domingo, 29 de abril de 2018

'Cambiemos Murcia' muestra su apoyo a la III Marcha contra el paro y la precariedad

MURCIA.- El portavoz de la Coordinadora de Cambiemos Murcia, Carlos Egio, ha mostrado hoy el apoyo de su formación a la III Marcha contra el paro y la precariedad de la Región, que partió el viernes de Lorca y culminará en la capital el 1 de mayo, coincidiendo con el día internacional de los Trabajadores y Trabajadoras.

Con la Marcha, que va a pasar además por los municipios de Totana, Alhama de Murcia, Librilla y Alcantarilla, los convocantes reclaman trabajo y salarios dignos, protección social, la paralización de los servicios públicos externalizados, los recortes y los desahucios, y el soterramiento de las vías del tren, entre otros.
Los participantes llegarán a Murcia mañana, lunes 30 de abril, concretamente a las vías de Santiago el Mayor, epicentro de la lucha vecinal por el soterramiento y contra la llegada del AVE en superficie.
"La marcha nos recuerda que, por mucho que nos intenten vender otra cosa, siguen los desahucios, la pérdida de derechos sociales y laborales y el recorte de libertades. En el municipio de Murcia además los barrios más afectados tienen que ver cómo los fondos que no van a la educación y la sanidad se invierten en una obra faraónica que les aislará del resto de la ciudad", ha añadido Egio.
Por esas mismas razones, la formación municipalista se sumará el próximo 1 de mayo a la manifestación convocada por las organizaciones sindicales, insistiendo en la necesidad de "llenar las calles" para lanzar un mensaje unánime en contra, entre otras muchas cosas, "de la desigualdad salarial entre hombre y mujeres y a favor del sistema público de pensiones".

IU-Verdes exige al alcalde de Lorca que cumpla y haga cumplir las leyes de patrimonio histórico


LORCA.- Adoración Peñas, concejala de IU-Verdes de Lorca ha calificado de imprudente la actitud del alcalde y de la concejala de Urbanismo en lo que se refiere al mantenimiento, rehabilitación y recuperación del casco histórico.

A pesar de las buenas intenciones que se quedan en papel la realidad demuestra una y otra vez que la recuperación del casco histórico ni ha sido ni es una prioridad para este equipo de gobierno, como no lo fue para los anteriores. Ni con Jódar ni con Gil habrá nunca un casco histórico en condiciones, porque nunca lo han tenido como prioridad.
Peñas lamenta que, mientras se hacen inversiones millonarias en cuestiones banales como la compra de la plaza de toros para un fin más que cuestionable, sin embrago, el abandono del casco histórico continúa, con 30 casas aún del recinto histórico a la espera de ser reconstruidas, agravándose cada vez más con el paso del tiempo.
La edil, ha manifestado que la última prueba ha sido lo ocurrido este mismo fin de semana tras un desprendimiento de la cornisa del antiguo convento de las clarisas de la calle Lope Gisbert, cayendo piedras, yeso y otros fragmentos a la vía pública sin que, afortunadamente, se registrarán daños personales.
Desde IU-Verdes denuncian una vez más que el ayuntamiento no haga nada para evitar estas situaciones que pueden ocasionar alguna desgracia que haya que lamentar después.
Peñas advierte que no se puede confiar en la buena fortuna, mientras que se hace dejadez de funciones por parte de los responsables políticos que son los responsables de evitar que se produzcan estos desprendimientos por la falta de actuación, recordando que el equipo de gobierno incumple una y otra vez la Ley de Patrimonio Histórico Español y la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, que establecen la exigencia a los propietarios para que mantengan en óptimas condiciones sus inmuebles catalogados o en caso contrario, que se les expropie.
La edil insiste en que desde su grupo no quieren que se siga haciendo lo que se ha hecho hasta ahora: rehabilitar propiedades de unos pocos con el dinero de todos, sin que haya retorno público y sin evaluar si la rehabilitación cumple con las exigencias que se derivan del grado de protección de los inmuebles. 
Si bien desde la concejalía de Urbanismo presumen de examinar con frecuencia los inmuebles susceptibles de rehabilitar, la concejala de izquierdas advierte que no es suficiente con examinar y lo que hay que hacer es arreglarlos de una vez. 
La propia concejala de urbanismo reconoce que las labores de chequeo corresponden a los propietarios, aunque las hace el ayuntamiento de forma subsidiaria y en pleno municipal no han votado a favor cuando hemos insistido en que obliguen a los propietarios a mantener en condiciones sus inmuebles, tal y como promulgan las leyes citadas anteriormente. 
Hace apenas unas semanas también se produjeron desprendimientos en una casa solariega de la calle Alfonso X el Sabio, donde hay varias edificaciones en esas circunstancias, por lo que no estamos hablando de casos aislados, por lo que desde IU-Verdes exigimos al alcalde que cumpla y haga cumplir la ley de una vez por todas para evitar que se produzcan daños irreparables, sobre todo cuando se producen fenómenos meteorológicos adversos.

El infierno de los militares a los 45 años: despedidos y “con un folio en blanco”


MADRID.- El 16 de diciembre de 2017 Juan Egea cumplía 45 años. Su jefe le dijo “eres muy bueno pero mañana no vuelvas”. Hasta el último día estuvo navegando, realizando misiones internacionales con la OTAN. Juan era militar y de un día a otro su vida cambió por completo, según relata Voz Pópuli.

Según la ley de 2006 de Tropa y Marinería, los soldados deben romper filas cuando llegan a la edad de Juan. El problema es que se van con “un folio en blanco”, ya que ninguno de los cursos y certificados que ha realizado en el ejército son homologables en el INEM
“Es formación exclusiva para programas del ministerio de Defensa”, explica Egea. La misma ley dice que “el ministerio de Defensa gestionará y convendrá con instituciones públicas y entidades privadas acciones orientadas a la incorporación laboral de los militares profesionales de tropa y marinería”.
Después de 22 años y medio, Egea entró a formar parte de la vida civil con seis medallas reluciendo en su solapa, alejado de las aguas que le habían visto servir en buques de primera línea.  
“La última me enteré de que la habían dado cuando ya había dejado el ejército, cuando se publicó en el boletín de Defensa”, afirma. Es experto en Armas y torpedos. “Fui a darme de alta en la búsqueda de empleo y me hice un currículo con lo que había hecho. Cuando la funcionaria me preguntó que en qué categoría me metía le dije que tenía que empezar de cero. Que con mi experiencia igual serviría para la yihad”, cuenta entre risas.
Pero no siempre se lo pudo tomar con tanto humor. Los dos meses y medio que estuvo en el paro “fueron complicados, sobre todo mentalmente”. En casa son cinco, dos hijos suyos y otro de su mujer. Con ella en paro, cuando veía que se acercaba la fecha de cumplir los 45 empezó a ahorrar ante la incertidumbre que le generaba su salida de las Fuerzas Armadas.
Su mujer le ayudó a incorporarse a una vida normal que hasta el momento para él había sido ajena. Tuvo que darse de alta por primera vez en el paro y sacarse la tarjeta de la seguridad social. Empezó apuntándose a todas las ofertas de empleo que no requerían experiencia ni una alta cualificación. Ahora trabaja de mozo de almacén en unas cámaras frigoríficas en su Cartagena natal. Cobra algo menos que cuando estaba encima de un barco, “pero al menos tengo trabajo”.
Peor es el escenario por el que atraviesa Paco Mena, otro de los 50.000 afectados por esta medida. En septiembre de 2017 se vio “en la puta calle” según sus palabras, en una situación similar a la de Juan: después de 27 años trabajando como administrativo en Madrid para el ejército, se encontró que no podía acreditarlo de ninguna manera. “No puedo competir con gente que tiene la carrera de ADE”, reflexiona. “Conmigo no se ha puesto en contacto nadie”, dice Mena.
Entre abril y julio de 2015 estuvo de misión internacional en Gabón. “Era un héroe para mis hijas. Ahora me levanto por las mañanas y me preguntan si voy a ir a trabajar”. Paco lleva ocho meses en paro. Ha pasado de cobrar 1.500 euros cuando estaba en el ejército del aire a los 618,92 que le corresponden como asignación mensual. Con lo que gana su esposa pueden ir tirando. Además ese dinero que recibe del Estado no tributa y podrá contar con él solamente hasta que cumpla los 65. La pensión que le quedará será resultante de lo que trabaje hasta entonces.
Para acogerte a esta ley de 2006 hay que estar 18 años de servicio. “Hablamos de gente que ha estado 25 años conduciendo un camión y no puede ir a una empresa porque nadie se lo certifica”, expica el presidente de la asociación 45 Sin Despidos, Jenner López.
Desde la organización llevan desde mediados de febrero de este año denunciando la situación en la que se quedan los militares. López, explica que se han agotado todas la vías porque, “al no estar regulados en el estatuto básico del empleado público, ningún tribunal se declara competente” para solucionar su problema. Por eso empiezan este sábado 28 de abril una serie de movilizaciones que arrancan en Cádiz.

Privatización de servicios

Para López la edad no puede ser una excusa para que los echen del ejército. “Están privatizando los servicios con empresas privadas que contratan a personas que superan los 45 años”, denuncia. Según el portavoz se están llegando a acuerdos con corporaciones de seguridad privada para que vigilen los cuarteles militares. “Nos echan por un lado y contratan a otro por la puerta de atrás. No tiene sentido”.
A nivel político el Congreso de los Diputados dio un paso en febrero de este año. Los representantes públicos de Unidos Podemos, el PSOE y Ciudadanos, aprobaron una Proposición No de Ley del partido de Pablo Iglesias para reclamar al Gobierno una moratoria en estos despidos. El Partido Popular no apoyó la medida.
“En mi cuartel las cocinas están cerradas y nos trae la comida un catering, que no es lo mismo porque vienen en termos que a saber cuándo se han calentado”, dice el presidente. Dice que la relación con los contratados es cordial. “Ellos son trabajadores, qué les vas a echar en cara. Ellos mismos te dicen que deberían estar en el Metro o en un supermercado, no allí con nosotros”, dice. “¿Por qué no nos ponen a nosotros haciendo esas labores en lugar de echarnos?”, se pregunta.
No quieren estar en primera línea de fuego “que para eso entra gente nueva todos los años”, pero sí reclaman una segunda actividad después de haber estado 18 años formando filas, “como ocurre con guardias civiles y policías", analiza.
Para este militar de 37 años, esta práctica supone “un ERE encubierto. Es privatizar un servicio más. Hemos empezado con la sanidad, hemos continuado con la educación, y ahora estamos con las Fuerzas Armadas”.

Ahorro de 22 millones de euros

Los cálculos de 45 Sin Despidos muestran que estas privatizaciones salen más caras a las arcas públicas. La empresa privada de seguridad, explica López, ofrece 650 efectivos por 40 millones de euros. Si a eso se le suma el paro de los militares despedidos y la asignación mensual de 1.500 reservistas, el monto final asciende a 52 millones. Algo que, si se mantuviesen a los soldados, podría quedar en 30 millones, explica López.
Cuando llegan a los 45 años, los militares firman un acuerdo que los liga a la defensa del Estado durante 22 años más.  “Nos están diciendo que con 46 no somos válidos en tiempo de paz, pero con 64 sí lo somos en tiempo de guerra”, cuenta incrédulo.
En los próximos 15 años se quedarán en esta situación 50.000 personas. Sólo este año en Valladolid se irán a la calle 200 militares. “¿Tiene trabajo para 200 personas el alcalde de esta ciudad?”, se pregunta López.  
“Somos los que entramos en el ejército cuando España estaba boyante de trabajo y nadie quería alistarse. Los que nos vamos al paro somos los que estábamos en Yugoslavia, en Mostar, en Kosovo, los que vigilaron las vías en el atentado del 11-M y los que limpiaron las playas de chapapote. Un respeto por favor. Detrás de todos esos uniformes hay 50.000 parejas y 50.000 hipotecas. Esto es un problema de Estado”, se lamenta.

El truco del Gobierno para inflar los presupuestos: así se han quedado sin gastar 120.000 millones desde 2012

MADRID.- "El margen que hemos ido ganando con la reducción del déficit se dirige a gasto social, dependencia, fomento del empleo, políticas de apoyo a productividad y eficiencia, en infraestructuras, I+D+i, lucha contra la violencia de género", así presumía Alberto Nadal de la situación económica en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2018, según eldiario.es.

Estas cifras anunciadas a bombo y platillo por el Secretario de Estado de Presupuestos son realmente un espejismo, ya que se refieren a una previsión de lo que España gastará en el próximo curso. Otra cosa muy distinta es lo que finalmente el Gobierno se acaba gastando realmente. Y ello a pesar de horas y horas de debates parlamentarios, como los que estamos viviendo estos días en el Congreso, y de supuestas concesiones a los grupos nacionalistas para obtener el apoyo a las cuentas públicas, que en muchos casos ni se concretan.

Esto es lo que se llama ejecución presupuestaria. Por ejemplo, si en una reunión con tus amigos anuncias que hay presupuesto para comprar diez manzanas pero cuando vuelves del supermercado solo has comprado seis, la ejecución de tu presupuesto es del 60%. Sin embargo, si solo avisas de tu presupuesto de manzanas y no del gasto final, tus amigos no lo notarán.

Con los presupuestos, a una escala mucho mayor, pasa algo parecido: entre 2012 y 2016 (último año con datos completos disponibles), el Gobierno dejó sin gastar más de 120.000 millones de euros aprobados en los presupuestos definitivos -tras créditos extraordinarios y otras modificaciones-. Una cifra que no se reparte igual entre el presupuesto de manzanas y galletas.

¿Sabes cuánto se ha gastado el Gobierno de Mariano Rajoy en I+D+i frente a lo que anunció en los Presupuestos? ¿Cuánto crees que se dejó de gastar en deuda pública ¿Y en Sanidad?

Lo cierto es que los presupuestos engañan: las diferencias el Gobierno presenta y lo que realmente se gasta provoca que lo que se aprueba en el Congreso acabe, en muchas ocasiones, en papel mojado. Gracias a los datos de liquidación de los presupuestos generales desde 2012 hasta 2016, publicados por la Intervención General del Estado, es posible conocer qué políticas de gasto se quedaron sin usar.

Los datos analizados incluyen la liquidación del presupuesto de la Administración General del Estado y sus organismos dependientes (por ejemplo, el Museo de El Prado, el Instituto Carlos III o el Servicio de Empleo Público Estatal). No están incluidos los gastos de la Seguridad Social, que no se publican desglosados por políticas.

Las políticas de investigación y desarrollo o las de industria y energía fueron las más perjudicadas por la ejecución del presupuesto. Frente a ellas, políticas que prácticamente gastaron el 100% de lo aprobó: Pensiones, Deuda Pública o Defensa.

Los datos señalan que una gran parte de los presupuestos presentados por el Gobierno de Rajoy se quedaron únicamente en el papel.

"Da la sensación de que los presupuestos son un acto simbólico que no tiene ninguna validez", comenta María Jesús Fernández, economista de Funcas. La ilusión de los presupuestos presentados en el Congreso es doble: por un lado, el Gobierno puede destinar nuevos fondos a través de créditos extraordinarios y otras modificaciones, y , por el otro, puede no ejecutar parte de esas partidas.

El Gobierno dejó sin gastar más de 13.000 millones de euros en investigación y desarrollo y otros 2.400 millones en comercio, turismo y pymes que aprobó en los presupuestos de 2012 a 2016. Gracias a este mecanismo, el Ejecutivo ha podido camuflar recortes mayores en esas partidas durante la crisis.

Entre 2009 y 2016, el presupuesto en I+D+i se recortó un 43%. Si solo tenemos en cuenta el gasto real ejecutado, el recorte sería de un 66%.

"Es una estrategia que han utilizado tradicionalmente los distintos gobiernos: inflan los ingresos presupuestarios y, como la recaudación casi nunca llega a lo que se presupuestó, el gasto se acomoda y hay que hacer una baja ejecución", explica José María Mollinedo, portavoz del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

Si vamos al detalle de cada política concreta, las diferencias entre las distintas partidas es aún mayor. Además de investigación y desarrollo, ¿en qué partidas ha dejado el Gobierno más presupuesto sin gastar?

Los datos de la Intervención señalan como el Ejecutivo apenas ejecutó el 55% del presupuesto en Cooperación para el desarrollo, el 54% en Comercio y el 33% de Ordenación y promoción turística.

La mayoría de estas partidas sufrieron recortes durante la crisis que se han unido a la baja ejecución presupuestaria en los años posteriores. En cooperación y ordenación turística, el gasto real ha caído más de un 90% desde 2009.

Mollinedo argumenta que hay políticas en las que hay "poco margen de maniobra" para reducir el gasto mientras que en otras es más fácil ajustar las cuentas públicas. "Son las partidas menos sensibles al bienestar de los ciudadanos", comenta.

¿Cómo es posible que haya partidas en las que no se gaste ni el 60% de los que se aprobó en los presupuestos? Entre los trucos del Gobierno está el destinar una gran parte del presupuesto para préstamos en determinadas políticas como, por ejemplo, investigación y desarrollo.

"La cifra se ha maquillado con subidas de créditos -la parte más difícil de ejecutar-. La medida estrella del pacto con Ciudadanos (Red Cervera) llevaba 480 millones de crédito en la letra pequeña", publicó Jorge Barrero, director de la Fundación Cotec, en su cuenta de Twitter.

eldiario.es ha analizado los datos de ejecución presupuestaria al mes de diciembre en los años 2015, 2016 y 2017, publicados por la IGAE. Estas cifras, que no incluyen los organismos públicos, muestran como la mayoría de las partidas en las que se gastó ni un solo euro estaban destinadas a préstamos que no se concedieron.

Por ejemplo, el Gobierno dejó sin utilizar los más de 613 millones de euros presupuestados en 2016 y 2017 para apoyar proyectos de I+D+i a través del CDTI. En 2017, apenas gastó el 5% de los más de 1.200 millones para el Fondo para la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico, dedicada a financiar distintos proyectos de investigación para organismos públicos y empresariales.

Fuentes de la Secretaría de Estado de I+D+i reconocen que existe una "elevada inejecución de carácter estructural" en la partida de créditos financieros a la investigación española. Aseguran que estas cifras se deben a que estas líneas de financiación "han perdido atractivo" frente a las condiciones que ofrece la banca privada y apenas se solicitan.

Esta regla también se repite en otras políticas de los presupuestos con baja ejecución como turismo, comercio o, incluso, cooperación al desarrollo. En 2017, el Gobierno no gastó ni un solo euro de las partidas presupuestarias de financiación a empresas turísticas y escuelas de hostelería, de las aportaciones al Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) o de los fondos para el Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE).

"Es un recurso para decorar y decir que gastar mucho cuando realmente después no lo estás gastando", comenta Alain Cuenca, economista de la Universidad de Alcalá. El 62% del presupuesto de las partidas que menos se ejecutaron en 2017 estaban destinadas a préstamos, según el análisis realizado por eldiario.es.

"Presupuestar partidas para préstamos que no se conceden es inflar el presupuesto", sentencia Cuenca.

A pesar de que año tras año la mayoría de esas partidas se quedan sin gastar, el Gobierno las sigue incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado. Uno de los casos más claros es el del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM), que básicamente se dedica a conceder créditos a grandes empresas para financiar proyectos en el extranjero.

Entre 2015 y 2017, se presupuestaron aportaciones al fondo por casi 700 millones de euros. No se usó ni un solo euro. Fuentes del Ministerio de Economía explican que esos fondos "tienen recursos suficientes para asegurar su auto-sostenibilidad" por lo que "no ha sido necesario" utilizar las dotaciones presupuestarias.

En los presupuestos de 2018, el Gobierno ha vuelto a incluir 218 millones de euros para el FIEM.

Además de los préstamos, el Gobierno también ha engordado las cifras que Montoro presenta en los presupuestos incluyendo partidas para obras que no se ejecutan o proyectos que no se desarrollan.

En 2017, el Gobierno dejó sin utilizar los más de 80 millones presupuestados para las obras de la carretera de La Aldea (Gran Canaria), el eje Norte-Sur de Fuerteventura o para actuaciones relacionadas con el Anillo de Tenerife. Estas partidas fueron incluidas tras el acuerdo del PP con Nueva Canarias para aprobar los presupuestos.

Tampoco se utilizaron los casi 500 millones de euros destinados a crear la Red Cervera en 2017, resultado del acuerdo con Ciudadanos, ni los más de 700 millones de euros presupuestados en 2016 para mejorar la red ferroviaria en toda España. Los presupuestos de Rajoy engañan: no es lo mismo lo que se presenta que lo que se acaba gastando.

«Hasta los propios regantes con los que se ha reunido Sánchez no se creen lo que les ha dicho», dice el PP


MURCIA.- La portavoz del Partido Popular de la Región de Murcia, Nuria Fuentes, afirmó que tras la visita hoy del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, «lo único que ha dejado claro es que los trasvases no forman parte de su propuesta de Pacto Nacional del Agua». 

«Desde hoy sabemos que los socialistas han decidido apoyar las reivindicaciones de los castellano-manchegos antes que responder a los intereses de los murcianos», puntualizó.
Fuentes se preguntó respecto a las manifestaciones de Pedro Sánchez sobre la continuidad del trasvase Tajo-Segura: «¿Dónde ha mentido el secretario general de los socialistas, en Murcia o en Albacete?». 
Afirmó que «no se puede decir una cosa hace dos semanas y venir a la Región para manifestar todo lo contrario». «
Hasta los propios regantes con los que se ha reunido no se creen lo que les ha dicho», señaló la portavoz del PP para añadir que «las organizaciones agrarias de forma mayoritaria no han acudido a la farsa del señor Sánchez que solo quería una foto.»
Han faltado las más próximas al PP como Fecoam, Proexport, Apoexpa y Asaja.
La dirigente del PPRM indicó que «el jefe de los socialistas condena a la Región a subsistir con agua desalada, eso es lo único que ha dejado claro lo que significa poner en riesgo la competitividad y viabilidad de nuestra agricultura».
Nuria Fuentes puntualizó que «el líder de los socialistas, con la complicidad de Diego Conesa, ha venido a Murcia a recuperar la política de agua de Cristina Narbona que tanto daño hizo a la Región cuando por satisfacer a los independentistas catalanes derogó el trasvase del Ebro».
 «Que no vengan a vendernos que podemos subsistir con agua desalada porque eso no es verdad», dijo la portavoz regional del PP, quien recordó que «sin el agua del trasvase Tajo-Segura desaparecerían 44 millones de árboles frutales».
«Lamentablemente, una vez más, los socialistas vienen a engañar a los regantes y agricultores porque hoy les dicen una cosa en Murcia pero mañana a García-Page le aseguran lo contrario», afirmó Fuentes, para quien « ese apoyo con la boca pequeña al trasvase Tajo-Segura significa que en cuanto puedan le pondrán una fecha de caducidad».
La portavoz del PPRM señaló que ha sido el Gobierno de Mariano Rajoy el que ha conectado las desaladoras y las ha puesto en funcionamiento «porque lo que dejó el Gobierno de Zapatero fueron fábricas fantasma de agua desalada».

Lo que ha dicho Pedro Sánchez

«Las infraestructuras existentes, como el Tajo-Segura, seguirán teniendo su papel mientras el agua sea un recurso disponible», ha dicho hoy Pedro Sánchez en Molina de Segura.
El secretario general del PSOE sintetizó en cuatro puntos su postura en relación a la política hídrica: continuidad de las infraestructuras existentes mientras el agua sea un recurso disponibles; diversificar la oferta y las fuentes de agua, con un protagonismo importante de las desaladoras; una gestión del agua pública; y trascender la batalla partidaria y entre territorios y dar seguridad a las zonas que la necesitan.

Un bisnieto historiador disertará en Murcia sobre el almirante Cervera Topete a mitad del mes de mayo


MURCIA.- Un bisnieto del legendario almirante gaditano Pascual Cervera Topete, héroe de Santiago de Cuba, el profesor Ángel Luis Cervera Fantoni (1955), disertará en Murcia sobre su figura profesional, política e histórica el próximo 15 de mayo en un acto abierto al público y con coloquio, en el ámbito universitario, para centrar su figura y recuperar su memoria.

Ángel Luis Cervera Fantoni, autor del libro El desastre del 98 y el fin del imperio español, es economista, historiador y sociólogo por lo que ha sido invitado por una plataforma cultural murciana recién surgida, Capuchinos 53, para este tipo de recuperaciones.

Cervera Fantoni es doctor en Historia (con una tesis sobre el pensamiento de su antepasado donde  estudia su figura al detalle) y en Economía y lleva un cuarto de siglo investigando el Desastre del 98 con varios viajes a Cuba, incluidas audiencias con la familia Castro.

"En el verano de 1998, con motivo del centenario del combate y de la salida de las tropas españolas de Cuba, Fidel Castro asistió a una recepción en el buque Juan Sebastián Elcano, atracado en La Habana, y mostró su admiración por el almirante Cervera. Dijo que había sido un héroe. También lo piensa Raúl Castro, que nos ha recibido varias veces y que en una de mis visitas me regaló una bandera”.

"¿Quién era el almirante Cervera? Pues un liberal que participó en La Gloriosa, la revolución liberal de 1868 contra Isabel II", ha explicado Cervera Fantoni. "Lo que pedimos sólo es un poco de rigor historiográfico", exige quien guarda en su casa-museo más de 2.000 documentos del archivo personal  de su bisabuelo relacionados con la vida del héroe.

Ministro de la Marina con el gobierno progresista de Mateo Práxedes Sagasta, la vida militar del histórico marino se desarrolló en Marruecos (1853 y 1859); en la expedición a la Conchinchina y las Islas Filipinas (1862-65); en la guerra contra el Perú (1866); en el bloqueo de los puertos cubanos, al comienzo de la insurrección (1868); en el levantamiento cantonal de Cartagena (1873); en la guerra carlista (1874); y en Filipinas nuevamente (1874-76).

La relación histórica de Cervera Topete con la base naval de Cartagena tiene que ver conque en 1880 fue designado comandante militar de Marina de esta ciudad de la Región de Murcia. Y sustancialmente con su participación anterior, durante la I República, al lado de las fuerzas gubernamentales para sofocar en julio de 1873 la insurrección del Cantón, aunque sin pegar un solo tiro, siendo todavía capitán de Fragata aunque en funciones de secretario del vicealmirante Lobo al frente de la Flota enviada al efecto.

Pese a ser propuesto para la Laureada de San Fernando en una ocasión consiguió,  sin embargo, otras condecoraciones como la Cruz del Mérito naval con distintivo rojo, Cruz del Mérito naval con distintivo blanco, Gran cruz del Mérito naval, Placa de la Orden de San Hermenegildo, Cruz de la Marina de la Diadema Real, Comendador de la Orden de Isabel la Católica, Campaña de Joló, Campaña de Cuba, Campaña de La Carraca, Campaña de África, Benemérito de la Patria y Caballero de la Legión de Honor, en Francia

El conferenciante y bisnieto desgranará en Murcia, además, su experiencia personal de haber descendido más de 25 metros en el Atlántico cubano en 2012 para poder tocar con sus propias manos los pecios de la Escuadra española mandada por su bisabuelo y hundida por los acorazados de Estados Unidos en julio de 1898 en aguas de Santiago de Cuba.

Desde 1898 hasta ahora, 56 descendientes del famoso almirante han servido en la Armada española. Los Cervera son una de las familias más numerosas de España, con más de 1.700 miembros repartidos por todo el mundo. Entre todos los que llevan ese apellido hay doce almirantes, el primero de ellos ascendido en 1854.



Síntesis biográfica de Cervera Topete

Ingresó en el colegio naval, a los trece años, el 30 de junio de 1852​ y fue ascendido a guardiamarina en 1855, prestando servicio durante la campaña de África en la fragata de hélice Princesa de Asturias y en el Vasco Núñez.
Cuando cumplió veintiún años recibió el despacho de Alférez de Navío. Fue enviado posteriormente a Filipinas, bajo las órdenes de Casto Méndez Núñez. Luchó contra los rebeldes malayos y en los asaltos a los fuertes de la Cotta y de Pagalugan, donde fue ascendido a teniente de navío en atención por méritos de guerra.
Continuó en Filipinas realizando trabajos de hidrografía y levantando cartas de los centenares de islas del archipiélago, regresando a la Península en 1865.
Entre 1865 y 1868, se le encargó la formación de guardiamarínas a bordo del navío de línea Francisco de Asís.
Asciende a Capitán de fragata y toma parte en la guerra carlista y en la defensa del Arsenal de La Carraca durante la proclamación del Cantón de Cádiz. Tras la Revolución Cantonal, fue enviado de nuevo a Filipinas, al mando de la corbeta de hélice Santa Lucía, donde tuvo que intervenir en acciones de guerra, especialmente en Mindanao.
En 1876 fue nombrado Gobernador del archipiélago de Joló. De vuelta a la Península, y tras ocupar diversos cargos en el Ministerio de Marina, recibió el mando del buque escuela de guardiamarinas, la corbeta Ferrolana, a mediados de 1879. A finales de 1880 fue designado comandante militar de Marina de Cartagena.
Presidió la Comisión Constructora del acorazado Pelayo, del que en 1888, y con José Ferrándiz y Niño como segundo al mando, fue el primer comandante como parte de su primera dotación, recibiendo durante su estancia en Francia la Legión de honor.
En 1891 fue nombrado director técnico y administrativo de los astilleros del Nervión, contratados para llevar a cabo la finalización de la construcción de los tres cruceros acorazados de la clase Infanta María Teresa.
Entre el 14 de diciembre de 1892 y el 23 de marzo de 1893 ejerció como ministro de Marina. Durante la legislatura 1893-1894, fue elegido senador por Cádiz y durante la legislatura 1898-1899 por Albacete.
En agosto de 1893 es nombrado Jefe de la Comisión de Marina de España en Londres, tomando parte en la Conferencia Naval Europea, realizando labores de interlocución con empresas constructoras navales y con diferentes ministerios en lo que afectaba a los asuntos marítimos, principalmente en la guerra chino-japonesa y la influencia de los Estados Unidos en las colonias de Filipinas y las Antillas.
De nuevo Cervera Topete es nombrado para un puesto en La Carraca, en este caso de Comandante General del Arsenal como Contralmirante en mayo de 1896 a las órdenes de José de Carranza, Capitán General del Departamento Marítimo de Cádiz.
Contaba con una larga experiencia en cargos militares navales y, al estallar la Guerra hispano-estadounidense en 1898, logró burlar el bloqueo al que estaban sometidas las Antillas españolas por tres poderosas formaciones navales norteamericanas.
El 3 de julio de 1898, en aguas de Santiago de Cuba, presentó batalla a la flota del almirante Sampson, superior en número y calidad de equipos, la escuadra española fue vencida tras un desigual combate.
Cervera y sus superiores mantenían posturas enfrentadas sobre la forma en que se debía actuar. Cervera acató siempre las órdenes recibidas, pero lo hizo a regañadientes, en el último momento y mostrando su disconformidad.
La decisión de Cervera de salir de Santiago a pleno día y pegado a la costa solo se explica desde el punto de vista humanitario, para tratar de minimizar el número de víctimas en la batalla, lo cual confirma que Cervera daba por perdida la batalla antes de iniciarla.
Esta forma de pensar coincide con su decisión inicial de evitar enfrentarse a la escuadra estadounidense y esperar resguardado en el puerto, lo que resultó indudablemente erróneo y contraproducente, pues de todos modos tuvo que acabar enfrentándose a la flota estadounidense, pero en una situación infinitamente más desventajosa que en una batalla en mar abierto, pues sus buques tuvieron que salir del puerto y presentar batalla de uno en uno.
 El puerto de Santiago era aparentemente un buen refugio, pues ofrecía protección a la flota frente a un ataque de fuerzas navales pero, por esas mismas características, resultó una ratonera para la flota española al salir de puerto a presentar batalla.
Aunque hay que reconocer que las fuerzas navales españolas eran notablemente inferiores a las estadounidenses, Cervera fue incapaz de idear una estrategia militar coherente y estructurada.
El Capitán de Navío Fernando Villaamil había propuesto realizar acciones ofensivas para hacer replegarse al enemigo y conseguir un mayor equilibrio de fuerzas, y el también Capitán de Navío Joaquín Bustamante había propuesto una salida nocturna escalonada. Ninguna de las dos propuestas fue atendida por Cervera, que optó por la inacción.
Además, Cervera pudo haber tomado otras decisiones erróneas: la distancia entre unos barcos y otros al salir fue excesiva, y resulta bastante discutible que el orden que eligió de salida de los barcos fuera adecuado.
Cervera fue hecho prisionero en la batalla. Otra suerte corrió el Capitán de Navío Fernando Villaamil, que resultó muerto en combate a bordo del Furor. El Capitán de Navío Joaquín Bustamante no participó en la batalla, pues había desembarcado al mando de las columnas de desembarco, resultó herido en la Batalla de las Colinas de San Juan, cerca de Santiago de Cuba y falleció pocos días después.
Tras la guerra de Cuba, Cervera tuvo que soportar la incoación de un procedimiento contra él, debiendo solicitarse un suplicatorio por su condición de senador, y sus oficiales supervivientes. Lo cual dio como resultado el sobreseimiento de la causa.
En la legislatura 1903-1904, fue designado senador vitalicio.​ Falleció el 3 de abril de 1909,​ después de ocupar varios cargos importantes, y sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando, donde fue inhumado el 19 de junio de 1916.
Tras su muerte, un buque de la Armada Española portó el nombre de Almirante Cervera.

No me voooy, me queeedo / Ángel Montiel *

Hay dos maneras de intentar humillar a los periodistas en una rueda de prensa. Una, con el plasma o la comparecencia sin preguntas. Otra, convirtiendo un acto de naturaleza informativa en un mitin de los convocantes contra el medio que ha publicado la información a la que corresponde dar respuesta.

Esta segunda opción es la que eligió Ahora Murcia, el grupo municipal del Ayuntamiento capitalino patrocinado por Podemos, para replicar, cuatro días después del primer reportaje, a las circunstancias del caso Micol publicado por este periódico, sin que la protagonista hubiera atendido hasta entonces a las llamadas y reclamos de esta Redacción.

Vaya por delante que no hay relación de fondo alguna entre el caso de Cristina Cifuentes, en Madrid, y el de María Ángeles Micol, en Murcia, pero la manera de responder a informaciones incómodas se parece como una gota de agua a otra. Micol ni siquiera pretextó una gripe para eludir las llamadas de este periódico antes de que fueran publicadas las informaciones que le afectaban. Simplemente no respondió, y no sabemos a qué puede deberse esa actitud en los tiempos de la tecnología digital, cuando hablar con un periodista es lo más fácil del mundo: centralita, móvil, whatsapp, correo electrónico general y particular, messenger...

Y más cuando, a la vista de que ella no conectaba, se le dejaron recados a su hijo, protagonista también del caso, y a su jefe de prensa, que se supone que cobra para trasmitirle todas las notificaciones. Cuatro días tardó esta señora en aparecer ante la opinión pública, y sin haber atendido por mera cortesía al medio que le reclamaba su versión, cosa curiosa cuando se trata de alguien ligado a una formación que clama por la transparencia.

Previamente a esto, el grupo municipal al que pertenece había enviado al ciberespacio de las redes sociales, sin remite directo al medio original que elaboró la información, uno o dos comunicados supuestamente oficiales, en los que no se desmentía lo publicado, sino que la información se traducía a una lógica particular. Se admitían implícitamente los datos (cosa inevitable, porque están documentados), pero se ´leían´ de otra manera.

En el fondo, esos comunicados ratificaban, se supone que involuntariamente, la veracidad de lo publicado, sólo que la interpretación de la señora Micol, y por extensión, dado el seguidismo de Alicia Morales, la supuesta líder de Ahora Murcia, y del resto del grupo municipal conformado con sus explicaciones, pretendía considerar como ´normal´ aquello que por ´extraordinario´ resultaba noticia. La respuesta inicial de Micol era, por traducirlo a titular, un «¿y qué?». Muy Cifuentes, en la actitud.

Información con escudería

Antes de la rueda de prensa-mitin, el ambiente se calentó en las redes, donde la falta de explicaciones a lo publicado se compensaba con (¿lo adivinan?) descalificaciones al medio, es decir, a La Opinión: los periodistas, comprados, y José Luis Mendoza, prescindiendo de una elemental consulta al registro mercantil, accionista de la editora, que es lo que lo explicaría todo si fuera verdad (Dios, y nunca mejor dicho, les conserve la vista), pues les viene mejor propagar infundios que aceptar que el periodismo sobrevive pese a todo; incluso en circunstancias como esta, pese a ellos.

El periodismo acaba donde empieza una rueda de prensa, decimos en la profesión, pues generalmente se trata de un acto propagandístico de quien la convoca y, por tanto, es habitualmente evitable. Pero si encima la rueda no es tal, sino un acto de afirmación de quien tiene que dar explicaciones y no las ha dado previamente al medio que corresponde, se convierte en un simulacro informativo. Moreno Micol apareció rodeada de los miembros de su grupo municipal más la plana de Podemos, a pesar de que sus portavoces advirtieron antes que si Podemos no se había pronunciado sobre su caso, cosa que habíamos resaltado tras la primera información, era debido a que Ahora Murcia no es Podemos, pero al final parece que sí es un poquito Podemos.

(No hace falta explicar que Ahora es la marca de Podemos en el municipio de Murcia, una vez que este partido perdió las primarias frente a IU en un inicial proceso de convergencia, cuyo resultado fue que los representantes de la segunda fuerza coparon los cuatro primeros puestos de la lista. Esto condujo a la ruptura del acuerdo de integración de la izquierda y a la apresurada celebración de una asamblea de Podemos en que había menos personas que las que tendrían que integrar la candidatura alternativa, a la que Micol fue incorporada después de que fracasara la opción de Pedro López como candidato del PSOE, quien la había fichado para el cartel de los socialistas).

Pues bien, a la mal llamada rueda de prensa, aparte de los miembros de Ahora y de relevantes personalidades de Podemos acudieron todo tipo de observadores, entre ellos Joaquín Contreras, portavoz de la Plataforma Prosoterramiento, descuidado de disimular ante quienes le adjudican simpatías podemitas para descalificar la transversalidad ideológica del movimiento vecinal que lidera. No es solo que Micol prescindiera de dar réplica directa al medio que publicó la información que le afectaba; es que cuando se decidió a salir ante la opinión pública lo hizo pertrechada de una nutrida guardia cuya función consistía en intentar apabullar en público a la redactora que había elaborado las informaciones de su caso.

Hay que decir que esa labor de intimidación tuvo poco éxito, pues dichas informaciones están plenamente sustentadas. Todo consistió en que, lo que en el titular periodístico era una ´empresa fantasma´, Fonnautic SL, según Micol era una ´empresa inexistente´ (gran matiz para quienes no creen en los fantasmas) y todavía menos, una marca, aunque las marcas no se suelen apellidar SL (Coca Cola es una marca, y Coca Cola SL, si existiera, sería una empresa), y sin reparar en que una marca, para ser marca, también ha de estar registrada, como una empresa.

Y que si la empresa inexistente que en realidad era una marca también inexistente, de pronto se convirtió en una empresa realmente existente, ya puesta a nombre del hijo de la concejala cuando ésta se convirtió en tal, conservó en el registro el inicial nombre fantasmal es porque la denominación «era muy chula», una expresión modernem que tal vez responda a una involuntaria transposición psicológica.

Enmedio de esta disposición a la herencia de las iniciativas profesionales de la madre transferidas oportunamente a las empresas sobrevenidas del hijo estudiante cuya función consiste en continuar una sola actividad iniciada por ella, resalta el emporio familiar en ´lo social´: otra marca, Huermur, un nombre asociado al apellido Micol, como si fuera de esta familia no tuviera sentido, lo que políticamente podría interpretarse con toda legitimidad como un chiringuito para servir de banderín de enganche a las aspiraciones políticas de la concejala, cuyo mérito social para ser catapultada sería su vinculación a una asociación en la que ella, y los miembros de su familia, prolongan los mandatos.

Paralelismos

Es curioso que, obviando el caso del Club La Puntica, para defender a Micol, sus partidarios la presenten como una jabata contra la corrupción y adalid de las denuncias ante los excesos de las Administraciones en los asuntos que competen a su asociación, Huermur, ahora dirigida por su hijo. Y esto, sin duda, es muy meritorio, pero carece de interés en relación con el caso publicado. Lo que se intenta transmitir es que estas informaciones se producen porque se trata de una persona molesta a la que se pretende desacreditar con un caso de escasa importancia si lo relacionamos con la desaladora de Escombreras, los Gürteles y demás etcéteras.

Pero el que alguien se haya destacado por denunciar a la Administración popular con buenas razones no le exime de sus propias responsabilidades ni puede servirle de cobertura. Es, otra vez, el pretexto de la Cifuentes (salvando las enormes distancias, no así en las actitudes, insisto): lo que le ha pasado es porque ella quiso levantar alfombras.

De hecho, el paralelismo en cuanto a la actitud es permanente. Desde el primer momento en que La Opinión destapó el caso Micol, hemos venido escuchando que el asunto sería remitido a los tribunales, e incluso, al quinto día (después de la rueda de prensa) Micol vino a entrevistarse con el director del periódico, anunciando sus colaboradores que lo haría acompañada de un abogado. Los periodistas no se entrevistan con abogados, salvo si los políticos llevan, efectivamente, como en esta circunstancia amenazan, el asunto a los tribunales. Pero en lo que se refiere a nuestro trabajo cotidiano, hablamos (cuando se prestan) con los protagonistas de la actualidad, no con sus representantes legales.

También Cifuentes denunció a eldiario.es por contar ese periódico la verdad sobre su máster mientras ella trataba de ocultarla con mentiras. Aquí, por lo que se ve, no hay diferencias entre partidos. Hay incluso quien va, al parecer, por la Asamblea Regional anunciando que La Opinión tendrá que rascar 45.000 euros de indemnización por las informaciones publicadas; se ve que los abogados de Podemos han cuantificado ya el alcance del delito de hacer periodismo.

Los lectores deben saber que Ahora, si es que realmente lo pretendiera, no nos va a poner a la defensiva. Por esto ni siquiera haré caso a quienes me aconsejaban, antes de iniciar este artículo, que insistiera en que La Opinión (con la firma, por cierto, de la misma redactora que ha informado sobre el caso Micol) publicó ´los audios de Roque Ortiz´, mano derecha del alcalde de Murcia, del PP, que resultó destituido de su cargo y de su sillón de concejal a causa de nuestras informaciones. Resaltar este hecho sería tanto como intentar justificar que el caso Micol no es un ataque político a Podemos, pues previamente nos habríamos legitimado con un asunto referido al PP.

Todas estas elucubraciones son innecesarias. Hacemos periodismo, y publicamos aquello que conocemos, afecte a quien afecte. Pero, enfín, Ahora Murcia o la señora Micol están en su derecho de pasar a la historia de la política local convirtiéndose en el primer partido político de la democracia murciana que denuncia a un medio de comunicación y a una periodista de raza. Adelante. Que se retraten.

Si eludo el ´caso Roque´ por el hecho de que, aun sin haber existido, habríamos publicado, como es natural, el ´caso Micol´, sí quiero reseñar como ejemplar otro asunto que nos ocupó hace unas semanas en relación con una dirigente regional de Ciudadanos que había presumido en una red social de disponer de un máster inexistente. El redactor de la información la llamó, para contrastar, a las 14 horas del día previo a la publicación de la noticia, y la señora se presentó en la Redacción cuatro horas y media después para dar sus explicaciones, admitir su error y apuntar las declaraciones oportunas.

El caso se publicó como principal titular de portada, conteniendo las explicaciones de la protagonista, y ahí acabó todo. Que juzgue el asunto quienes tengan que hacerlo. Pero la señora dio la cara, como corresponde a una personalidad política, y lo hizo sin esconderse durante días ni protegerse con guardaespaldas de su grupo convocando una rueda de prensa fake, y menos amenazando con llevar el periódico a los tribunales.

Si a los señores y señoras de Ahora Murcia o de Podemos les interesa proyectar la imagen de sentirse perseguidos por la ´prensa burguesa´, que disfruten de su fantasía. Pero no dejaremos de publicar sus iniciativas, sus notas de prensa cuando tengan interés, ni de entrevistar a sus líderes y representantes públicos o de editar artículos, con extraordinaria frecuencia, además, de sus simpatizantes. Y también publicaremos, como de todos los partidos, el del Gobierno y los de la oposición, todas aquellas noticias que no gusten a sus respectivos dirigentes.

Es, por cierto, en estos casos, cuando se constata la verdadera actitud de unos y de otros acerca de su concepción de las libertades. El recurso de llamar fachas a los periodistas incómodos, émulos de Inda y tonterías parecidas no cuela. Podemos es un partido más, sometido a la crítica como cualquier otro, incluso por encima de posibles simpatías que concurran, en ciertos casos, en los periodistas que contemplan las informaciones que les atañen, asunto ajeno a lo profesional.

Inmutables

El carrete de que goza esta formación a costa de que el PP es ya innombrable en cuanto a su comportamiento ético no puede servir, digo, de cobertura. Venimos observando que cuando algunos dirigentes podemitas caen en desgracia en su organización o en los satélites siempre es por causa de las disidencias internas, nunca por responsabilidades políticas o cívicas que les son exigidas por ellos, con toda lógica, a políticos de otras formaciones. Ejemplo: Bescansa está en bóxes por sus discrepancias con el líder máximo mientras Echenique, que no pagaba la Seguridad Social a su asistente, fue ascendido a número dos. ¿Cómo querrán explicar estas cosas a sus potenciales electores?

En Podemos, pues, no dimite nadie por razones ajenas a toserle a Iglesias (se conoce solo el caso de Monedero, aunque éste no renuncia a seguir dando lecciones), de modo que no cabe esperar que la señora Micol admita que su relato está plagado de incongruencias. Podrá decir, como Cifuentes: «No me voooy, me queeedo...». Perfecto. Allá ellos, oye.

En resumidas cuentas, la señora Micol, en vez de aceptar con normalidad una información correcta y documentada y responder a ella con las maneras que corresponden a un servidor público, escurrió el bulto y cuando se exhibió lo hizo mediante la convocatoria de un acto de agit-prop disfrazado de rueda de prensa, al que han proseguido amenazas de remisión a los tribunales y de reclamaciones certificadas de la documentación en poder del periódico, por otra parte pública, ya que en periodismo no se hace reserva alguna de lo que pueda ser de interés general.

En fín, peor que las circunstancias del caso, que mi compañera Ana García ha relatado con detalle durante las últimas fechas, lo que interesaba a este comentario era describir la actitud con que ciertos políticos reaccionan ante unas noticias incómodas que aliviarían con explicaciones sinceras. Los ´nuevos´, a la hora de la verdad, son un calco.



(*) Columnista


Jaque al rey: los últimos días de Rajoy / Carlos Sánchez *

Miércoles. 25 de abril. Son las 12 horas y 41 minutos. Es casi una obligación mirar la hora exacta porque es infrecuente observar desde la tribuna de prensa al presidente del Gobierno pendiente de su reloj de pulsera. Como deseando que aquella tortura dialéctica del ministro Montoro defendiendo los presupuestos terminara ya.

El mismo gesto lo repetiría lo largo de la tediosa sesión de mañana sin que pudiera esconder su impaciencia, clamorosa cuando a las 12:45 las pantallas del hemiciclo, situadas a ambos lados de la Mesa, mostraron un primer plano de Rajoy con gesto ausente. Como ido. Como recordando la célebre frase de Estanislao Figueras tras un demencial consejo de ministros: "Señores, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros".

No le faltaba razón al presidente. Se había enterado pocas horas antes de la publicación del video de Cifuentes, y cuando a las doce en punto atravesó el pasillo que conduce a los vomitorios del Congreso —por donde acceden sus señorías al hemiciclo— estaba ya todo el pescado vendido: Cifuentes había dimitido un cuarto de hora antes. Pero no todo estaba bajo control. Rajoy, una vez que accedió a su escaño, se cruzó de piernas, y uno de sus pies delató su ansiedad.

Mientras Montoro hablaba y hablaba, las generosas extremidades de Rajoy apuntaron a su izquierda buscando ganar espacio. En concreto, se dirigieron hacia la grada futbolera que cobija a los fotógrafos dentro de hemiciclo. Y fue entonces cuando su pie derecho, montado sobre el izquierdo, comenzó a moverse de forma nerviosa, hasta espasmódica. Hacia arriba y hacia abajo. Hacia arriba y hacia abajo. 

Así, algo más de un minuto. Un hecho singular impropio de un político muy bregado que desde diciembre de 2011 ha convertido su escaño de presidente del Gobierno en un remanso de paz. Incluso, en los momentos más duros de la crisis. Sin duda, porque Rajoy es un diputado muy disciplinado y rara vez gesticula, lo que denota sobriedad y un elevado autocontrol.

Pero es probable que aquella mañana Rajoy pensara que su ciclo político se había agotado. Jaque al rey que amenaza con ser mate. Desde luego, no solo por el asunto Cifuentes, feo donde los haya, sino porque en la tarde anterior había tenido que entregarse con armas y bagajes al PNV, con lo que ello representa para muchos votantes conservadores en pleno clima de tensiones territoriales a cuenta de Cataluña. Una nueva concesión a los nacionalistas que nadie como Albert Rivera será capaz de capitalizar.

Rajoy, aquella mañana, recordaba a Rodríguez Zapatero, quien el 12 de mayo de 2010, también miércoles, y obligado por la comunidad internacional (el propio Obama presionó al Gobierno socialista), anunció el mayor recorte del gasto público de la reciente historia económica. Zapatero sabía que era la única manera de salvar a España del rescate, pero también era consciente de que era lo mismo que condenar al Partido Socialista al averno, donde aún sigue ocho años después.

La pieza de los jubilados

La economía española, afortunadamente, ya no está con el agua al cuello, pero Rajoy sabe mejor que nadie que su mayor caladero de votos está entre los pensionistas, y por eso no podía dejar escapar la pieza de los jubilados. No en vano, casi once millones de españoles (uno de cada cuatro) tiene más de 60 años, y algo más de ocho millones cobra una pensión pública.


La Seguridad Social, por eso, es algo más que un asunto estratégico para el Partido Popular. Es el todo o nada. Como el miércoles pasado, lo era la aprobación de los Presupuestos a cualquier precio, incluso generando desconcierto e incredulidad en muchos altos cargos —Alberto Nadal, Tomás Burgos, el propio Montoro…— que se han desgañitado negando la subida de las pensiones como el IPC. Muchos ministros se enteraron de los recortes de Zapatero en sus escaños, y muchos altos cargos del PP no salían de su asombro cuando escucharon a Aitor Esteban, el portavoz del PNV, desgranar las medidas.


Era, sin embargo, el todo o nada para el PP, que ya no solo es un partido residual en Cataluña y el País Vasco, los dos territorios que generan mayores tensiones. En dos de sus feudos tradicionales —Madrid y la Comunidad Valenciana— la presión de Ciudadanos es tan intensa, también en Andalucía, que el castillo que levantó Aznar en el Congreso de Sevilla (año 1990) comienza a derrumbarse.

La debilidad de Rajoy es tan obvia que el propio Montoro, que pocas horas antes se había enterado del acuerdo entre Rajoy y Andoni Ortuzar, presidente del PNV, fue obligado a callar sobre lo pactado. El ministro de Hacienda no hizo ninguna mención a la subida de las pensiones en su primera intervención porque esa era la pieza electoral que se querían cobrar los nacionalistas vascos, presionados por muchos prejubilados de la reconversión industrial.

 Era evidente que aquella mañana el PP tenía un problema. Lo que sucede en Cataluña lo capitaliza electoralmente Ciudadanos, mientras que la subida de las pensiones como el IPC, la rentabiliza el PNV. Ni siquiera la recuperación económica —el PIB encadenará un ciclo de seis años consecutivos creciendo alrededor de un 3% al final de la legislatura— da votos al PP.

Como sostiene, un sagaz analista, muy próximo al viejo Partido Popular de Aznar, la situación es "irreversible". Cuando un partido con enorme capilaridad en todo el país (es el partido con más afiliados) no es capaz de capitalizar sus decisiones más generosas es que se ha desconectado del electorado. 

Probablemente, asegura, porque la crisis ha sido muy dura y ha golpeado con especial crudeza a las clases medias urbanas, precisamente, donde arrasaba el PP. "Es una recuperación sin votos", concluye. Y ni siquiera la estabilidad política que confiere aprobar los presupuestos es hoy un activo electoral suficiente para dar la vuelta al desastre.

¿Por qué se ha llegado a esta situación? El economista César Molinas tiene una teoría: "El problema no es Rajoy o el Partido Popular, el problema es que el sistema político está agotado. Hay ambiente de fin de régimen".

Regeneración democrática

¿Qué quiere decir Molinas?, pues que el proceso político iniciado con la Constitución de 1978 se ha movido en los últimos años por inercia, y aunque hay nuevos jugadores en la política nacional —Podemos y Ciudadanos— lo cierto es que los problemas de fondo, en particular la regeneración democrática y la reforma de algunas instituciones obsoletas, siguen ahí. La corrupción del pasado se cobra hoy sus víctimas.

Su conclusión es que los dos grandes partidos se niegan a atacar los problemas subterráneos de la democracia española. Y si primero 'cayó' el Partido Socialista, con sus ruinosos resultados electorales en beneficio de Podemos, ahora le toca el turno al Partido Popular, que observa con pavor cómo Ciudadanos le come la tostada con un discurso oportunista en el que el adversario político siempre es el responsable de lo malo, mientras que las cosas positivas (como la bajada de impuestos o la reforma de los autónomos) es fruto del compromiso de Rivera con la gobernabilidad del país.

¿Cuándo se torció todo para el PP? Curiosamente, a partir de 2012. La llegada al poder significó una enorme descapitalización del partido, tanto ideológica como orgánica, lo que explica que haya entrado en el peor escenario: discutir clandestinamente sobre el futuro del líder. Es decir, si Rajoy se presenta o no se presenta a un nuevo mandato, lo cual ahoga cualquier debate interno y convierte al partido en un zombi político.

Hasta el punto de que ha "externalizado" en los jueces la cuestión catalana, y, en paralelo, ha convertido al PNV en el gran mediador de este país. Tanto para desbloquear los presupuestos del Estado como para buscar un Gobierno 'limpio' en Cataluña, que es el último agarradero del Gobierno para sobrevivir.

Rajoy necesita que haya un Govern limpio para frenar la sangría de votos en favor de Ciudadanos, pero mover el transatlántico es siempre una operación lenta, sobre todo, cuando está judicializada por ausencia de política, y de ahí que el objetivo número uno de Moncloa sea ahora pacificar el frente catalán, aunque haya que comulgar con ruedas de molino. Paradojas de la política, un partido soberanista, el PNV, es hoy quien zurce los problemas territoriales del país.

El futuro de Rajoy, sin embargo, no es lo más transcendente. Lo que está en juego es un recambio en la correlación de fuerzas del centro derecha. El economista César Molinas, de hecho, no descarta que Albert Rivera, que se mira de forma obsesiva en Macron, quiera ir convirtiendo a Ciudadanos en un movimiento parecido a 'En Marche!', el exprés que llevó al Elíseo al presidente francés. Entre otras cosas, porque el terreno está abonado. De ahí que su estrategia pase por buscar compañeros de viaje (como Valls) ante su escasa presencia territorial.

Musculatura intelectual

Como sostiene un antiguo dirigente del Partido Popular, el PP de Rajoy ha perdido no solo su coherencia ideológica con sus continuos golpes de timón en la política presupuestaria, sino que carece de musculatura intelectual. "Es un partido exhausto muy bajo de defensas", asegura, y las perspectivas son peores porque después de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre los vetos del Gobierno, Rajoy va a ver como el parlamento desmonta una a una las leyes que aprobó cuando tenía mayoría absoluta.

Lo paradójico es que los problemas del PP, en plena crisis de identidad, coinciden con un fenómeno más de fondo que tiene que ver con la progresiva derechización de la sociedad española, y, que, curiosamente, está capitalizando un partido que se presentó como de centro izquierda, como es Ciudadanos, y que hoy es el preferido del Ibex (Rajoy siempre ha despreciado los cenáculos y los mentideros de los poderosos, al contrario que Rivera).

Es decir, que, ni siquiera en su terreno natural, el PP es capaz de ganar votos y de rentabilizar la salida de la crisis. No hay pendulazo ideológico. Un partido de derechas es probable que sustituya a otro de derechas, lo cual deja a la izquierda en una situación inaudita.

La ruptura con la Faes de Aznar, de hecho, ha dejado al Partido Popular huérfano de ideas, y hoy se han dinamitado esos espacios de autonomía que en cualquier sistema político debe haber entre el partido (que es quien gana las elecciones) y el Gobierno, que es quien gestiona el poder. Hoy manda Moncloa, o, mejor dicho, el rey Rajoy, y Génova es un mero apéndice administrativo que se come todos los marrones. 

Entre otras cosas, porque la secretaria general, Dolores Cospedal, es ministra de Defensa, y lo último que le preocupa en la vida es el partido, más allá de haber tenido que acudir el mismo miércoles a la Puerta del Sol para sofocar el incendio provocado por el video de Cifuentes.

La ausencia de debate, como destaca otro exdirigente popular, es tan evidente que ya ni siquiera en el Consejo de Ministros hay alguna discrepancia, como las que pudo haber en tiempos de García-Margallo, cuando cuajó una línea de pensamiento crítica con la bicefalia imperfecta (Rajoy-Sáenz de Santamaría). Hoy, Rajoy sigue con su vieja guardia de los tiempos de la oposición (Montoro o Báñez), y solo ha incorporado a algunos independientes sin peso político. Como intentando hacer bueno aquello que aconsejaba Franco a uno de sus ministros: 'Hágame caso, no se meta en política'.

Quien sigue haciendo hoy la política, sin embargo, son las cloacas del Estado, que han creado monstruos informativos salidos del gabinete del doctor Caligari en el Ministerio del Interior, y que marcan el paso a Moncloa, donde la consigna es no hacer política. Solo gestión. Y ya se sabe lo que le sucedió a Margallo, invitado por Rajoy a dejar el Gobierno. Al exministro de Exteriores, desde entonces, le gusta repetir lo que dijo Bruto tras el asesinato de Julio César: "Qué me importa la suerte del César, cuando lo que está en juego es la suerte del imperio".


(*) Periodista


Manuel Valls, el intruso / Pablo Sebastián *

Que se cuide Albert Rivera del entusiasmo españolista y catalanista del ex primer ministro de Francia Manuel Valls no vaya a ser que un día de estos el gabacho se quiera postular a la presidencia del gobierno español subido en una plataforma de partidos constitucionales, similar a la que Valls pone ahora como condición para ser el candidato a la alcaldía de Barcelona, como se lo han propuesto desde C's.

Como iniciativa llamativa, original y europeísta la candidatura de Valls en Barcelona nos pareció algo extraño pero innovador. Ahora bien, si Manuel Valls empieza a mostrar su personal ambición y a actuar como un nuevo flautista de Hamelin para que le sigan todos los votantes españolistas de Barcelona eso no parece apropiado ni razonable.

Por dos motivos: porque con esa plataforma de partidos constitucionales lo que intenta Valls es garantizarse el triunfo sin correr el riesgo de pasar de ser primer ministro de Francia a quedarse como un concejal español; y porque si alguien debe unir a las fuerzas constitucionales españolas para un desafío electoral al soberanismo catalán ese candidato (que sería Inés Arrimadas) debe ser español de pura cepa y no un destacado político galo por más que haya nacido en España.

Nos dirán que Valls siendo español de origen llegó a primer ministro francés y que Anne Hidalgo la alcaldesa de París también es de origen español. Pero  en ambos casos Valls e Hidalgo vivían en Francia desde hace mucho tiempo, tenían la nacionalidad de ese país y habían forjado su carrera política en el lado norte de los Pirineos. Mientras que Valls acaba de aterrizar en Barcelona como un paracaidista llegado del cielo y ya quiere ser el alcalde de la ciudad condal.

Y puede que lo consiga de la mano de C's e incluso, si llegara a serlo, que posiblemente tendría éxito en su gestión municipal porque está claro que Valls tiene talento. Pero como le dijo una vez Eugenio D’Ors a un joven camarero que no lograba abrir una botella de champaña: ‘Los experimentos con gaseosa’.

Además, habría que ver qué opina de todo esto el presidente de Francia Emmanuel Macron (que conoce muy bien a Valls) porque se trata de la presencia de un ex primer ministro francés en la tensa y compleja batalla del soberanismo catalán en España. Como convendría saber hasta qué punto esa aventura no acabaría dañando las relaciones entre Madrid y París.

Allá Albert Rivera con iniciativas que pueden quedarse en ocurrencias que no conducen a ninguna parte. Pero nos parece que su apuesta por Valls (a quien le iría mejor la política europea en el Parlamento o la Comisión de la UE) no es una buena idea y la prueba la tiene en que Valls empieza a volar por su cuenta en Barcelona y quiere una plataforma de partidos para que él la pueda controlar.

Lo que podría acabar en una esperpéntica campaña electoral en Barcelona donde un prófugo o un preso podría ser el candidato soberanista, Colau sería la candidata española y Valls el candidato francés.



(*) Periodista


El color del cristal / Ramón Cotarelo *

Puigdemont tiene un rasgo poco frecuente. En las entrevistas no dice vulgaridades, ni recita consignas o catecismos de partido, ni cuenta trolas, como la mayoría de los políticos. Cuando habla de política es claro, preciso y muy combativo. Cuando lo hace de otras cuestiones suena sincero y no es convencional. 

No sigue un guion de comunicador triunfante. No le importa reconocer debilidades, como se deduce de la cuenta que da El Independiente de una entrevista concedida por Puigdemont al Magazine de The Times

 Por cierto, el titular inglés es muy otro que el español, más afirmativo, optimista, militante: Carles Puigdemont: the fight for Catalan independence goes on ("la lucha por la independencia de Cataluña continúa"). Da una impresión contraria. Como la imagen. Son dos mundos mentales que ven la realidad a traves de cristales de colores distintos.

Obsérvese, además, que el titular de El Independiente es justo las últimas frases de la entrevista. A pesar de orientarse básicamente a los aspectos personales, vivenciales, que diría Ortega, se tocan muchísimos otros aspectos de distinta índole que reflejan un estado de ánimo muy distinto al del horizonte carcelario o de exilio. 

Muy distinta índole: la lucha por la independencia de Cataluña continúa. Y continúa en los términos en que se ha planteado hasta la fecha. Y con igual determinación. 

Del pasado se arrepiente el MHP de haber dejado en suspenso la declaración de independencia al creer erróneamete en la buena fe de una oferta de negociación de la parte española. Lo que se hizo o se dejó de hacer, hecho o no hecho ha quedado. Y el arrepentimiento, decía Spinoza, no es una virtud. El pasado nos sirve igual (o igual de poco) hayamos acertado o no. Lo que importa es el presente. El presente que mira a un futuro determinado, uno que tiene que crear a su modo.

De los asuntos concretos, del sobresaltado día a día de la investidura y el Parlament y el Tribunal Constitucional y el PDeCat y JxC no se habla en la entrevista, con bastante tino porque es muy enrevesado para un público extranjero. La conversación, toda ella narrada por la periodista, Sally Williams, que intercala algún juicio pertinente e información adicional, versa sobre asuntos de vida privada o de carácter general, sin entrar en los detalles.

Pero los detalles existen. Al admitir a trámite un recurso del gobierno contra la investidura de Puigdemont que tenía en el congelador, el Tribunal Constitucional ya está prohibiendo la investidura a distancia. Así las cosas, comienzan las voces prudentes que aconsejan no exasperar más a la fiera y aceptar el nombramiento de un cuarto candidato que M. Rajoy pueda considerar limpio. Es el llamado criterio de la prudencia y la eficacia.

Los críticos piensan que, a estas alturas, cualquier nombramiento que no sea Puigdemont implica aceptar como legal una situación ilegal, someterse al 155, permitir que el president de la Generalitat lo nombre La Moncloa. Con la decisión del TC, ya no tiene sentido proceder a la investidura de Puigdemont, salvo que se quiera intensificar el conflicto y provocar una escalada de la persecución judicial. 

Resulta incomprensible cómo el B155 no ha caído aún en la cuenta de que, mientras haya presos políticos catalanes, el movimiento independentista no va a parar. De este modo, van a unas elecciones, las quintas en cuatro años que tienen toda la pinta de perder si una lista de país independentista las convierte de hecho en un referéndum, el referéndum.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

El silencio real y el corporativismo judicial / José Antich *

Desde que se supo el jueves la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra y la condena contra los cinco integrantes del grupo la Manada por abuso sexual y no por violación, la reacción de la opinión pública española ha superado al Gobierno y a las instituciones. 

Más de 1,2 millones de personas han firmado en dos días una petición en Change.org dirigida al Tribunal Supremo para reclamar la inhabilitación de los tres magistrados que emitieron la sentencia. Las calles de todas las capitales han sido ocupadas por manifestantes indignados y, de nuevo, se ha puesto de manifiesto la desconexión entre la gente y sus políticos, los ciudadanos y sus instituciones.

Frente a ello, el Gobierno ha balbuceado iniciativas legislativas y poca cosa más. El Tribunal Supremo ha protegido a los jueces de Pamplona y su presidente, que también lo es del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha exigido respeto a los políticos y ha señalado que las críticas pueden comprometer gravemente el sistema y la confianza en la justicia. 

Y la Asociación de Fiscales ha considerado desproporcionada la respuesta de los ciudadanos contra los magistrados. Puro corporativismo. Nada nuevo, pero un ejemplo más de que la justicia tiene un largo trayecto por delante y no puede permanecer tan alejada de la realidad.

La sentencia ha sido una aberración y mirar de proteger a los que la han escrito tan solo hace que devolver la justicia española a un pasado que lamentablemente cada vez parece menos pasado. A los componentes de la Manada no se les ha hecho justicia, se les ha perdonado la gravedad de sus hechos.

Y se han equivocado los jueces con su corporativismo, el Gobierno con sus inseguridades y la jefatura del Estado con su silencio. Los que hoy sostienen que deben callar son los mismos que le empujaron a hablar el pasado mes de octubre tras el referéndum en Catalunya. 

Debe ser que es más fácil salir en defensa de la represión policial que se produjo el 1 de octubre que en defensa de una joven desprotegida violada por un grupo de energúmenos. El problema es que una vez entras en el camino de las declaraciones, cuando callas también hablas. Aunque la corte no te lo diga.


(*) Periodista y ex director de La Vanguardia