El juego del gato y el ratón con los presupuestos generales del Estado parece que ha tocado a su fin. Esquerra Republicana ha anunciado este lunes que durante este martes presentará una enmienda a la totalidad. Y el PDeCAT ha conocido a través del portavoz de Junts per Catalunya en el Parlament, Eduard Pujol, que hará lo mismo antes del viernes. 

No había dudas, en principio, de que esa iba a ser la posición de los posconvergentes con la contundencia que se había pronunciado el president Puigdemont, pero ahí andaba el PDeCAT esperando a ver si se producía un gesto por parte del Gobierno español que no fuera más de lo mismo. O sea, más de la nada.

Curiosa historia esta de los presupuestos de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno presentó unas cuentas públicas en las que los números no cuadraban y Europa estaba en contra. Pero, como todo, tenían truco. El objetivo no era tanto aprobarlos, ya que los promotores sabían, desde el primer momento, que el independentismo no tenía margen alguno ante la ausencia más absoluta de movimientos por parte del gobierno español. 

Se ha intentado entre bambalinas, pero no ha sido posible, hacer un win-win: que ERC y PDeCAT aprobaran las cuentas españolas y el PSC las catalanas. Pero no era ni realista ni viable.

¿Cómo se negocia con presos políticos? ¿Qué partida es suficiente para levantar el veto a las cuentas? ¿Se puede pasar por alto la flagrante injusticia de un juicio como el del 1-O? O si hablamos de estos días: ¿Cómo se justifica un traslado a las cárceles de Madrid con tanta antelación? ¿O el trato vejatorio en el viaje desde Brians 2 a Soto del Real? ¿O el retraso en la entrega de sus ordenadores para preparar el juicio? ¿O la absurda prohibición de poder disponer de cualquier prenda de ropa que sea amarilla?

Sánchez no tendrá presupuestos pero tampoco es un problema. Ya está afilando el discurso para ello: no se ha plegado a las exigencias independentistas. Hará de la necesidad virtud y competirá con PP y Cs en méritos por la defensa de la unidad de España. Y, quién sabe, no tendrá cuentas públicas pero en las Españas igual le acaba dando unos miles de votos. 

¿Se acerca el final de la legislatura española? No creo. Los que votaron a Pedro Sánchez como presidente del gobierno en el Congreso de los Diputados no tienen intención de lanzarse a un foso oscuro y jugar a la ruleta rusa, con muchos números de que los trillizos acaben ganando la partida y puedan llegar Pablo Casado o Albert Rivera a la Moncloa. 



(*) Periodista y ex director de La Vanguardia