MADRID.- El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha ordenado este
martes el ingreso en prisión provisional, por riesgo de fuga, del
pederasta condenado en Marruecos Daniel Galván Viña en espera de que se
resuelva su posible entrega a Marruecos, que le reclama tras ser
revocado el indulto que le concedió el rey Mohamed VI.
El ingreso en prisión ha sido solicitado por el fiscal Pedro
Martínez Torrijos, quien durante la comparecencia alegó el riesgo de que
Galván pueda fugarse y la gravedad de los delitos por los que fue
condenado a 30 años de cárcel por abusar de once menores.
Galván, que ha sido asistido por un abogado de oficio, rechazó ser
entregado al reino alauí y alegó arraigo en España, donde tiene amigos y
una dirección en Torrevieja (Alicante), según han señalado fuentes
presentes en la declaración.
Según el auto dictado por el titular del Juzgado Central de
Instrucción nº 4, la dirección que ha facilitado Galván durante su
comparecencia hoy en la Audiencia Nacional es de un amigo, "de nombre
Ulpiano", ya que él carece en España "de un mínimo arraigo familiar,
social, económico, laboral o de otro tipo que neutralice la tentación de
ponerse fuera del alcance del aparato judicial penal en caso de ser
puesto en libertad".
Según el juez, las circunstancias en que se produjo el indulto y su
posterior anulación serán examinadas en el procedimiento de extradición
que ahora se inicia.
La resolución señala que la medida se adopta "a resultas de la
solicitud de extradición efectuada por las autoridades del Reino de
Marruecos", si bien advierte de que la prisión "quedará sin efecto
si no se formaliza la demanda extradicional en el plazo de cuarenta
días" desde la fecha en que se produjo la detención, que fue ayer, 5 de
agosto, en Murcia.
Antes de comparecer esta mañana, Galván fue reconocido por los
forenses de la Audiencia Nacional, que certificaron que él sufre un
trastorno de ansiedad y depresión del que está siendo tratado
médicamente, si bien no habría ningún problema porque siguiera las
prescripciones médicas en prisión, según las mismas fuentes.
En este caso, según destaca Andreu en su auto, la Orden
Internacional de Detención librada por Marruecos señala que ha sido
emitida a fin de asegurar el cumplimiento de la pena impuesta por la
Corte de Apelación de Kenitra, que fue de 30 años de prisión por delitos
calificados en nuestro Código Penal como de agresión y abusos sexuales a
menores de edad.
A Galván le quedan por cumplir, exactamente, 27 años, 3 meses y 27
días de cárcel, y esta pena excede del mínimo exigido legalmente
para que se considere proporcionada la imposición de la prisión
preventiva, según razona el juez en su auto.
Añade que "no es este el momento procesal en el que corresponde
examinar cual debe ser la decisión final sobre la reclamación efectuada"
por Marruecos, puesto que si es cierto que en la orden de detención se
hace constar que Galván se benefició de la "gracia real" también lo es
que se menciona expresamente que dicha gracia "ha sido anulada".
"Las circunstancias en que se produjo ese indulto y su posterior
anulación deberán ser analizadas una vez tenga entrada toda la
documentación extradicional".
Por lo que se refiere a la denominada "peligrosidad procesal" de
Galván alegada por la Fiscalía durante la vista, Andreu señala que, pese
a su nacionalidad española, el reclamado nació en Irak y obtuvo tal
condición por casarse con una mujer de nuestro país, de la que se
encuentra divorciado.
Según ha declarado hoy ante el magistrado, su vida ha transcurrido
mayoritariamente entre Irak y España, si bien también ha residido en
países como Egipto, Siria, Jordania, Reino Unido o Marruecos, donde fue
condenado. Tras ser indultado se instaló en un hotel en Murcia para
descansar, según le dijo hoy al juez.
Galván Viña llegó esta mañana a la Audiencia
Nacional en un furgón escoltado y permaneció en los calabozos hasta ser
conducido hasta el despacho del titular del Juzgado Central de
Instrucción nº 4, de guardia esta semana en el órgano judicial.