MADRID.- El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil está investigando a "varias empresas" vinculadas a la distribución
de productos del cerdo ibérico. Así lo han confirmado fuentes del
instituto armado, que aseguran que las diligencias se están llevando a
cabo en el marco de la denominada operación Opson, que rastrea el fraude
en la calidad de este tipo de artículos alimentarios y de otros, y que
pone en marcha el citado departamento policial cada año sobre un sector y
unas empresas concretas, según publica hoy El Confidencial.
En este contexto, agentes de la Guardia Civil se han desplazado en varias ocasiones a diferentes hipermercados de Carrefour
con el fin de recabar información relacionada con el mencionado fraude,
que fuentes del sector consultadas por El Confidencial aseguran que se
circunscribe a la trazabilidad y el etiquetado de los jamones de bellota
y otros productos ibéricos. Desde Carrefour, de hecho, confirman este
extremo y aseguran estar colaborando con la investigación.
"Hemos facilitado todo lo que nos han pedido",
aseguran desde el gigante de la distribución, que se mantiene a la
espera de los próximos movimientos que reclame la Guardia Civil. Por el
momento, aseguran, no se han retirado jamones
ni otro tipo de productos, dado que la investigación se encuentra en un
momento aún inicial y todavía tiene mucho recorrido. Desde el instituto
armado afirman que al menos hasta el próximo mes de febrero no habrá
nada esclarecido.
Fuentes conocedoras de la investigación explican que el problema que se está rastreando tiene que ver con la trazabilidad de algunos productos
provenientes del cerdo ibérico, así como con el etiquetado de los
mismos. En concreto, continúan, con los jamones de bellota suministrados
por Comapa, la mayor distribuidora de España, a los mencionados hipermercados.
Las mismas fuentes aseguran que los agentes del Seprona están rastreando, entre otras, las marcas La Joya de Jabugo y Sabores de Antaño,
distribuidas por Comapa. Los jamones ibéricos de bellota (como rezan
sus etiquetas) de las firmas reseñadas pesan en torno a los siete kilos y
fueron comercializados en Carrefour durante las pasadas fiestas a 189 y
195 euros respectivamente, según pudo comprobar El Confidencial.
Se
trata de un importe que algunos industriales tradicionales del sector
califican como ridículo, dado que aseguran que un jamón de esa calidad y
peso actualmente nunca puede bajar de 300 euros, importe más barato posible.
Esta venta de material supuestamente ibérico a precios por debajo de
coste está implantada en los supermercados Carrefour al menos desde hace
cuatro años, según ha podido constatar El Confidencial.
En la Navidad
de 2014, por ejemplo, los consumidores podían adquirir un jamón de bellota bajo la marca Aurum a 135 euros la pieza de
aproximadamente siete kilos. En 2015 y 2016, una unidad similar se
vendía a 168 euros. Las pasadas fiestas, ejemplares suministrados por la
misma distribuidora seguían sin superar los 200 euros.
Desde
Comapa, niegan haber recibido notificación alguna por denuncia de fraude
alimentario y califican las investigaciones de la Guardia Civil como unas inspecciones "normales y rutinarias" para
revisar el etiquetado de jamones y paletas ibéricas "con las que
siempre colaboramos".
"El prestigio de nuestra marca viene determinado
entre otras por el escrupuloso cumplimiento de la normativa
alimentaria", subrayan en un comunicado avanzado a El Confidencial.
Según esta nota, al no haberse retirado pieza alguna de los
supermercados por parte del instituto armado, "no existe irregularidad alguna reseñable o denunciable".
La investigación de la Guardia Civil también pone en duda la fiabilidad
de Certicalidad, la mayor empresa certificadora del sector, dado que
esta es responsable de garantizar la calidad de los
productos que distribuye Comapa, entre otros.
En concreto, Certicalidad
se encarga de auditar y certificar que los jamones pertenecen a la
calidad ofertada según la alimentación que reciben y la raza a la que
pertenecen, así como de dar fe de que los artículos cumplen los plazos
de curación exigidos.
De ahí que, al estar investigada la actividad de Comapa como
distribuidora, también se encuentre en entredicho la de Certicalidad,
que recibiría así el segundo varapalo de las autoridades en menos de dos
meses.
La Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) suspendió el pasado 27 de noviembre la licencia de actividad inspectora de Certicalidad, que es la otra pata del negocio de la mercantil,
que tuvo que dejar de realizar labores de inspección. El motivo de la
suspensión no ha trascendido desde entonces, dado el acuerdo de
confidencialidad que existe entre ambas partes.
Con este nuevo
varapalo —la investigación de la Guardia Civil sobre Comapa—, sin
embargo, quedan bajo sospecha las dos líneas de negocio de Certicalidad,
tanto la inspectora por la mencionada suspensión de ENAC como
igualmente la de certificación, que quedará ahora a expensas de cómo se
desarrollen las pesquisas dirigidas por los agentes del Seprona.
El
Confidencial ha tratado de ponerse en contacto con Certicalidad, pero no ha obtenido respuesta.
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