BRUSELAS.- Primer examen para Guindos en la carrera por la vicepresidencia del
Banco Central Europeo. El Parlamento Europeo evaluará esta tarde (por ayer) a los
dos candidatos a suceder al portugués Vítor Constancio: el ministro
español Luis de Guindos y el gobernador del banco central irlandés,
Philip Lane, recuerda El País.
La audiencia pública está prevista para finales de febrero,
pero la Eurocámara se ha inventado una triquiñuela para dejar clara su
posición: una audiencia a puerta cerrada, de carácter informal, en la
comisión de Economía. Los grupos políticos podrán preguntar
abiertamente, sobre cualquier asunto, a ambos candidatos. La polémica
está asegurada: los eurodiputados pedían una terna de candidaturas con
alguna mujer en ella, y los socialdemócratas y otros grupos criticarán
la condición de ministro de Guindos.
Alrededor de las 20.30, los coordinadores de los grupos políticos tienen previsto reunirse con el presidente de esa comisión, el socialdemócrata italiano Roberto Gualtieri,
y pactarán ahí un mensaje —no está claro si por carta o por vía
telefónica— al presidente del Eurogrupo, el portugués Mario Centeno.
El
Eurogrupo (la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona) se
reunirá el próximo 19 de febrero y, con ese mensaje en mente, se verá si
alguno de los dos candidatos tiene la mayoría necesaria; al día
siguiente, el Ecofin del 20 de febrero podría recomendar al Consejo
Europeo a Guindos o Lane.
El rol de la Eurocámara es puramente consultivo: el año 2012 ya
suspendieron al candidato propuesto, el luxemburgués Yves Mersch, y aun
así Mersch fue nombrado consejero del Eurobanco. Guindos es claro
favorito. Se especula incluso con que el Eurogrupo invite a Lane a
abandonar a finales de esta semana si la votación está muy clara. Pero
la Eurocámara quiere tener algo que decir al respecto. El método de
evaluación es como sigue:
18.30. Lane entra en escena. El irlandés Philip Lane
comparecerá primero. Lane tiene un currículo muy técnico: experto en
política monetaria y autor de varios trabajos publicados en las mejores
revistas, en el BCE se le considera "un economista brillante", según el
consejero Benoit Coeuré. Es gobernador del banco central irlandés desde
2015: cogió esa institución en horas bajas pero se ha labrado una
reputación excelente con la fulgurante salida de la crisis de Irlanda. Es el preferido en Fráncfort, y cuenta con el aval de Mario Draghi.
Su pasaporte juega también a su favor: Irlanda es miembro fundador del
euro, pero nunca ha ocupado una de las sillas clave del BCE.
19.30. Guindos recoge el testigo. El ministro
español tiene previsto atender a la prensa española justo antes de la
audiencia. Parte como favorito del Eurogrupo, pero su currículo es menos impactante en Fráncfort:
presidió Lehman Brothers en el momento de la quiebra del banco de
inversión estadounidense (y vendió participaciones preferentes de la CAM
por aquel entonces), y fue presidente del comité de auditoría de BMN,
una de las cajas nacionalizadas, que ha tenido que ser absorbida por
Bankia bajo los auspicios del propio Luis de Guindos.
Como ministro, ha
estado presente durante seis años en las reuniones del Eurogrupo y se ha
trabajado de lo lindo los apoyos necesarios para no tener que sufrir en
una votación, salvo que las cosas se tuerzan a última hora. Hizo una
primera reforma financiera fallida y precipitó el rescate bancario
español con unas declaraciones desafortunadas al Financial Times.
Pero después aplicó a rajatabla las recetas de la troika y España
exhibe hoy unas cifras macroeconómicas excelentes, salvo en el capítulo
de desempleo e indicadores sociales. Draghi ha sugerido que no
bloquearía su nombramiento (el BCE tiene también un papel consultivo en
este asunto), y varios países le han dado públicamente su apoyo.
Alemania y Holanda están claramente a su favor, aunque el apoyo de
Berlín está condicionado a que España apoye a su vez al halcón Jens
Weidmann, presidente del Bundesbank y poco amigo de las políticas
monetarias que han permitido la recuperación de la zona euro y en
particular la salida de la crisis española. Francia e Italia han
mostrado mayor ambigüedad. Curiosamente, tres de los países que han
hecho explícitos sus apoyos a Guindos están gobernados por socialistas:
Portugal, Eslovaquia y Malta.
El examen. Cada candidato hará una exposición
inicial de 10 minutos. Después están previstas las preguntas de los
grupos políticos (con un minuto para preguntar y un máximo de tres para
las respuestas). Arranca el PPE y le siguen los socialdemócratas, el
grupo euroescéptico que lideran los conservadores británicos, y los
liberales. Después aparecerán la izquierda radical, los Verdes, los
eurófobos de Europa por las libertades y los ultras que lidera el Frente
Nacional de la francesa Marine Le Pen. El PPE y los socialdemócratas
—los dos grupos más numerosos— tiene derecho a una segunda ronda de
intervenciones.
Los eurodiputados —entre los españoles destacan Gabriel Mato (PP), Jonás Fernández (PSOE), Ernest Urtasun (ICV) y el independentista catalán Ramon Tremosa (liberales)—
han recibido un currículo (estrictamente confidencial) de cada
aspirante y tienen claras las reglas: después de las dos audiencias, los
líderes de esos grupos se reunirán a puerta cerrada durante 10 minutos y
pactarán el mensaje dirigido al Eurogrupo.
El diablo está en los detalles: en el tono de esa misiva o mensaje
telefónico. Pero puede darse por hecho un revés: no hay mujeres entre
las candidaturas, a pesar de que la Eurocámara lo pidió desde el
principio y ya en 2012, en el episodio citado de Mersch, los
eurodiputados fueron muy duros al respecto. En el caso de Guindos, puede
recibir fuego amigo desde las filas de los eurodiputados
españoles: el PP cerrará filas con Mato, pero el PSOE ha dejado claro
que no le apoya, tanto por la cuestión de la brecha de género (solo hay
una consejera en la cúpula del BCE) como por la politización del
Eurobanco, y Urtasun ha criticado con dureza la baza española para la
vicepresidencia.
Guindos y la política monetaria. Hay pocas pistas
sobre el futuro perfil de política monetaria que defenderá Guindos si
finalmente es el elegido. El ministro español ha preparado el terreno
esta semana con una entrevista al diario francés Les Échos.
Guindos llevaba años diciendo que la política monetaria y las reformas
han sido claves en la salida de la crisis, pero siempre pidió además
estímulos fiscales en Alemania (o menos austeridad desde Bruselas) para
acompañar las medidas extraordinarias de Draghi. Esa pata fiscal ha
desaparecido de su discurso como por arte de magia. "La política monetaria no es todopoderosa: sigue
siendo fundamental poner también en marcha reformas económicas para
mejorar la competitividad y la productividad en Europa", dijo a Les Échos.
"Si queremos hacer frente a los populismos hay que alentar el
crecimiento, y para eso hay que cambiar la política económica", afirmó
en su día a El País, con un sesgo claramente distinto. Guindos, eso sí,
es partidario de crear un presupuesto de la eurozona para combatir
shocks asimétricos (crisis en un solo país). Pero no se define como
halcón o paloma: ni como partidario de las políticas monetarias más
ortodoxas, al estilo de los halcones del Bundesbank, ni favorable a las
medidas creativas que defiende las palomas y que ha puesto en
marcha Draghi contra el criterio del muy alemán Weidmann, que suena como
sustituto de Draghi si Guindos accede a la vicepresidencia.
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