El prófugo Puigdemont acaba de inventar que las urnas (Hitler fue
todo un precursor) lavan y justifican los desmanes y los delitos, lo que
nos llevaría a la conclusión de que Messi o Cristiano no deben pagar
impuestos en caso de que sus deudas con Hacienda se sometan a votación
popular.
Pero Rajoy no habla (se nos quedó en 2016), Sánchez escribe una carta
en blanco a los socialistas donde no les cuenta que la España
‘plurinacional y federal) murió el pasado 21-D de 2017 en Barcelona, y
Rivera está como unas castañuelas por el triunfo de Arrimadas en
Cataluña que se proyecta como advertencia en todo el territorio
nacional.
Y pronto lo veremos en la Pascua Militar donde Rivera aparecerá como
la estrella política del momento español durante la recepción en Palacio
Real donde estará al Rey emérito Juan Carlos I (que cumple 80 años)
junto a su hijo el Rey Felipe VI.
Y a la ministra de Defensa, Dolores de
Cospedal, que tan callado se tenía su plan de subida del presupuesto
militar español en la OTAN para contentar a Trump, como Rajoy contenta a
Urkullu con el cupo vasco tirando ambos, y nunca mejor dicho, con
‘pólvora de Rey’ que para eso está, pensarán Rajoy y Cospedal.
Bonito año de 2018 nos espera, con Cataluña activada de inmediato, la
economía con tímida e incierta subida, las pensiones por debajo del
IPC, los juzgados de bote en bote por la corrupción y el caso catalán y
los medios de comunicación tocados.
Y las relaciones internacionales a
merced de Donald Trump y de su amigo/enemigo, el que se lo sabe todo
sobre el ‘Rusiagate’, Vladimir Putin, convertido en el nuevo dueño de
Siria, otro avispero como Afganistán donde es más fácil entrar que salir
como muy pronto se sabrá.
Va a ser muy difícil que 2018 sea peor o igual que 2017. Entre otras
cosas porque los secesionista catalanes se gastaron el cartucho de la
declaración de independencia y no hay independencia ni la habrá.
Y los
juzgados están atentos, seguirá la fuga de empresas y fondos de
inversión en Cataluña, y los problemas del prófugo Puigdemont con la
Justicia, su partido PDeCAT y sus aliados de ERC no dejan de crecer.
Además por ahí anda la operación de Tabarnia que no cesa de crecer.
Otra cosa bien distinta será lo que pase en el Gobierno (Moragas se
va de la Moncloa, De Guindos se quiere ir al BCE y Soraya, Zoido, Dastis
y Catalá están abrasados, aunque algunos de ellos pensarán que menos
que Rajoy.
Y tampoco está Sánchez para tirar cohetes después del fiasco
de Iceta, ni Iglesias que pierde apoyos en sus bases y tiene a Bescansa
enfrente y con más ganas de darle batalla que el humillado Errejón.
Esperanza e incertidumbre para 2018, el año del campeonato Mundial de
Rusia, lo que ofrecerá pan y circo a la población salvo que la
Selección española, ‘la roja’ caiga antes de lo previsto como nos
ocurrió en Brasil.
Y a la vez año preelectoral, porque en 2019 están previstos comicios
Europeos, autonómicos y municipales con gran atención a la alcaldía de
Madrid para la que suenan varios nombres en las listas del PP, Casado,
Margallo, Santamaría, mientras en Podemos no saben qué hacer con Carmena
porque a Iglesias le gustaría colocar al general Rodríguez, mientras en
el PSOE destaca el nombre de Gabilondo y en C’s se mantiene el de
Villacís.
O sea, en 2018 más matraca catalana, Mundial de fútbol y precampañas
de las elecciones de 2019. Y por supuesto 40 aniversario de la
Constitución, la que algunos quieren renovar lo que no estaría nada mal
para cambiar la Ley electoral, separar los poderes del Estado y
apuntalar la unidad nacional.
(*) Periodista y editor
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