MADRID.- La banca española se embarca en una nueva ola de ajustes demostrando que
el feroz recorte llevado a cabo desde 2008, que ha borrado del mapa
17.000 sucursales y 81.575 empleos del sector (30% de la plantilla
total) no ha sido suficiente. Inmobiliario, riesgos o Big Data son los
empleos en los que más fácil pueden recolocarse este tipo de perfiles, según publica hoy Invertia.
La vida del empleado de banca en los últimos años de crisis no ha
sido nada fácil. Difícil gestionar la mala fama generalizada, entre
otras cosas, por las dudosas prácticas de comercialización de productos
como las preferentes o los abusos de algunos altos directivos del
sector. A esta presión social se suman la avalancha de despidos y el
cierre de sucursales por los procesos de integración bancaria y la
irrupción digital en un negocio en el que ya nadie parece
imprescindible.
Según datos de las propias entidades y del último informe anual de estructura financiera del Banco Central Europeo (BCE),
a cierre de 2016 había en España un empleado de banca por cada 249
habitantes, un 43% más que la media europea (174). Y en este escenario,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido el último organismo en
advertir que las entidades españolas deben continuar en la senda de los
recortes. Dicho y hecho. La nueva ola de despidos y reestructuraciones
ya se ha puesto en marcha.
Tras la absorción del Popular, Banco Santander ha planteado esta semana a los sindicatos un ERE que afectará a 2.160 personas de su plantilla y la de la entidad resuelta.
En concreto, el ajuste que se comenzará a negociar el próximo 16 de
noviembre, supondría la salida de 1.585 empleados mediante bajas,
incluidos en esa cifra las prejubilaciones. Otros 575 trabajadores
pasarían a formar parte de otras empresas del Grupo, como Santander
Tecnología y Santander Operaciones.
Para el ajuste en el personal de sucursales, la entidad
esperará a 2019, cuando espera haber culminado la integración
tecnológica con Popular. Ambas entidades han llevado a cabo
recientemente sendos Expedientes de Regulación de Empleo (ERES) que
supusieron, entre las dos, la salida de 3.972 empleados. Y el mercado
espera que en esta ocasión el número de afectados ascienda a unos 1.500.
Otra de las entidades que debe afrontar un nuevo proceso de ajustes es Bankia que, tras su fusión con BMN, aún
no se ha puesto en contacto con los trabajadores. Aún así, el mercado
estima que el número de afectados podría ascender a unos 1.000
empleados. Del mismo modo, pero esta vez por el impacto de la
digitalización, EVO Banco ha presentado también un Expediente de Regulación de Empleo
que afectará a entre 260 y 270 empleados, lo que supone entre el 56% y
el 60% de su plantilla, e implicaría el cierre de unas 39 oficinas, el
90% del total.
También desde los sindicatos explican que BBVA ha vendido recientemente una parte de su departamento de Tecnología a IBM Global Services,
traspasando a 152 empleados a la nueva compañía, con lo que quedan
fuera del convenio bancario. Según critican, la entidad no ha ofrecido
ni bajas voluntarias ni prejubilaciones a los afectados por el cambio.
Para todos aquellos que ahora ven su futuro laboral
amenazado, el mensaje de los expertos es contundente: hay que mirar
hacia adelante y reinventarse si es necesario. Según datos del Banco de
España, la crisis ha borrado del mapa bancario 81.575 empleos entre 2008
y 2016, un 30% de la plantilla total. Como ellos, los futuros
'empleados salientes' de las entidades financieras nacionales buscan un
nuevo sitio en el mercado.
Y este no tiene por qué estar lejos del
sector financiero. Según el informe 'Estudio del talento Financiero
2017' elaborado por la firma de recolocación laboral MOA BPI Group, el 60% de los trabajadores despedidos de banca se han recolocado ya en otras empresas del mismo sector. O bien han creado las suyas propias, en términos de asesoramiento financiero, por ejemplo.
Pero también puede haber quien, tras estos complicados
años, prefiera olvidarse del sector bancario. Eso ha provocado que el 5%
de los ex empleados en finanzas, hayan decido pasarse a empresas del
sector inmobiliario, en cierta medida también ligadas al bancario. Se trata de un mercado en el que la experiencia del ‘cara a cara’ con el cliente o la gestión de riesgos puede suponer un plus para los antiguos empleados de banca, frente a otros candidatos.
Informática y tecnología son las otras
dos áreas en las que destacan las recolocaciones de los banqueros.
Precisamente en un momento en el que el imparable proceso de
digitalización obliga a las entidades a adecuar sus estructuras a una
aproximación multicanal con el cliente.
“Uno de los objetivos en estos
momentos para las entidades de crédito es encontrar el equilibrio entre
las sucursales físicas y esta nueva aproximación digital que demandan
los clientes”, explica en un reciente análisis José Luis Rodríguez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).
Y añade: “pero siempre partiendo de su principal activo, los empleados,
que son los que mantienen la relación con el cliente, ahora y la
mantendrán en el futuro”.
Aún así, para todos aquellos que quieran seguir formando
parte del sector financiero, aunque sea en otras entidades, desde MOA
BPI Group aconsejan formarse en nuevas habilidades digitales, como el manejo de grandes volúmenes de datos, la analítica, la gestión cloud, los nuevos productos on line y nuevos tipos de clientes.
Del mismo modo, recuerdan que “la digitalización abre nuevas oportunidades de empleo y promoción para pequeñas y medianas empresas, que demandan expertos con conocimientos en financiación y mercados de capitales,
y a la vez que sepan operar con las nuevas herramientas tecnológicas”.
Otra ventana que se abre, aunque no incluya el convenio de banca.
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