Con motivo de la presentación de la Memoria anual de actividades de la Iglesia Católica, el vicesecretario para asuntos económicos de la Conferencia episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, se dedicó el día 1 de junio a hacer propaganda engañosa en varios foros, primero fue en Caixa Fórum de Madrid y después en el canal de la Conferencia episcopal 13 TV, un canal donde se refugia el extremismo de la derecha más rancia y casposa de España.
Pero entre tanta mentira se dejó entrever alguna verdad:
declaró que este año se han gastado cuatro millones de euros en
publicidad para la campaña del IRPF, para animar que los contribuyentes
pongan alguna cruz en la casilla del IRPF. También se refirió a la modesta y molesta asociación “Europa Laica” como una asociación incomoda que presenta, en su opinión, datos falsos.
En realidad, sino fuera por la labor de la asociación Europa Laica y
otras asociaciones laicistas, todo esto pasaría sin pena ni gloria ya
que los partidos políticos son muy reacios a perturbar, siquiera
mininamente, el equilibrio desequilibrado que tiene el catolicismo en el
ámbito público en España. Uno de los engaños que lanzó en rueda de
prensa el Sr. Barriocanal es que el dinero que se recibe del IRPF es un dinero libremente donado por los contribuyentes. Engaño absoluto.
La realidad es la siguiente: la voluntad de una
minoría de contribuyentes hace que se tengan que desviar de los ingresos
presupuestarios del Estado cientos de millones de euros a la iglesia
católica y esa dotación se le da, queramos o no, el resto de
contribuyentes.
En Alemania pese a que también el sistema es una
vergüenza, el Estado recauda el dinero de los ciudadanos para las
iglesias pero no se detrae de los impuestos; es una
contribución añadida que los ciudadanos dan a las iglesias
voluntariamente y el Estado lo que hace es participar en la recaudación y
proporcionar una desgravación de las donaciones.
Otro engaño
que lanzó el Sr Barriocanal, es que de ese dinero del IRPF y de su
inversión se genera un impacto económico 138% veces mayor : un
galimatías que no lo entiende ni él; la realidad, y eso no lo
señala la memoria, es que la mayor parte de ese dinero del IRPF va para
pagar el sueldo del clero diocesano (en memorias anteriores se señalaban
más de 100 millones de euros). Es curioso que entre tanta memoria, tanto
gráfico y tantos datos no se proporcionen la cantidad que va a los
sueldos de los curas, solo mencionándose el sueldo de los obispos y la
seguridad social. En las memorias anteriores si aparecía pero ahora
parece ocultarse deliberadamente.
A la consultora PricewaterHouseCoopers (PWC) debería
darle vergüenza emitir un certificado denominado “informe de
aseguramiento razonable”, con el fin de dar respetabilidad a esta
memoria, cuando ni siquiera se presenta desagregado el coste del
salario del clero que bien pudiera representar el 50% de todo lo
recaudado por IRPF. Por ejemplo, en la memoria de actividades de 2008,
si se señalaba directamente y ascendía a 108 millones de euros. No
desagregar el costo más importante a que se dedica la recaudación del
IRPF parece que da poca confianza a la memoria en su conjunto por mucho
certificado de “aseguramiento” que emita PWC.
La consultora PWC, una de las más importantes del mundo, viene, en España, cometiendo muchos errores como bien saben los accionistas de Bankia. El dinero que recibe la iglesia por IRPF es la punta del iceberg del dinero público que maneja la iglesia católica; hay
que tener en cuenta que la iglesia es un entramado complejo de órdenes,
fundaciones, asociaciones, ONGS, colegios, hospitales y cientos de
negocios en los que muy difícilmente podemos saber cuánto dinero publico
maneja, solamente podemos aproximarnos.
En la memoria de actividades, la caridad que realiza la iglesia
aparece para justificar la financiación del clero y el sostenimiento de
la Conferencia episcopal por parte del Estado además de la
financiación pública que recibe por la enseñanza y los negocios en los
servicios sociales. Aparece claramente como una pantalla. Se
pretende mezclar todo para confundir al público. Es una estratagema
publicitaria impúdica: la pobreza como excusa del dinero público que se
recibe.
La iglesia católica es una institución muy rica y poderosa y que
todavía tenga la desfachatez de decir que ahorra dinero al Estado ¡es
increíble!. Pareciera como si el Estado y la sociedad debieran de
agradecer el dinero que dan a la Iglesia. No: la iglesia no ahorra nada
al Estado, la iglesia católica es una carga para las arcas públicas; la
iglesia católica, entidad inmensamente rica, pasa la factura de los
salarios de los curas diocesanos y obispos y gastos suntuarios y todavía
tiene la caradura de decir que este gasto parasitario tiene un impacto
positivo para la sociedad ¡¡del 138% ¡!. ¡Qué descaro y cuanto mentira!.
Pero este no es el problema: cada uno puede creer en lo que quiera
pero lo importante es que las manos de las iglesias salgan del espacio
público. El laicismo es consustancial a la democracia como lo es la
separación de poderes o las libertades individuales. No hay
justificación ética pública para que nuestros impuestos vayan a parar a
la iglesia católica.
Dejemos las cosas claras PWC, Conferencia
Episcopal y Sr. Barriocanal: de los 251 millones de euros que recibe la
iglesia por IRPF la mayoría va para pagar los salarios del clero,
seminarios y gastos diversos de diócesis, unos 240 millones y solo 6
millones se envía a Caritas. No anden ustedes con jueguecitos,
queriendo engañar a la gente confundiendo sus gastos con los de la
caridad. Ah, ¡se me olvidaba!, también dedican 4.6 millones de euros
para hacer propaganda engañosa para que los contribuyentes, en estas
fechas, pongan la famosa crucecita en su declaración de la renta.
(*) Miembro fundador y presidente de la asociación Europa Laica.