viernes, 15 de septiembre de 2017

Nicolás Mateos sostiene que «gran parte» de los fondos de 'Lagoa' se los quedó un banco

MADRID.- El juicio contra el empresario murciano Luis Nicolás Mateos, fundador del grupo del mismo nombre, quedó ayer visto para sentencia. Este murciano está acusado de presunta estafa, falsificación de documento mercantil y apropiación indebida por la construcción del complejo turístico Lagoa do Coelho en Brasil, que nunca llegó a levantarse.

En total, Mateos habría recibido cerca de 15 millones de euros con la promoción de este proyecto urbanístico frustrado. Según consta, el promotor realizó desde esas cuentas transferencias por importe de unos 13 millones de euros, sin que haya podido acreditarse el destino final de dichas cantidades.
Durante los cuatro días que duró la vista, los testigos coincidieron al señalar que el empresario murciano era el que tomaba todas las decisiones acerca del destino de los fondos, y de si había que destinar cantidades al pago de facturas o al desarrollo de promociones.
En su alegato final, la Fiscalía remarcó que Mateos mantuvo su política de ventas aunque no contaba ni con la financiación ni con las licencias necesarias para construir. En este sentido, el Ministerio Público destacó el testimonio de José Patricio García, que relató que en enero de 2007, cuando se ha probado que Mateos no tenía «ni licencia ni permisos ni nada», le reclamó en una carta que efectuase un pago y le aseguró que las obras ya habían comenzado, por lo que el testigo efectivamente hizo un ingreso en las cuentas de Mateos.
Mateos también está acusado de un delito contra la Hacienda Pública, en el que figuran como cooperadores necesarios Segundo Francisco Clemente Lozano y Francisco Clemente Lozano, por haber obtenido en el año 2006 la devolución indebida de 94.145 euros por la autoliquidación del IVA, y otros 631.191 en 2007, mediante la presentación de facturas falsas emitidas por los Clemente Lozano.
También sobre este punto la Fiscalía reiteró los argumentos expuestos en su escrito de acusación, tanto en lo relativo a Nicolás Mateos como en cuanto a los Clemente. El abogado de algunos afectados incidió en la declaración de los hermanos Lozano, que reconocieron que «los empleados se limitaban a hacer facturas falsas».
El letrado de Mateos, Mariano Bó, defendió su solvencia como promotor inmobiliario en Murcia, para lo cual siempre contó con el respaldo de entidades financieras. Una de estas -Banco Popular-, sostuvo, «se habría quedado con gran parte de los fondos». Para Mateos la Fiscalía mantiene su petición de una pena de ocho años y nueve meses de cárcel y una multa de 418.800 euros.
Los hechos se remontan a 2003, cuando Nicolás Mateos comenzó a ofrecer 13.500 apartamentos de lujo en el complejo residencial de lujo Lagoa do Coelho, en el estado de Río Grande do Norte, en Brasil, que supuestamente debía contar también con centros comerciales, un lago, un teatro e instalaciones deportivas.
Entre 2005 y 2008 fueron muchos los que adquirieron apartamentos en el complejo, cuyo precio oscilaba entre los 76.500 y los 130.758 euros, con el compromiso de que la primera fase de las viviendas comenzaría a entregarse en junio de 2008, y las segundas, en el primer trimestre de 2009.
Inicialmente, los compradores entregaron en concepto de señal 4.500 euros, pudiendo optar entre abonar el 25% del total a la firma del contrato y otro 15% a los seis meses mediante transferencia; o bien abonar un 15% del precio más un pagaré avalado por una entidad bancaria por un 25 % del precio final.

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