Estas variedades han sido desarrolladas y registradas por el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), en el marco de los proyectos que lleva a cabo dentro del programa de mejora genética y se comercializarán en esta campaña a través de seis viveros del país.
La Comunidad continúa impulsando
y desarrollando, a través del IMIDA, diversos programas de mejora
genética, en esta ocasión de melocotones, nectarinas, paraguayos, cerezo
y ciruelo, con la finalidad de obtener nuevas variedades con interés
para el sector productivo, que estamos poniendo a disposición de los
agricultores para optimizar y diversificar la producción.
El
Equipo de Mejora Genética de Frutales del IMIDA desarrolla el programa
'FrutImida' para la obtención y selección de nuevas variedades con
características que son muy valoradas y apreciadas en cuanto a calidad
gustativa y buen calibre, por ser productivas y tener una vida
poscosecha suficiente para satisfacer las demandas de los
comercializadores.
Otra de las ventajas es la producción temprana para que el productor pueda
comercializarlas en condiciones ventajosas en el mercado internacional
en épocas donde no existe producción y, por tanto, no tienen
competencia.
El Equipo de Mejora Genética
de Frutales del IMIDA continúa desarrollando nuevas variedades y en la
actualidad cuentan con cuatro nuevas preselecciones que, si cumplen con
los estándares de calidad, está previsto se registren próximamente.
Hasta el momento, este equipo ha evaluado agronómicamente más de
50.000 cruces intervarietales de melocotón, de los cuales ha registrado
23 variedades de interés comercial con características óptimas de
adaptación climática y de gran calidad gustativa.
Estas nuevas
variedades están protegidas, según consta en el Registro Oficial de
Variedades Protegidas y en el Registro Oficial de Variedades Comerciales
de la Oficina Española de Variedades Vegetales, y son comercializadas
por media docena de viveros autorizados en toda España.
Las investigaciones del IMIDA comienzan con técnicas de mejora
genética hasta el crecimiento de las plantas que, en algunos casos,
puede llegar hasta cinco o diez años para que comiencen a ser
productivas, como la uva, la fruta de hueso o los cítricos.
Al
mismo tiempo se inician los trámites para registrar esas nuevas
variedades y, en su caso, comercializarlas a través de empresas
especializadas o viveros autorizados. Este proceso es largo, así
conseguir una nueva variedad de fruta de hueso conlleva más de 10 años
de investigación y desarrollo.
Todos los desarrollos se
realizan con la finalidad de ofrecer soluciones al agricultor que
mejoren su competitividad y resultados. Los beneficios obtenidos a
través de los royalties por la venta de las nuevas variedades permiten
al IMIDA afianzar estos proyectos de investigación e impulsar otros
nuevos, cuyas soluciones posteriormente se transferirán al sector.
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