La Asociación Preeminencia del Derecho, representada por su vicepresidenta, Encarnación Martínez Segado, y a título personal, el abogado José Luis Mazón, han presentado en el Ayuntamiento de Murcia un escrito en el que se constituyen como parte interesada para poder personarse en toda actuación o expediente por la se vaya a decidir abrir una suscripción popular desde el ayuntamiento o autorizar la colocación de una estatua del fallecido Carlos Valcárcel, padre del presidente de la Comunidad Autónomica, en lugar público de la ciudad.
Según la asociación, la estatua de Carlos Valcárcel constituiría un monumento al amiguismo y al nepotismo. “Ante la falta evidente de significado histórico del padre del presidente de la Comunidad Autónoma más allá de las poderosas influencias ganadas en vida que no constituyen un mérito histórico alguno, sino reflejo del auge de la sociedad estamental murciana, un reducto del medievo y nada de lo que enorgullecerse sino todo lo contrario, causa de atraso social y cultural”.
Advierten que llevarán a juicio al ayuntamiento de Murcia “si consiente ceder espacio público para semejante acto de nepotismo”. Dicen que “todo el mundo querría ver a sus parientes en estatuas pero tal cosa está reservada para las personas de méritos eminentes, grandes contribuyentes a la cultura, la historia, las artes, que hacen historia, en ninguno de estos supuestos está el padre del presidente de la Comunidad”·.
Más, si se trata, como se ha difundido, en la plaza de Santo Domingo o en el Paseo Alfonso X el Sabio, en el extremo opuesto a donde se ubica la del rey Alfonso X El Sabio, “con quien los muy ilusos de los promotores pretenden hacer parentela o tándem, porque la sola consagración de un monumento en espacio público a un murciano de hechos rasantes o notoriamente carente de méritos o contribuciones extraordinarias que lo ensalcen, fuera del título de hijo adoptivo, del retórico de cronista oficial, o la posesión de influyentes amigos en la Murcia más conservadora o arcaica, o del hecho de ser padre del presidente regional, constituiría un acto arbitrario de desviación de poder, de exaltación del nepotismo”.
Y además, añaden los juristas, “un agravio comparativo a figuras murcianas y desaparecidas que no gozan de ningún monumento ni siquiera de calle alguna, con un historial incomparable al del fallecido sr. Valcárcel, como puede ser el caso de Ginés Pérez de Hita, escritor de los siglos XVI-XVII de las famosas Guerras Civiles de Granada, o el más universal Ibn Arabi, famosísimo escritor, poeta y místico musulmán al cual jamás se le ha puesto estatua y si se le ha dedicado una calle lo ha sido en área de ensanche urbano que es reconocimiento de tercera fila”.
Además, recuerdan que al padre del actual presidente de la Comunidad Autónoma se le han consagrado, y en vida, varias calles con el título de “Cronista Carlos Valcárcel”. Recuerdan también que al fundador de la ciudad, Abderraman II se le ha levantado una estatua en un lugar apartado del centro como es la plaza de la Cruz Roja y “al padre del presidente se le quiere tratar al nivel del rey Alfonso X El Sabio, lo que resulta escandaloso, burdo, hiriente y un insulto al sentido común que aun le queda al pueblo murciano”.
En todo caso, señalan, “no serían decenas, sino centenares, las personas que en le últimas generaciones estarían por delante, en méritos y virtudes dignas de alzar estatua, del fallecido padre del presidente de la Comunidad”.
La estatua del citado padre, continua la Asociación y el jurista Mazón, “jamás puede ser ubicada en suelo público, y más en consonancia con los pasos y costumbres del fallecido sería ponerla en al bar Yiyi, lugar de ambientación franquista, con fotos de Franco, José Antonio, banderas de yugos, flechas, muy frecuentado por él, según diversas fuentes, donde recibía en informal audiencia a todo aquel que quería solucionar sus problemas”.
Según Mazón, en un duro escrito, “la Murcia más tradicionalista, esa otra Murcia ahora ensalzada y entusiasta de usos feudalescos, la Murcia de los señores enmascarada de usos democráticos, pretende valerse de su tradicional estatus ascendente sobre el poder municipal para dejar huella eterna en su hegemonía, ubicando en públicos sitios sus símbolos y personajes dándoles el carácter de héroes inmortales, bautizando calles con los nombres de sus personajes carentes de significado fuera de su ambiente”.
Finaliza el documento alegando que “si el célebre ingeniero Juan de la Cierva, inventor del autogiro, personaje mundialmente conocido, se le ubica una estatua en retirado lugar como es Ronda de Garay, frente al palacio de Justicia, por esa regla de tres la estatua del sr. Valcárcel correspondería ubicarla no más cerca de Baños y Mendigo o Gea Truyols”.
En opinión de los abogados, hay más personas que estaría por delante del cronista, como el profesor Mariano Ruiz Funes, Ramón Gaya, o Diego de Clemencín, cervantista notorio, entro otros.
Asegura n la asociación y Mazón que “como periodista no era ni siquiera de los destacados y lo de cronista, en todos los pueblos los hay y no es fatigoso oficio ni propio consustancial de excelsos hombres de mérito. ¿Dónde se razona el ensalzamiento a la condición de héroe urbano”?, concluye.