Revocar el resultado de aquella determinación supondría hoy acometer un nuevo proyecto de construcción para la segunda vía. Existe la plataforma, que quedó definida en el estreno de la conexión, pero necesitaría de un proceso de adecuación para restañar el deterioro; invertir en balasto, instalar el carril continuo, traviesas, los puntos de control del sistema de seguridad, el tendido de la catenaria. 
Una vía nueva en toda la extensión, con el añadido de que la intervención se debe realizar a escasos metros de los raíles que ya están en servicio, y con el agravante de realizar una obra en paralelo a la circulación diaria de trenes que transitan a gran velocidad. Esta circunstancia complica de forma extraordinaria cualquier proceso de construcción del segundo conducto de conexión entre León y Villada y en otra veintena de kilómetros en un punto intermedio del trazado dentro de la provincia palentina. 
La solución de vía única se planteó por parte de los responsables de Fomento como una modificación provisional del proyecto que se había diseñado para la construcción de la línea de alta velocidad entre Valladolid y León, en el corredor del AVE que conecta la capital leonesa y Madrid, y que fue adjudicado en tres lotes (Valladolid-Palencia; Palencia-Villada y Villada-León).
Desde su estreno, la conexión del AVE con León se resuelve con siete frecuencias diarias, que gestiona sin inconveniente la vía única a través de 85 kilómetros. La incógnita está en como absorberá este tramo el incremento de demanda de usuarios cuando el AVE pase la Variante.