MADRID.- El nuevo año
se perfila para el sector bancario como un ejercicio clave para
avanzar aún más en la transformación tecnológica y cómo afrontar
la irrupción de unos nuevos competidores (fintech) que se ven mucho
menos constreñidos por la regulación. La presión de las nuevas
normas y requisitos ya pierden peso, al igual que el largo periodo de
tipos a cero, pero crece la preocupación geopolítica. La
reestructuración continuará, pero con menos incidencia en los
empleados de los bancos, aventa www.capitalmadrid.com
Los
bancos españoles ya han encarado desde hace años el reto de la
revolución digital, como ha quedado demostrado con el reconocimiento a
algunas entidades concretas. Comscore acaba de designar a CaixaBank
líder internacional en banca digital hace tan sólo unos días. La entidad
presidida por Jordi Gual cuenta con 5,6 millones de usuarios de banca
por Internet y más de cuatro millones de banca móvil.
Pero los continuos avances logrados por un buen número de bancos no
parece suficiente. Máximos responsables del sector bancario español
consideran que 2018 es un año clave para abordar la transformación
digital del negocio bancario y el encaje que deben tener los nuevos
operadores que han irrumpido en el mismo aunque no con todos los
condicionantes que se imponen sobre las entidades tradicionales.
En este sentido, la Asociación Española de Banca (AEB) acaba de
mostrar su apuesta por que se establezca "un campo de experimentación o
sandbox regulatorio nacional como instrumento necesario" para el apoyo a
la innovación en los servicios financieros.
Según la patronal bancaria española, esa herramienta sería de una
enorme utilidad tanto para el sector privado como para las autoridades
financieras españolas, ya que "permite el aprendizaje mutuo sobre los
riesgos y oportunidades de la aplicación de nuevas tecnologías y del
desarrollo de nuevos modelos de negocio, a la par que redunda en
beneficio de los consumidores y la sociedad en general".
La mayoría de los bancos se han quejado en los últimos tiempos del
menor margen de experimentación que ellos tienen con las nuevas
tecnologías frente al mayor que gozan los nuevos actores que han
irrumpido en su negocio, los conocidos como fintech y que algunos ven
más como posibles colaboradores y no como meros competidores.
Los riesgos geopolíticos también se sitúan como otro condicionante
para la banca en el nuevo año que ya se avecina. En el caso español, la
situación en Cataluña tras las últimas elecciones es el principal. Pero
en el contexto europeo, el Brexit, la formación de Gobierno en Alemania y
las próximas elecciones en Italia se siguen con máxima atención y
cierto temor sobre sus desenlaces.
A menos
Pese a todos estos retos para los próximos meses, los bancos encaran
con un moderado optimismo el nuevo ejercicio. La presión regulatoria
sufrida en los últimos años, como consecuencia de la crisis financiera,
se da casi por superada, aunque aún quedan algunos nuevos requisitos y
normativas que deben implementarse a lo largo de 2018.
El largo escenario de tipos de interés, que aún se mantendrán a cero
hasta finales de 2018 como mínimo, se asume con resignación y con una
capacidad de la mayoría de los bancos para mejorar márgenes y
resultados, como se ha demostrado durante las distintas presentaciones
de las cuentas trimestrales a lo largo de 2017.
El proceso de reestructuración y reducción de la capacidad instalada
se da casi por finalizado, al menos en las dimensiones de las
plantillas. Eso sí, algunos bancos aún encaran importantes recortes por
las operaciones de integración en las que están inmersos, como son los
casos de Bankia con BMN o Santander-Popular.
Sin embargo, la reducción de la red de oficinas aún se mantendrá con
cierta intensidad, en parte como consecuencia de la transformación
digital de los bancos. El modelo de oficina ya ha comenzado a cambiar y
se impondrá cada vez más en la red de la mayoría de los bancos.
Una asignatura pendiente de toda la banca es la pérdida de reputación
sufrida en los últimos años, con un aluvión de demandas judiciales por
la comercialización de determinados productos o servicios. Por ello,
será necesario que todo el sector profundice en los planes de educación
financiera, una vez que ya se da por superado todo el calvario vivido
ante los Tribunales de Justicia.
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