domingo, 14 de enero de 2018

La nueva ley de farmacias permitirá a las boticas gallegas más tareas asistenciales


LA CORUÑA.- Integrar más a la farmacia en el sistema de salud. Ese parece ser el espíritu del anteproyecto de la Lei de ordenación farmacéutica gallega que se encuentra todavía en sus primeras fases de tramitación. El texto ha sido bien recibido por los colegios oficiales de Farmacia y también por los boticarios adjuntos, aquellos que trabajan en estos establecimientos sin ser propietarios. Porque el texto defiende esta figura, le da más personalidad y se acuerda además de las oficinas que están en las zonas rurales, según avanza hoy La Voz de Galicia.

A nivel asistencial, las boticas tendrán más competencias. Una de ellas es la posibilidad de que el farmacéutico atienda a domicilio al enfermo, en casos de personas mayores o dependientes que vivan en áreas aisladas. Incluso podrán colaborar en la entrega de medicamentos restringidos al uso hospitalario.
No solo eso, una vez regulado, los farmacéuticos podrán preparar sistemas personalizados de dosificación (SPD), en los que se incluye en un blíster toda la medicación que debe tomar un enfermo polimedicado. 
Este modelo, que ya funciona por ejemplo en el País Vasco, debe ser regulado, ya que implica un coste para el boticario. La mayoría de los farmacéuticos de Orense ya llevaron a cabo hace unos años los cursos de acreditación para estos sistemas, que serían válidos para personas mayores que toman muchos fármacos y corren el riesgo de confundirse.
El mismo objetivo persigue el seguimiento individualizado de los tratamientos, para detectar no solo si el usuario toma su medicación «senón tamén reaccións adversas e notificárllelas aos organismos de farmacovixiancia». 
Vicente Álvarez, presidente del colegio de farmacéuticos de Orense, asegura que poco a poco se determinarán los servicios profesionales que pueden desempeñar las boticas, por ejemplo en control y prevención de riesgos cardiovasculares o de la diabetes.
Finalmente se establecen como funciones del farmacéutico colaborar en programas de salud pública, de drogodependencias, y para racionalizar el gasto farmacéutico. Otra de las novedades de este anteproyecto de ley es que se regula la venta por Internet, siempre que se trate de fármacos que no necesitan receta, así como de medicamentos veterinarios sin prescripción.
Hasta ahora los farmacéuticos propietarios debían encontrar un relevo al llegar a los 70 años, un límite que ha eliminado la Xunta de Galicia y que han aplaudido los colegios oficiales. Con este cambio, si un boticario cumple 70 podrá seguir siendo el titular del establecimiento aunque, eso sí, debe contratar a un farmacéutico adjunto para trabajar en el local.
En general la norma respalda mucho esta figura del adjunto, que no deja de ser un farmacéutico que no tiene la propiedad. De hecho se separan los artículos -en la actual norma están en el mismo- que regulan al personal adjunto y a los técnicos y auxiliares.
Las boticas anexas ya existen en Galicia. Son aquellas ubicadas en zonas de escasa población y que dependen de otra farmacia. Pero la Consellería de Sanidade incide en este tipo de establecimientos. Podrán abrirse en zonas que aún no cumpliendo los requisitos de población tienen más dificultades para acceder al servicio por estar aisladas.
Y también cuando una farmacia vaya a trasladarse o cerrar, para no dejar desabastecida a la zona. Estas boticas anexas cerrarán cuando lo haya hecho la farmacia de la que dependen, y de seguir se vinculará a otro establecimiento.
La ley recoge la puesta en marcha de un concurso de traslados previo a la reapertura del mapa de farmacias. Esto quiere decir que los farmacéuticos titulares que quieran optar a una de las boticas nuevas podrán hacerlo, y posteriormente se sacará un nuevo concurso para los no titulares, con las que quedaron sin adjudicar y las vacantes.
Los colegios no ven mal esta medida, porque permite a boticarios de zonas desfavorecidas o con farmacias con viabilidad económica comprometida trasladarse a otras áreas.
La medida no se aplicará en el próximo concurso, que se celebrará probablemente entre los meses de marzo y abril, y que permitirá abrir en Galicia 41 nuevos establecimientos: siete en zonas urbanas, catorce en áreas semiurbanas y veinte en zonas rurales. Culleredo y Ames serán los concellos con más aperturas, tres en cada uno.
En este próximo concurso se aplicará un baremo que acaba de dar a conocer la Xunta, y que da mayor puntuación a la experiencia en botica. En concreto se da el doble de puntuación que al ejercicio profesional en atención primaria u hospitalaria. Además, los años trabajados podrán puntuarse con hasta sesenta puntos, el doble que ahora, y se reducen los de docencia o publicaciones.
Para eliminar la picaresca este concurso tendrá un cambio importante, los farmacéuticos que adquieran una botica no podrán traspasarla antes de 15 años, no como ahora, que se reduce a tres. Con esto se evita que se utilice este servicio para hacer negocio, vendiendo a los tres años.
La normativa en tramitación pone el foco en un aspecto: que la botica sea un establecimiento sanitario y no meramente comercial. De ahí las elevadas multas por incompatibilidades, y por realizar determinadas actividades en las oficinas. Una de las más llamativas es la que tiene que ver con entregar regalos u obsequios de escaso valor, siempre que no sean muestras. 
Hacerlo de forma reiterada con productos de menos de 15 euros puede acarrear sanciones de hasta 30.000 euros, pero si el obsequio supera los 15, estas multas llegan a elevarse a los 90.000. La misma cuantía tendrá «realizar calquera tipo de sorteo ou actividade promocional así como publicitalos por calquera medio». 
Los colegios, de hecho, pese a estar de acuerdo con penalizar estas prácticas piden proporcionalidad en las sanciones y en las que se refieren a incumplir las incompatibilidades, que en este caso son consideradas muy graves, con multas de hasta un millón de euros.
Relacionado con el control de la farmacia como un establecimiento sanitario está la prohibición de que se venda en las oficinas cualquier producto que no sea medicamento, sanitario o de parafarmacia. En este sentido la asociación de farmacéuticos adjuntos está muy de acuerdo con la restricción, para que los establecimientos no se conviertan en «supermercados».
A las actividades que se pueden realizar en una farmacia siempre que los responsables estén en posesión del título, como óptica o ortopedia, se suma ahora nutrición. Eso sí, el anteproyecto es estricto con las incompatibilidades, estableciendo elevadas multas a quien las incumpla. Un profesional de la farmacia no puede desempeñar ningún otro trabajo que implique la prescripción de fármacos, como medicina, veterinaria u odontología.

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