Franco nunca se desdijo de nada. Aznar tampoco. No mueve ni una coma
de lo que ha dicho ni de lo que ha hecho. Es lo que tiene guiarse por el
brazo incorrupto de Santa Teresa. Aunque tus decisiones asesinaran a
millones de personas en España o en Irak.
La Cadena SER invita a Aznar a una entrevista con Pepa Bueno. El tono
es muy cordial. ¿Por qué hoy después de 21 años? No tiene mayor sentido
que el cargar sobre el propio Aznar la responsabilidad de lo que está
pasando en el PP, en el Gobierno y en Catalunya. Olvidémonos de Rajoy
hoy que la UDEF ha dicho que el Presidente del Gobierno ha cobrado
sobresueldos. Si Aznar la lía (por ejemplo, insistiendo en que hizo lo
correcto en Irak o pidiendo más cañones apuntando a Catalunya), nos
volvemos a olvidar de Rajoy.
¿Con qué le han chantajeado para que vaya a lo que siempre ha
definido como “territorio comanche” (algo que era verdad solamente
cuando había que representar el tongo entre el PSOE y el PP)? Es verdad
que si el PSOE es el principal soporte de la monarquía, el grupo PRISA
es el principal defensor mediático de la coalición del 78. Pero en
cualquier caso no debe de ser buen trago. Lo ha dicho al final (he venido a buscar lo que me dejé aquí hace 21 años). Los
negocios de Aznar y de su mujer le dejan demasiados flancos libres. Es
fácilmente chantajeable. Quién sabe. Pero Aznar no ha ido a la SER
porque sí. La ingenuidad se nos gastó.
Dice que no conoce a Correa. Claro, por eso el responsable de la
Gürtel y de buena parte del entramado económico del PP fue a la boda de
su hija. Tampoco sabe nada del 100% de los tesoreros del PP imputados
por corrupción. ¿Rato? Fue un acierto de él nombrarle Vicepresidente. El
problema es que Rato hacía cosas por su cuenta en una suerte de
desdoblamiento existencial que, aunque coincida con el robo continuado
que ha caracterizado al PP en toda su trayectoria, son meras anécdotas.
Aznar se ríe. De todos. Como siempre. Entró en el gobierno de Castilla y
León mintiendo y se despidió con la guerra de Iraq mintiendo.
Aznar dice que le sobra media Catalunya. Es lo que dijo Franco de
la España que no coincidía con su modelo. Dice que en Catalunya ha
habido un “golpe de Estado”. Todo empezó porque dos millones de
catalanes querían poner urnas. ¿No le decíamos a ETA para que no
asesinara que buscara vías políticas? Qué políticos inconsistentes
tenemos. Las comparaciones vienen solas. Los que patearon la
Constitución de 1931 acusaron de golpistas a los que la defendieron. La
doble vara de medir de los que creen que tienen derecho a dictar qué es
España.
¿Es que no ha sido acaso el PP el que ha impuesto a Catalunya un
Estatuto aprobado por el Tribunal Constitucional y no por los
mecanismos que dicta la Constitución en los artículos 151 y 152? ¿Es que
no es el PP el responsable de decisiones inconstitucionales como la
amnistía fiscal a sus amigos? ¿Es que no es el PP el que creó una
brigada política para perseguir a los adversarios políticos? Aznar, como
Rajoy, miran para otro lado.
¿Currupción? ¿Caja B? Lo único importante, dice Aznar, es salvar a
España. Menos mal que estamos en 2017. Luego algunos dicen que las
comparaciones son una exageración. La SER invita últimamente a
comunistas presos solamente para que digan que los políticos catalanes
encarcelados no son presos políticos (da bochorno escuchar a profesores
decir que no puede haber presos políticos en una democracia. Por ponerlo
fácil ¿no era una presa política Rosa Parks cuando fue detenida por
sentarse siendo negra en la parte delantera de un autobús, reservado
para los blancos? Son tantas las ganas de darle a la gente con su
bandera descolorida que se embrutecen.
La desvergüenza de la SER rompe todos los moldes. Invitan a
comunistas (se están volviendo, cuando más pasados mejor, en su mejor
oferta comunicativa). Y lo mismo con la derecha. Por eso han invitado a
Aznar. Para cuidarle las espaldas a Rajoy. Para que deje de prestarle
apoyo al que ve como el mejor falangista actual (Rivera) y no perjudique
más a su partido. Porque lo que opine Aznar en verdad da lo mismo. Lo
importante es que no debilite a los que pueden hacerle daño. Aunque la
verdad es que da lo mismo. Aunque le invite la SER. Forma parte de ese
cartel doblado y envejecido de una España que se está marchando. Nos
distraemos con otras cosas.
(*) Profesor titular de Teoría del Estado en la Universidad Complutense
No hay comentarios:
Publicar un comentario