viernes, 2 de febrero de 2018

Australia da por corregidas las desviaciones de los destructores que 'Navantia' se ocupó de enderezar


FERROL.-Navantia se juega en Australia ganar el mayor contrato de su historia. Espera hacerse con el pedido para fabricar nueve fragatas para la Armada de las antípodas, con un contrato valorado en 25.000 millones de euros y compite por ellas con la italiana Fincantieri y la británica BAE Systems. En esa carrera de fondo, que si se cumplen las previsiones se resolverá en el mes de mayo con la adjudicación del encargo, la empresa que preside Esteban García Vilasánchez ha recibido un espaldarazo, ligado al contrato de los destructores de la clase Hobart, según publica hoy La Voz de Galicia.

El ministro de Industria de la Defensa de Australia, Christopher Pyne, acaba de anunciar que este proyecto ha dejado de ser crítico para el Gobierno «después de las continuas mejoras en el rendimiento de la construcción naval». La fabricación de estos tres destructores se había convertido en un quebradero de cabeza para el Ejecutivo australiano, ya que se había desviado considerablemente en plazo y en coste de las condiciones en las que se había adjudicado.
Los buques, que se construyen en el astillero de Adelaide, están basados en las F-100 españolas e inicialmente Navantia fue contratada por el diseño, la transferencia de tecnología y el asesoramiento técnico. Pero los problemas detectados hicieron al Ministerio de Defensa ampliar esa participación de los astilleros españoles, que se hizo cargo de la gestión del pedido en el 2015.
La ministra de Defensa, senadora Hon, Marise Payne, aseguró que la reciente puesta en servicio de HMAS Hobart demuestra que el programa ahora es capaz de producir destructores de guerra aérea altamente potentes. En otras palabras, ha dejado de ser un problema para el Gobierno de las antípodas, que recuerda que fue en diciembre del 2015 cuando se le encargó a Navantia hacerse cargo de la gestión.
«HMAS Hobart ha sido puesto en servicio, marcando un cambio radical en la capacidad de la Marina para luchar y ganar en el mar», afirmó el ministro Payne. Además, añadió que los dos siguientes, bautizados como Brisbane y Sydney, están en camino de ser entregados de acuerdo con el cronograma reformado, lo que aumentará considerablemente las capacidades de la Marina.
Con un ambicioso proyecto de adquisiciones en el ámbito de la Defensa, haber enderezado el rumbo de este importante contrato ha sido un revulsivo para Navantia y la alianza AWD. La empresa española tiene destinados en Adelaida alrededor de medio centenar de empleados, algunos locales, pero la gran mayoría procedentes del astillero ferrolano. Están trabajando tanto en la factoría en donde se fabrican los destructores como en el centro de operaciones.
«La resolución del proyecto Air Warfare Destroyer muestra que el país está listo para el programa de construcción naval continua del Gobierno de Turnbull, que creará miles de empleos y asegurará la industria de la construcción naval para las futuras generaciones de australianos», incidió Pyne.
Navantia desembarcó en Australia en el 2006 y desde entonces no ha dejado de captar trabajo y nuevos encargos, el último, la construcción de los dos buques logísticos que se fabrican en el astillero ferrolano. Sin embargo, el contrato para la construcción de las nueve fragatas es el de mayor importe -aunque los 25.000 millones de euros incluyen compras y actuaciones adicionales a la fabricación de los buques- en la historia de los astilleros públicos españoles.
 Se trata de una obra que se ejecutaría en el país y que, de ganarlo, serviría para que Navantia prolongase la relación con la Defensa y la industria australianas durante al menos dos décadas más.

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