por buena una gran parte del cometido para el que ha sido reclutado.


(*) Periodista y economista


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